martes, 1 de marzo de 2011

Capítulo 1

Nunca pensé que estaría tan nerviosa como el 20 de Agosto de ese año. Había decidido irme unos días antes de que empezaran las clases para poder encontrar trabajo y acomodarme en mi nueva casa. La despedida fue horrible, aprovechamos para celebrar el cumpleaños de mi padre y me sorprendieron todos mis amigos. Realmente les iba a echar de menos, aunque solo estaba a 2 horas de distancia y sabía que más de una visita tendría, o eso quería pensar para no tener tanta morriña.

Yo era cabezota como ninguna y aunque mi madre me repitió hasta la saciedad que fuera a la residencia yo preferí alquilarme un piso cerca de allí. No solo porque quisiera cierta independencia, que obviamente si, imagínate que me apetecía llevar a un hombre guapo londinense a pasar la noche… mucho mejor llevarlo a mi pisito de soltera que a una residencia universitaria, sino también para tener la posibilidad de acoger a mis amigos y familiares en visitas fugaces a Londres. Porque eso de tener amigos repartidos por el mundo y tener que pagarte un albergue o un hotel nunca me gusto. Que gracia tiene, así no te puedes aprovechar de la situación.

Así que aquí estaba yo con 22 años, sola en una ciudad enorme y con ganas de pasármelo en grande.

Llegué una calurosa mañana de agosto, más que mañana diría hora de la siesta, porque ya pasaban de las 15h. Realmente no recuerdo como llegue hasta mi piso, solo puedo decir que en ese momento desee que todo fuera como en las series, como la típica escena de Friends en la que Joey y Ross ligan con una guapa chica que acaba de mudarse a la ciudad. Pero esto es la vida real, y obviamente fui yo la que tuve que cargar con todas mis maletas, subirlas a mi nuevo piso y claro que de esa forma ridícula que sale en las películas, otras cosas no, pero para hacer el ridículo si nací. Menos mal que nadie me vio, o eso espero.

Tras conseguir subir todas las cosas pude ver mi nuevo apartamento, ya lo conocía en fotos pero era mucho más impresionante en persona. Vale no me voy a tirar aquí el pisto, era un apartamento pequeño con dos habitaciones, un baño pequeño y una cocina estilo americana con un pequeño salón al lado. Pero también es verdad que tenía una luz maravillosa y unas vistas (igual que en Nothing Hill) que me encantaron. ¿Qué más puede pedir una chica?

Ahora era hora de poner en orden lo que iban a ser los mejores años de mi vida, y el listón estaba alto, pero yo lo tenía muy claro. Cogí la caja que ponía música y saque mi maravilloso equipo de música, busque el sitio indicado para ponerlo, tenía que ser un sitio estratégico, para poder escucharlo en toda la casa. Decidí ponerlo en el salón. Tras enchufarlo saque mi IPod del bolso y busque la canción indicada para ponerme a colocar todo. Tras meditar decidí poner a Maroon5 y comenzó a sonar Can´t Stop. Y así comencé a cantar, a bailar y a deshacer todas las maletas. A eso de las 19h me di cuenta que tenía un poco de hambre y obvio que no tenía nada que comer, como no, no me había dado cuenta del horario de Londres, así que tras darme cuenta que no encontraría ningún supermercado abierto decidí darme una ducha y salir a cenar algo. Me puse una camiseta, unos vaqueros, mis sandalias favoritas y el primer bolso que encontré y me fui a ver dónde podía comer algo.

Estaba hambrienta pero me apetecía dar una vuelta antes de meterme en cualquier lado a comer, llamarme loca pero no me apetecía sentarme a comer en el primer McDonald que encontrará. Así que tras un ratillo encontré un pub, no era muy grande y no parecía que hubiera mucho ambiente, su nombre me llamo la atención NOT ALONE… así que entre y lo que pude ver me dejó impresionada. Nada más entrar te encontrabas una barra de bar, vale que eso no era nada raro o extraordinario pero si te girabas hacia la derecha, al fondo y poco iluminado en ese momento, podías ver un pequeño escenario y detrás una foto de Seattle de noche, una foto enorme, que cubría toda la pared. Al lado izquierdo del escenario se podía ver un piano pequeño y negro precioso. Y abajo, a sus pies, un montón de mesas. En ese momento me quede totalmente enamorada de ese lugar y comprendí que como bien ponía al entrar, ya no estaba sola.

Me senté en la barra, pues me apetecía relacionarme con alguien y comprobar además si mi inglés era aceptable. Detrás de la barra encontré el vivo retrato de Jeffrey Dean Morgan (que tío más atractivo). Era el dueño del bar y se llamaba Joe. Era de Seattle, por eso tenía esa maravillosa foto, porque añoraba su casa. Vino aquí buscando una oportunidad en el mundo musical y tras no encontrar nada decidió montar un pub y poner dos noches a la semana Noche de Micro Abierto, ya que el no pudo triunfar, podía ayudar a descubrir nuevos talentos.

Me quede sorprendida de lo que le brillaban los ojos cuando hablaba de la música, y cómo aunque la vida no le había dado lo que el quería, no había perdido la pasión por la música. Eso me recordó a Maldita Nerea y le conté el porqué de su nombre. Ellos dicen que se llaman Maldita Nerea porque Nerea es para ellos música y maldita por lo difícil y maldito que es vivir de ella.

Tras comerme una hamburguesa (si mama a tomar por saco la dieta) y beber una cerveza descubrí el primer amigo que hice en Londres. No sabía en ese momento lo importante que iba a ser y mucho menos sabía él lo importante que iba a ser yo para su destino.

Se me ocurrió preguntarle si el necesitaba alguna camarera o si conocía a alguien que pudiera contratarme, pero no hubo suerte (ya os dije que esto es real y no como una película), pero tendría las orejas abiertas por si acaso.

Cuando mire el reloj y vi lo tarde que era decidí irme a casa, mañana tenía muchas cosas que hacer y me di cuenta que empezaba a estar un poco cansada, más bien estaba agotada. Prometí a Joe que volvería y me despedí.

Cuando llegue a casa ni siquiera encendí el ordenador, (mejor porque todos sabemos, y si no está bien que lo sepáis ya, que Raquel no debe usarlo a partir de las 12 de la noche, porque se pierde y puede tirarse toda la noche actualizando su página de twitter). Me desnude, me puse el pijama y me metí en la cama, (menos mal que la había dejado hecha, gracias mama).

1 comentario:

  1. "imagínate que me apetecía llevar a un hombre guapo londinense a pasar la noche… " MUEROME XD
    eso es lo que todas pensa os! jajajaja

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