miércoles, 29 de agosto de 2012

Capítulo 23


Bueno parece que ha llegado la hora de decir adiós a esta historia. Da pena despedirse porque ha sido mucho tiempo, muchas vivencias. He compartido con vosotros una parte de mi vida muy importante y es triste decirle adiós. 

Pero bueno todo debe terner un final y aquí os dejo el mio. Agradecer toda la compañía que he tenido, todos los comentarios que ayudaban a escribir. A esa gente que gracias a esta historia ha comenzado a formar parte de mi vida y a sobre todo a esa chica guapa y morena que inspiró todo esto, quien me enseño a McFly y lo que podía hacer McFly en nuestras vidas. Esta historia es suya y se la debo toda a ella. Aunque no hay que olvidarse de otras 3 loquitas que hacen que día a día este fic haya ido mejorando.

Gracias a todos y seguro que nos volvemos a encontrar muy pronto.

Os dejo con el último capitulo del fic. Espero leer muchos comentarios con vuestras opiniones.



Un dolor de cabeza acompañó a mis recuerdos, menos claros de lo que me hubiera gustado, ya que había sido la noche que tanto llevaba esperando. No podía parar de pensar en esa noche, aunque seguía sin poder recordar nada de lo que Danny me había contado.

En mi mente pasaron millones de soluciones a esto, mil estados de ánimo y una gran cantidad de finales para nuestra historia. No todos agradables. No todo deseable.

Porque cuando sueñas con tu hombre perfecto no sueles esperar que esa historia contenga tanto dolor, esperas que sea todo precioso y que con solo miraros a los ojos valga. Pero el ser humano complica todo y lo hace doloroso. Porque la vida no es fácil.

Estuve todo el día dándole vueltas a todo, una y otra vez recordaba la historia que la noche anterior me había contado Danny. Creyendo que mi cerebro daría con la mejor solución para todo aquello. Pero como era de esperar, algo así no sucedió.

No fue hasta media tarde, tras dormir un rato después de una mañana demasiado ajetreada, cuando me levanté sabiendo que debía hacer.
Cogí el móvil y marqué. Aunque parecía que no iba a salir todo lo fácil que había pensado.

­   Me pillas de milagro, estamos a punto de coger un avión. – contestó Dougie dejándome helada.
  •    ¿Cómo que cogiendo un avión? ¿Os vais? ¿Sin decir nada? ¿Por qué os vais y a donde? – comenzaba a estar nerviosa de verdad.
  •    Porque ha sido un contratiempo de última hora. Volvemos a casa.
  •    ¿Qué ha pasado? – un millón de desgracias inundaron mi mente.
  •    Quiero que te tranquilices, no es grabe del todo, pero debíamos volver con él.
  •    ¿Danny esta bien? – no me di cuenta hasta ese momento que estaba caminando alrededor de la habitación.
  •    Tienen que operar de urgencias a la madre de Danny en Londres. Pero no es grabe, no corre peligro su vida. – intentó tranquilizarme.
  •    ¿Por qué nadie me ha dicho nada? De verdad hombres. – entendía que después de la ultima conversación que habíamos tenido no me hubiera avisado.

Y me sentí culpable de ello. Debía estar a su lado, él hubiera estado si hubiera sido al contrario.
  •    Eso pensamos nosotros, pero ya sabes, Danny y tu, tu y Danny. Suponemos que anoche no salieron las cosas todo lo bien que esperábamos todos.
  •    Bueno, no, no fue la noche soñada. Pero es Danny, debería haber vuelto con vosotros a casa. ¿Está bien? – escuché una leve risita al otro lado del teléfono.
  •    Te ha dejado un paquete en recepción, puede que debas ir a por el antes de nada. – dijo cambiando de tema.
  •    Llámame en cuanto aterricéis en Londres. – colgué el teléfono y salí corriendo a recepción.

Debí ganar un record Guiness al menos, ya que en menos de dos minutos había bajado y vuelto a subir con lo que Danny había dejado para mí en recepción.

Lo abrí sin darle demasiadas vueltas a nada. Un cd y una carta.

Hola.
Sé que la cagué ese junio, me di cuenta cuando salí de tu casa ese día y ha sido así durante todo este tiempo. Al menos lo que intenté conseguir con ello ha salido bien, estas de gira por US y yo no tengo nada que ver por primera vez.
Tengo que adelantar mi vuelta a Londres, pero después de lo de anoche supongo que es lo mejor para los dos.
Te dejo nuestra banda sonora, para que escuches lo que no he podido cantarte yo. No olvides que te quiero y siempre lo haré. Espero verte por casa pronto, sino cuando me canse de esperar volveré a por ti, estés donde estés.
Now & Always.

