martes, 1 de marzo de 2011

Capítulo 8

Intenté volver a la normalidad, e ignorar la historia con Danny, por un lado era fácil, no lo sabía nadie, solo Mery, y ella estaba en Madrid. En estos momentos la echaba tanto de menos. Lo malo es que aunque nadie lo supiera, mi cerebro no podía olvidar.

Así que cuando el jueves me dijeron que había una fiesta en una de las residencias de la universidad no lo pensé dos veces, cogí a Amy en el descanso y la dije.

  • Amy, tenemos que ir a esa fiesta.
  • Joder y como tanto empeño, vamos que me parece genial, pero ¿pasa algo?
  • Si, necesito salir y olvidarme de todo.
  • ¿Tiene algo que ver el tío del otro fin de semana?
  • Podría ser.
  • ¿Has sabido algo de él?
  • Se podría decir que sí, pero no quiero hablar del tema. Te prometo que en cuanto esté lista para hablar serás la primera en saberlo.


Gracias a dios Amy era un amor y no me dio más el coñazo. Y por supuesto fuimos esa noche a la fiesta.

Me duche y puse música, pero nada que tuviera que ver con McFly, me decanté por lo español, Pignoise y puse Te entiendo, una de mis canciones favoritas.

Me puse un vestido negro corto, combinaba el raso con la seda, era precioso, me maquillé bien y me puse tacones, había que ir a por todas esa noche. Cogí la botella de Vodka que había comprado, ya que estos ingleses no saben beber bien y me encaminé al coche. Mientras iba hacia allí me di cuenta que era absurdo llevarlo, no iba a poder traerlo, así que llame un taxi y me pasé a buscar a Amy.

Cuando llegamos allí nos encontramos con todos nuestros amigos y comenzamos a beber, a bailar, jugar a la Wii. De verdad me vino genial, por fin pude desconectar y disfrutar una noche de risas y tonterías.

Al lado nuestro había un grupo de chicos que no estaban nada mal, y poco a poco se fueron acercando a nosotras. Total estábamos tan borrachas que podrían haberlo hecho de golpe y nosotras les hubiéramos aceptado igual. Comenzamos a hablar con ellos, sobre todo Amy y yo. Tanto intimamos que una hora después Amy desapareció con uno de los chicos dejándome a mí con el otro.

Mis amigos comenzaron a irse y yo me quede sola con un fulano pesado y borracho. No es que yo estuviera muy fina, pero no era una pesada. Realmente me lo estaba pasando bien hasta que comenzó a magrearme de una forma desesperada. No sabía muy bien lo que hacer, se suponía que tenía que volver con Amy, pero estaba desaparecida. Como quería alejarme del pesado le dije que me iba y salí al jardín de la casa.

No sabía qué hacer, así que cogí el móvil y llamé, pero no fui consciente de a quien llamaba hasta que sonó su voz al otro lado del teléfono.

  • Si, ¿quién es?
  • Jack?
  • Joder Kate, me habías asustado, ¿te has fijado la hora que es? ¿Está todo bien?
  • Hay lo siento, no tendría que haberte llamado, es que estoy aquí y me han dejado sola y no se volver a casa. Creo que me he pasado con la bebida. Da igual, no tendría que haberte llamado.
  • ¿Dónde estás?
  • Estoy en Cleveland Street.
  • Escúchame atentamente, voy para allá, espérame. No quiero que te muevas. ¿Me has entendido?
  • A sus órdenes mi capitán.
  • Así me gusta, hasta ahora.


En ese momento asimilé lo que acababa de hacer, como has podido llamarle a estas horas de la noche para pedirle que te lleve a casa. La noche cada vez se ponía más interesante.

Mientras esperaba sentada en las escaleras de la casa, el pesado del cual había huido me encontró. Se sentó a mi lado y comenzó a acercarse poco a poco, así que yo decidí levantarme, aunque mi forma de andar no era muy buena. Me quite los tacones y los cogí con la mano.

Pero el tío no paro, y en cuanto me levante me siguió. Yo empezaba a mosquearme, pero iba tan bebida que no reaccionaba correctamente. Intenté apartarlo pero fue inútil, comenzó a besarme por el cuello y a subirme el vestido. Así que cogí y le di con todo el tacón en el ojo. Le debí hacer daño, porque pego un grito, y a mí me dio tiempo a irme hacia la calle.

