miércoles, 23 de marzo de 2011

Capítulo 19

Aparcamos, aunque nos costó un poco. Mientras subía por la escalera a Danny le sonó el móvil, así que se retrasó un poco.

Cuando abrí la puerta de mi casa no podía creer lo que veía. Me asuste.

  • DANNY!!! Ven corriendo por favor.

Subió corriendo y cuando se paró delante de la puerta soltó.
  • Me cago en la puta, ¿¿¿qué es esto???

Era mi casa. La escena era surrealista la tele estaba desenchufada y boca abajo en el sofá, la mesa tirada. En la habitación de invitados faltaba el colchón. Aunque lo mejor de todo estaba por llegar.

Danny se empezó a reír cuando vio la habitación de invitados, ya sabía lo que estaba pasando, lo que encontraría al otro lado.

  • Tranquila, son las cosas que pasan cuando los niños ven cosas que no deben.

Y nos acercamos a la habitación, abrí la puerta y lo que vimos había que reconocer que era gracioso y muy lindo. Aunque iban a pagar caro por todo ese desastre.

El colchón estaba sobre la ventana, fortificando la habitación. Mi cómoda tapando la puerta del baño. Aun con todo eso la estampa de los tres en mi cama me hizo sonreír. Hice unas cuantas fotos y Danny también.

Mery estaba entre los dos, Dougie la abrazaba por detrás y su pierna cruzaba el cuerpo de Harry. Los tres dormían casi destapados y con cara de relajación. Aunque de vez en cuando Mery ponía cara de preocupación.

Me dio mucha pena despertarles, así que empecé a caminar hacia atrás lentamente con cuidado de no hacer ruido. Danny que estaba detrás mío me agarro por el brazo y me paró.

  • ¿A dónde vas?
  • Pues al salón, a recoger un poco ese estropicio.
  • ¿Vas a recogerlo tú? ¿De verdad?
  • Es que me da pena despertarlos, habrán dormido fatal, yo lo paso fatal cuando veo cosas de esas.
  • Si sabes que no vas a poder soportarlo no lo veas. No vas a recoger todo eso tu sola.
  • Pues ayúdame.
  • Ahh no! Si claro y ellos mientras durmiendo.
  • Anda Danny, déjales dormir un ratillo más.
  • No.

Me acerque y le di un beso.
  • Así no me vas a convencer, lo estoy haciendo por ti. Porque no me parece justo que tengas que hacer nada aquí. Son ellos. Además empiezo a tener hambre y hasta que recojamos todo esto y nos vayamos a comer algo nos van a dar las mil.

Y sin darme tiempo a contestar o hacer nada soltó un grito. Yo fui corriendo a taparle la boca, pero cuando lo conseguí era demasiado tarde, ya les había despertado.

  • Buenos días grandullones, es hora de levantarse.

Dijo Danny sin bajar el tono. No me gustaba lo que había hecho. Cogí le di un golpe en el brazo y salí de la habitación.

No me gustaba la forma que les había despertado. Odio cuando la gente me despierta así, que forma es esa de empezar el día. Siempre tuve mal despertar.

Danny me siguió hasta la cocina y me estuvo observando mientras preparaba café. Luego se acercó y me agarro por la cintura.
  • Te has enfadado de verdad.
  • Un poco.
  • ¿Por despertarles? No esperarías que te dejará recoger todo esto a ti.
  • No es por despertarles, es la forma en la que lo has hecho.
  • No te preocupes, están acostumbrados, siempre nos despertamos a gritos o a golpes.
  • Bueno, pues a mí no me gusta, vamos a mí me jode a sobre manera que me despierten así.
  • ¿Y como se supone que se debe despertar?
  • La mejor forma y la única aceptable en mi caso, excepto que quieras ser asesinado o insultado, es con música.
  • ¿Por qué eres tan considerada con gente que casi no conoces?
  • Acabas de descubrir uno de mis defectos.
  • ¿Defecto? Yo apostaría que todo lo contrario.
  • Depende de la perspectiva que lo mires, para los demás es algo bueno, pero a veces para mí no es tan bueno. La gente no suele ser considerada.
  • Te puedo asegurar que siempre es una virtud. – dijo abrazandome.


En ese momento entraron los tres asaltadores de casa en el salón.