Cogí mi ordenador y sin darle más vueltas a la carta metí el cd, no tenia fuerzas para seguir calculando todos mis sentimientos. Mis grupos favoritos cantaban algunas de mis canciones favoritas. El principio del cd ya me lo conocía, en su mayoría canciones bonitas, llenas de historia. Pero a la vez que pasaban, las canciones transmitían mucho más dolor y desconfianza.

Algunas no me sorprendieron, ya que yo misma las hubiera metido también en nuestra banda sonora. http://www.youtube.com/watch?v=9QPVWWBFE7w Otras que no esperaba encontrar, ya que el grupo era casi anónimo y que solo escuchaba cuando la tristeza casi no me dejaba respirar. http://www.youtube.com/watch?v=ijHdNxrK2zg

Otras transmitían desesperación y dolor. http://www.youtube.com/watch?v=JwYm-EHLaYM Llegando a querer destrozar toda la habitación del hotel. Pero luego llegaban buenos momentos, pasión descontrolada, errores que intentamos arreglar esa noche. http://www.youtube.com/watch?v=3RPqKLu0vn8 . Donde volvimos a sentirnos uno, http://www.youtube.com/watch?v=UxvSDgMFCCM aunque no duró todo lo esperado.

Todo se complicó después de esa noche. Mudanzas, novios nuevos, compromisos que terminaron en despedida. Más de una despedida por desgracia. http://www.youtube.com/watch?v=V9s8VGDAhWI

Escuché al menos diez veces el cd esa noche. Era una fase que tenia que cerrar para comenzar mi siguiente movimiento. Tenía la pelota en mi tejado y no iba a tirarla para que viniera a por ella. Era mi momento. Él había decidido últimamente por los dos y no estaba de acuerdo en que siguiera siendo así. Ya era hora de pasar a ser parte activa de esta historia de la reconquista.

Y sabía que iba a hacer.

Esa misma noche.
  •    Kate, vuelvo a Londres. Espero que os podáis apañar sin mí una semana. – llamé de camino al aeropuerto.
  •    Al fin entras de verdad en el juego. – parecía emocionada.
  •    Eres la única que lo sabe y debes de seguir siendo la única que lo sepa. Si te preguntan no sabes nada.
  •    Solo espero que no vayas hasta Londres para dejarlo definitivamente.


Un par de días después.
  •    Dougie, necesito tu ayuda.




POV Danny

Entré en casa sin ni siquiera encender las luces. Estaba agotado, solo quería dormir y que terminara ese jodido día de una vez.

La necesitaba tanto en ese momento, me había estado conteniendo para no llamarla y dejarla algo de espacio. Pero de verdad necesitaba escucharla decir que todo iba a salir bien.

Pero estaba demasiado cansado para lidiar con la llamo o no la llamo en ese momento. Tiré la chaqueta mientras subía las escaleras y lo mismo hice con los zapatos. Caminaba de forma automática, el cansancio no me dejaba hacerlo de otra forma. Llegué a mi cama y me tumbé sobre ella suspirando. No creía que al fin estuviera allí.

No tenía intención de moverme hasta la mañana siguiente. Una leve melodía comenzó a sonar.



Parece que no vas a tener que llamarla al final. Pensé mientras escuchaba atentamente la canción. Solo esperaba que fuera ella y no un asesino o algo así. Había pasado demasiado tiempo con Raquel.

Falling a thousand feet per second, you still take me by surprise
I just know we can't be over, I can see it in your eyes
Making every kind of silence, takes a lot to realize
It's worse to finish than to start all over and never let it lie
And as long as I can feel you holding on
I won't fall, even if you said I was wrong.

Me hizo sonreír, no podía ser verdad que estuviera allí. Devolviéndome lo que yo la llevaba haciendo esos meses. Pero ella sin cantarme directamente. Menos mal, no hubiera podido contener la risa si hubiera hecho algo así.
Pero ¿y si me había ilusionado demasiado rápido? ¿Si no venia a darme buenas noticias?

When you're caught in a lie and you've got nothing to hide
When you've got nowhere to run and you've got nothing inside
It tears right through me, you thought that you knew me
You thought that you knew

Me concentré en la canción, intentando averiguar el significado de ella. Pero mi cansancio no ayudaba, tenia miedo de quedarme dormido. Me incorporé lentamente y me quedé sentado en la cama. Sin perder detalle de la canción.