En ese momento llegaba un coche a toda velocidad que aparcó enfrente de donde yo estaba.

Era él. Bajo del coche corriendo y cuando me voy en la acera pareció más tranquilo. Se acercó a mí.

  • ¿Estás bien?
  • Si,… gracias por venir.

Y me acerque a él y le dio un abrazo. Y él me correspondió. Al fondo se empezaron a escuchar unos gritos.

  • Eh tu gilipollas, si tú, deja de abrazar a mi chica o te parto la cara.

Danny me soltó, me cogió de la mano y me puso detrás de él.
  • ¿Quién es ese? – me preguntó.
  • Un tío borracho que se quería aprovechar de mí.
  • Vamos tío, vete, que no quiero hacerte daño.
  • Y quien coño eres tú para decirme a mí lo que tengo que hacer. El que te va a partir la cara soy yo como no dejes a mi chica en paz.
  • Primero no es tu chica y segundo yo que tú me iría, yo estoy sobrio y por lo que veo más mazado que tú.
  • No te tengo miedo nenaza.
  • Pues deberías.

Danny cogió y empezó a remangarse la chupa.
  • Espérame en el coche.

Y me dio las llaves.
  • Jack no de verdad, vámonos, no lo hagas. Déjale que es un borracho. Mírame por favor.

Le cogí la cara y le hice que me mirara a los ojos. Los tenía llenos de rabia. Pero al mirarme se relajó.
  • Has tenido suerte, gilipollas.

No dijo nada más, me cogió las llaves, los zapatos, mi mano y me llevo hasta el coche.

En el coche iba muy serio, como enfadado, sabía que había sido mala idea llamarle, pero también gracias a él ahora estaba a salvo. Decidí romper el hielo y disculparme.

  • Danny yo, … siento mucho lo de esta noche. No debí llamarte, pero estaba asustada y no sabía a quién llamar.
  • No te preocupes, hiciste bien. (me miro y me sonrió), no eres tú la que me ha enfadado, sino ese hijo de puta.
  • Muchas gracias.

Me acerque, le di un beso en la mejilla y apoye la cabeza sobre su brazo izquierdo. El con la otra mano me acaricio el pelo durante unos segundos y luego siguió conduciendo. No sé si me transpuse un poco pero cuando me di cuenta le pregunté a donde me llevaba, ya que yo no recordaba haberle dicho donde vivía.

  • Danny ¿a dónde vamos?
  • A mi casa, no creerás que te voy a dejar en casa sola en tu estado. Y como tú no me has invitado a quedarme, pues te llevo a la mía. ¿tienes que avisar a alguien donde estas y que estas bien?
  • No especialmente, mi amiga Amy no se acordará de mi hasta mañana, aunque la voy a escribir diciendo que estoy en casa, mejor que no pregunte más tarde.
  • ¿No quieres que nadie sepa dónde estás? ¿te fías de mí plenamente?
  • Pues como te lo explico a) sino me fiara de ti no te habría llamado, b) no tienes pinta de peligroso y c) parece ser que eres famoso y mucho además, aunque yo viva en mi parra, así que tu verás.
  • No lo había pensado así. ¿sabe alguien de mi existencia además de Joe?
  • Ehh, sí, mi amiga María, Mery. Que resulta ser una muy fan tuya, viene a tu concierto de abril aquí.
  • ¿Y tú no vas?
  • Pues si voy, o iba… entrada tengo.

Mientras tanto yo intentaba escribir a Amy, pero no se me estaba dando muy bien. En ese momento, Danny paro el coche. Parece que habíamos llegado.
  • Trae, yo te lo escribo.
  • Vaya, eres mi héroe Capitán.
  • No lo dudes muñeca.

Y me dedicó la sonrisa más perfecta del mundo. Esto no era bueno, me había metido en un jardín que no iba a poder salir, más que un jardín era un bosque. Mientras escribía yo me recosté en su brazo y me quede un poco dormida. Me desperté en sus brazos subiendo unas escaleras.

  • Parece que esta va a ser nuestra costumbre, tú te emborrachas y yo te llevo a mi cama en brazos. No puede ser Kate.