  • Dios me queman los ojos – dijo Dougie refiriéndose a nosotros.- Oye si se supone que es una relación secreta y parafraseando a Joey Triviani si no puedo decir nada a nadie, tampoco quiero ver nada.
  • Pues no mires. – le contesto Danny.
  • Además esto no es una relación, solo somos dos personas conociéndonos.
  • Si pensando eso sois más felices. – dijo Dougie encogiéndose de hombros.

María se había sentado en una banqueta de la cocina y se había recostado sobre la encimera. Me acerqué y la alboroté un poco el pelo. Ella movió la cabeza y me miró.

  • Le odio. – me dijo refiriéndose a Danny.
  • Lo se princesa. Así no se puede despertar a la gente. Ya le he regañado. ¿Quieres café?
  • Aja.
  • Me fui hacia la cafetera y empecé a hacer café.
  • ¿Vosotros también queréis? – pregunté a Dougie y Harry.
  • Por supuesto. Gracias. – sonrió Harry.
  • Por favor. Suplicó Dougie.

Danny se sentó al lado de Mery y se fue acercando lentamente. Se tumbó de la misma forma que Mery y la empezó a hablar muy bajito.
  • ¿Me odias?
  • Sí.
  • ¿Mucho?
  • Lo suficiente.
  • Vaya.
  • Y no intentes hacer nada de esas cosas que sueles hacer tú y que te vuelves adorable y te tengo que perdonar.
  • Ni siquiera me perdonas por a verte traído a estos dos anoche.
  • Eso es cosas del pasado… - dijo Mery aunque ni ella estaba convencida de seguir enfadada con Danny, aunque de repente recordó algo – y respeto a ti rubia.

Dijo muy seria levantándose de la encimera. Sabía lo que iba a decirme.
  • A mí no me mires, yo lo intenté, puedes ver el borrador en el móvil. Fue él que no me dejó.
  • Con que esas tenemos eh señor Jones. – dijo Mery muy seria.
  • Que emoción hubiera tenido si te hubiera escrito un sms. Ninguna. Soy genial y lo sabes.
  • Genial, bueno… - dijo Mery aunque no la dejé terminar la frase. No se había levantado con buen pie.
  • Toma princesa tu café. Bebe esto antes de seguir hablando. Chicos coger vosotros también. ¿Danny tú quieres?
  • ¿Tú te estas tomando otro? – me pregunto sorprendido.
  • Claro, nunca se dice que no a un café. Y tampoco es que hayamos dormido mucho.
  • Yo estoy bien de momento. Ya le robo a Mery un poco.

María miró a Danny, le mantuvo la mirada.

  • Creo que es mejor que bebas de aquí. – dije mientras le pasaba mi taza.

Les dejé bebiendo café y me acerque a poner música. Lo puse en aleatorio, no me apetecía penar, pero no podía haber salido mejor canción. (Avril Lavigne – What the hell). Y me acerque bailando y cantando (si a lo que yo hago se puede llamar así). Miré a Mery y empezó a reírse. Los chicos también se reían. Cogí a Mery y la levanté a bailar conmigo mientras los chicos nos hacían los coros y hacían los ritmos con las cosas que había sobre la encimera.

Y así con música y entre risas recogimos toda la casa y salimos a comer los 5. No sin antes tener nuestro momento monedero Mery y yo en la habitación. Me contó que se lo había pasado genial pero que había dormido un poco mal del miedo. No hacía falta que me dijera nada, se le reflejaba todo en los ojos, era como un libro abierto. No podía parar de sonreír. Pero como iba a dejar de hacerlo, dos de sus ídolos habían ido a verla un viernes por la noche para ver una peli y habían terminado los tres durmiendo abrazados en la misma cama. Si hubiera sido mi caso, tampoco me quejaría.

Y pronto llego la noche, hora de despedirse. Mery se emocionó, no es que se pusiera a llorar a moco tendido, vamos creo que ni siquiera hecho una gotita, pero igual que por la mañana tenía un brillo que podía iluminar todo Londres, ahora tenía una tristeza que se reflejaba en sus preciosos ojos.

  • Harry se dio cuenta.
  • ¿Qué te pasa pequeña? – la preguntó mientras la abrazaba.
  • No me quiero ir de Londres. Ha sido la mejor semana de mi vida, o bueno la mejor semana en mucho tiempo.
  • Bueno, tienes que volver a casa para hacer las cosas bien y cuando estés lista Londres te estará esperando. Y nosotros te invitaremos a ver otra peli.
  • Pero que no sea de miedo.
  • Que dices, que escusa voy a tener entonces para arrimar contigo. Que luego mi novia ya sabes, se mosquea.