I'm not perfect, but I keep trying
'Cause that's what I said I would do from the start
I'm not alive if I'm lonely, so please don't leave
Was it something I said or just my, just myself
Just myself, myself, just myself

No creo que dejara de sonreír durante el tiempo que duró la canción. Los segundos después de que terminara se me hicieron eternos. No sabía que hacer.

De repente se encendió la luz de la habitación y cuando mis ojos se acostumbraron a la luz repentina pude comprobar todo lo que había echo en las paredes.

Las paredes estaban escritas, llenas de letras, palabras, canciones.
  •    ¿Qué has hecho? – dije sin poder de mirar alrededor de la habitación.

Ni siquiera me había dado cuenta que estaba al lado de la puerta del baño con el ukelele rosa de Tom.
  •    Ya ves, no ibas a ser el único en hacer locuras este verano. – dijo con una gran sonrisa en los labios.
  •    ¿Me vas a cantar? – dije al percatarme de lo que llevaba en las manos.
  •    Pues claro que no, solo es atrezzo, ya sabes para la puesta en escena. – parecía ofendida.


Y empezó a sonar una de esas típicas canciones de amor cantada por una banda de garaje californiana.

Four letter word
But I don't have the guts to say it
Smile 'til it hurts
Let's not make it complicated
WE'VE GOT A STORY
BUT I'M ABOUT TO CHANGE THE ENDING
You're PERFECT for me
You're more than just a friend
So we can just stop pretending now
Gotta let you know somehow

La encantaba esa música y me hizo sonreír. Todo aquello me hacía feliz. Comencé a seguir la letra en la pared, parecía que iba a ser nuestra nueva canción. Palabras escritas con pintura y plantillas sobre mi pared. Palabras remarcadas y en mayúsculas que hacían estremecer.

No matter what you do
I'LL BE THERE FOR YOU
And every time you CLOSE YOUR EYES
I WILL BE BY YOUR SIDE
'Cause every time you make me sing
BABY I WILL BE YOUR EVERYTHING

No creía que estuviera aquí, delante mio con un ridículo ukulele rosa, haciendo playback mientras su cuerpo se movía de esa forma exagerada tan particular. Me rasqué los ojos por si estuviera soñando, aunque no era de extrañar lo que estaba haciendo. Era tan payasa.

I'll be your SHELTER
I'll be your STORM
I'll make you SHIVER
I'll keep you warm
Whatever weather
BABY I'M YOURS
BE YOUR FOREVER, BE YOUR FLING

Y todo parecía volver a encajar, todo volvía a tener sentido. Como si un fuerte viento se hubiera llevado todo el dolor, el pasado fuera de mi mente y mi corazón. Ya todo eso daba igual.
  •    Ya me has jodido la pared. – mi tono no sonó todo lo frio que quería.
  •    Ya, es que soy un poco tocapelotas, pero me da igual. No me vas a fastidiar el momento de fiesta Daniel. Puedes decir lo que quieras. Es MI momento. – y puso otra canción. – Realmente este bis no tiene mucho que ver, pero me encanta esta canción.

Y comenzó a sonar una nueva canción. Esta vez no me hizo sonreír, sino reír a carcajadas.

Porque esta vez si cantó, bueno, berreo, no cantaba tan mal como lo estaba haciendo ahora.

  •    ¿Puedes no inventarte palabras en ingles?
  •    Es que no me se la canción, y te recuerdo que no soy inglesa, a veces me invento palabras en las canciones. – siguió dando brincos con el ukelele que usaba de vez en cuando de micro.

Subió a la cama y comenzó a saltar.
  •    Oh I swear to you, I’ll be there for you nanana! – cantaba.
  •    Eres una loca. – reía.
  •    Si, lo soy, pero nene, soy tuya. – dijo sin retirar sus ojos de los míos.
  •    No hagas eso. – dije dejando escapar un suspiro.

Supe en ese momento que estaba perdido, ese comentario junto con un suspiro suponía un reto para Raquel y sabía que aunque estuviera muy cansado, iba a ganar esa batalla. Principalmente porque no iba a luchar contra ello.
  •    ¿Qué no haga el que? – mantuvo el contacto visual y se puso de rodillas sobre la cama.
  •    ¿Qué? Yo no he dicho nada. – dije divertido. – Un fantasma. – grité y señalé al baño.
  •    Eres muy tonto tu no. – se había sobresaltado un poco.
  •    Ya sabes, pero soy tu tonto. – y sus ojos volvieron a ser todo lo que fueron una vez.