Poco después estaba en su cama, tumbada y el sentado al lado, sin saber muy bien que hacer.

  • ¿No me vas a poner el pijama señor Jones?
  • ¿Quieres que te desnude y te ponga un pijama?
  • Total ya me has visto desnuda, no creo que haya cambiado nada desde la última vez. Puede que algún pelo esté más largo, pero no te asustes.
En ese momento empezó a reírse sin parar.

  • Oye perdona pero es muy tarde, baja un poquito tu tono de risa.

Y eso fue peor, porque se rio más alto todavía. Cuando volvió con la camiseta, una camiseta que me encanto, pero no pude distinguir hasta que no me desperté a la mañana siguiente, ya estaba en sujetador y bragas.

  • ¿No te iba a desnudar yo? – dijo con cara de pícaro.
  • Te lo estoy poniendo fácil capitán.

Me pasó la camiseta, me la puse y cuando la tenía puesta me quite el sujetador. Es verdad que lo hice de una forma un poco tentadora. Pero es que el chico no tenía desperdicio y yo estaba muy borracha.

  • Me lo estás poniendo muy difícil dulce Kate.
  • Pues déjate llevar Jack. Johnny Depp no te lo perdonaría si dejas pasar la oportunidad.

Me fui acercando a él lentamente hasta llegar delante de él y cuando llegué me incline lentamente y le bese con dulzura. Al principio se quedó parado pero dos segundos después me cogió en volandas y me llevó a la cama besándome con pasión.

Cuando empecé a desabrocharle el pantalón se paró en seco, me dio un beso de despedida y dijo.

  • Lo siento Raquel, pero no está bien. Estas muy borracha y no debería y menos cuando tenemos una conversación pendiente.
  • Realmente es que no quieres.
  • Que memeces dices, claro que quiero, no me ves. Pero mejor que no. Métete en la cama y descansa, mañana será otro día.

Se acercó a mí y me dio un beso, un beso que transmitía dolor, como si no quisiera irse.

  • Espera no te vayas, duerme conmigo.

Me miro con cara de no confiar mucho en lo de compartir cama.
  • Te prometo que me portaré bien. Si quieres no tienes ni que tocarme.
  • Vale, pero no me provoques por favor.
  • Lo prometo. Pero otro beso de despedida.
  • Raquel.
  • Lo último lo juro.

Y me volvió a besar, esta vez con temor, con temor a que volviera a empezar de nuevo, a dejarse llevar. Se quitó los vaqueros y la camiseta y se metió en la cama a mi lado. Yo sabía que estaba jugando con fuego pero me acerque hasta llegar a su pecho y me tumbe en él. No pareció molestarle y comenzó a acariciarme el pelo.

  • ¿Por qué no me dijiste quien eras la otra noche?
  • Es un tema complicado, no quería fastidiar el momento.
  • ¿Crees que te hubiera tratado de distinta forma si hubiera sabido que eras famoso?
  • Puede que no, pero en ese momento no te conocía y me lo estaba pasando bien, estaba disfrutando.
  • Quiero que sepas que para mí siempre serás el músico buenorro de Exeter con el que pase una noche maravillosa.
  • ¿Parece una despedida?
  • Ya, es que en la vida real una chica de barrio de España que viaja a Londres para estudiar, no termina con un famoso guitarrista y cantante de uno de los grupos más famosos del país. Eso solo pasa en las películas, y siento decepcionarte, pero esto no lo es. Puede que pase una noche con él, pero ahí termina la historia.

Se quedó unos segundos callados, me beso en la cabeza, se acercó a mi oído y me dijo susurrando.
  • Despite it all, love can still spring in the most unlikely of places. And sometimes, even fairytales can come true.

Después de esto no recuerdo más, hasta la mañana siguiente, aunque esa frase se me quedo grabada, y hoy, tantos años después, la sigo recordando.

2 comentarios:

  1. Me encantan los nombres secretos de estos dos *______________________________________*

    ResponderEliminar
  2. Yo solo te digo, que como acabe mal... bueno Acaba bien... Ella se casa... y dices que es raro el final... alomejor encuentra el amor de su vida y e snormal y se casa... El david ese? No sé, no creoq ue sea el famoso...
    (Soy MsNAthie en twitter)

    ResponderEliminar