Mery empezó a reírse, se separó de Harry y le dio un beso en la mejilla.
  • Además nos vamos a ver en nada, en Abril nos vemos en el concierto, además yo te consigo un par de pases vip, tengo enchufe con la banda.

Danny que estaba atento a la conversación me dio un codazo.
  • Que ella haga lo que quiera, yo no pienso ver un concierto en la zona vip.

Mery me miro.
  • ¿Siempre es así de cabezota? – le preguntó Danny a Mery.
  • Sí, es que la chica tiene unos ideales muy marcados. No le gusta romperlos.
  • Vale, pero lo de los conciertos no lo entiendo.
  • Hace mucho que no vives un concierto como un fan normal.
  • Hombre nosotros también vamos a conciertos de otra gente.
  • Ya, pero no es lo mismo. No lo entenderíais.

Dougie se coló en la conversación.
  • Instrúyenos maestra.
  • Raquel quieren que les instruyamos en conciertos, a los famosos McFly.
  • Pues habrá que llevarles a alguno no. Me han dicho que toca Justin Bieber dentro de poco en Madrid.

Los tres se miraron. María y yo nos miramos y nos empezamos a reír.
  • Era broma, no os vamos a llevar a ver a Justin. – dije sin poder parar de reírme.
  • YA SE LO QUE QUIERO. – grito Mery.
  • Que estás diciendo loca. – dije.
  • Es que ayer les gané una apuesta a estos, y me deben una. Y ya se lo que quiero. Vamos a ir de concierto, en plan personas normales, cada uno se pagará su entrada, que yo no tengo dinero para invitaros.
  • Podemos conseguirlas gratis. – interrumpió Dougie.
  • A ver rubito, las personas normales compran sus entradas. – le dijo Mery en tono divertido.
  • Sigue Mery porque no entiendo nada. – dije.
  • Pues vamos a un concierto y durante esa tarde-noche, tenéis que hacer todo lo que yo diga. Seréis mis esclavos.
  • ¿Y a que concierto vamos a ir? – pregunto Harry curioso.
  • Pues todavía no lo sé, lo miraré y os mantendré informados. Vosotros también podéis venir a ver los espectáculos. – nos dijo Mery a Danny y a mí.
  • No me lo perdería por nada del mundo. – rió Danny.


Mery se despidió de Dougie con un abrazo que pareció eterno, y no es que Mery le tuviera aprisionado, los dos parecían muy cómodos. Cuando se separaron Dougie se acercó y le dio un beso en la mejilla. Mery se puso roja. Se mantuvieron la mirada y se sonrieron mientras Dougie se metía en el coche con Harry y Mery subía las escaleras hacia casa.

Yo me despedí de los chicos con un corto abrazo y les agradecí el detalle de haber pasado la noche con Mery. Harry dijo que había sido un placer y Dougie afirmó que Mery era genial. Después se fueron hacía casa, Danny tenía su propio coche así que no le esperaron.

Nos quedamos solos a las puertas del coche de Danny.

  • Te puedes quedar a dormir si quieres. – le propuse.
  • Sabes que me encantaría pero tengo que preparar todo lo del viaje y es la última noche con Mery.
  • Bueno tú también te vas.
  • Ya, pero vuelvo dentro de una semana, como tu dijiste esta mañana, y seguirás aquí.
  • Sí, creo que sí.
  • Pues ya me invitarás a dormir la semana que viene.

Le sonreí. Nos dimos un abrazo y ese sí que fue largo. Ninguno de los dos quería separarse. No nos besamos, solamente me dio un beso en la cabeza y yo en su hombro. Nos separamos y esperé a que se fuera para volver a casa.

Puede que tardará un poco más cuando le vi desaparecer por el horizonte. Las cosas se estaban poniendo serias. Me estaba enamorando de Danny Jones.

4 comentarios:

  1. Seria la polla verles en un concierto de Justin, sobretodo a Dougie xDDDD
    Lo de Mary es demasiado, asi de claro, yo quiero dormir con Pudd!!! jajajaja
    Y que mas..mmm si, estoy de acuerdo, despertar de esa manera es robar años, esa no es la manera, aqui con calma.
    Y que adoro tu puñetero fic, ale, ya lo he confesado!!!

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  2. jjajjaj yayay me gusta mery y sus locuras!!! y quien no se enamora de dany jones???

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  3. Pues como debe ser, ts..

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  4. Oooooooh! Como debe de ser, esa mujé se merece unóhs aplaushosh, tséééé...

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