La agarré por la cintura y la puse sobre mis piernas. No esperaba algo así. Nuestra distancia era mínima y nuestras respiraciones se hicieron una en menos de un segundo.
  •    No recordaba que olieras tan bien. – dije sin pensar.
  •    Vaya y yo no recordaba que fueras un vampiro, si que has cambiado en este año. – se río de mi.
  •    No deberías reírte de mí, estoy muy cansado e indefenso. – y acompañé la frase con una cara de tristeza.

Aunque supongo que no era necesario poner cara, la traía de serie.
  •    Es verdad, lo siento. ¿Qué tal tu mama? – y pasó su mano lentamente sobre mi mejilla.
  •    ¿Cómo sabes tu eso? – me acababa de dejar helado.
  •    Lo que tendría que sorprenderte es que no lo supiera. Una novia debe saber todas esas cosas. – y su mano seguía recorriendo mi mejilla.
  •    ¿Una novia? – y sin entenderlo muy bien eso también me paralizó.
  •    Eso espero, sino estaría haciendo un poco el ridículo y tal. – aunque estaba segura de si misma, no era de extrañar.
  •    Ya sabes lo que dicen, “Despite it all, love can still spring in the most unlikely of places. And sometimes, even fairytales can come true”.

Y la besé como la primera vez, como si nada hubiera pasado. Marcando el inicio de lo que sería nuestra nueva historia de amor, aunque el verdadero comienzo fue mucho antes, en un estrecho pasillo, con una guitarra y una bonita canción.


THE END

Capítulo 22


Abrí un ojo sin saber muy bien donde estaba o en que condiciones había terminado la noche. Un montón de imágenes sin sentido inundaron mi mente y sentí que mi cerebro iba a explotar. Más bien por todo el alcohol que tomé esa noche que por lo que había pasado. Intenté ordenar las imágenes para que tuvieran sentido.

Cuando terminó el concierto de All Time Low corrimos hacia la zona de camerinos. Queríamos disfrutar de la noche, de Las Vegas, de volver a encontrarnos todos juntos después de tanto tiempo. Porque después de nuestra ruptura todo había cambiado. De alguna forma habían cogido partido, y eso no hacía que fuera fácil toda aquella situación.

Cuando entramos vi algo que me sorprendió, no solían ser tan abiertos. María se acercó a Dougie de forma sensual.

  •    Hola guapo. ¿Quieres que te invite a una copa? – no parecía ella misma.
  •    No lo siento señorita, tengo novia. – reía Dougie.
  •    No creo que eso sea un problema. – y le besó con pasión durante unos segundos.

Me hizo sonreír, me gustaba verles juntos. Eran felices después de pasar malos tiempos, sobre todo para Dougie.
  •    Bueno es hora de cenar. Vámonos. Danny. – grité.
  •    Pero ¿solo vamos nosotros a cenar? – dijo Cris preocupada.
  •    Si, es que los otros van con Kate y The Maine a cenar. Pero luego hemos quedado en vernos. – la tranquilicé.
  •    The Maine. ¿Has dicho The Maine? – se metió Bárbara en la conversación.
  •    Tú deja de tirarte a famosos ya. – se quejó Laura.
  •    Además Kate lleva detrás de John todo el verano. – la informé.
  •    Pues que se vaya olvidado. Si Kate está aquí es gracias a mi. Así que John me pertenece. ES MIO. – y sus ojos tomaron un brillo de poder y maldad.
  •    Voy a tener que sentirme un poco rechazado en este momento. – protestó Harry.
  •    Vamos a ver pequeño come ladrillos, suplente de John Travolta en Grease. Yo me quedaría contigo, pero no creo que a tu novia le guste mucho, así que tendré que disfrutar de la vida con Jack. – cogió a Harry por el brazo y se quedó paralizada. – Venga, cenemos rápido y vayamos a disfrutar de las Vegas. – Cris arrastró a Harry hasta que todos les seguimos.

Comencé a caminar intentado no encontrarme con la mirada de Danny. Tenía un poco de miedo en ese momento, de caer en sus brazos con solo mirarme. Primero quería comprobar que todo podía volver a ser como antes, poder disfrutar de una noche, todos juntos, sin dramas ni lágrimas.

Pero Danny no iba a esperar a descubrir algo así, el llevaba forzando las situaciones, los momentos a su favor. No le culpaba, yo habría hecho lo mismo si fuera al revés.
  •    ¿No vas a decirme nada? – dijo agarrándome por la cintura.
  •    Que eres un gran cantante. – intenté continuar caminando.
  •    Espera. – me giró haciendo que nuestras cuerpos estuvieran uno frente a otro. – Ya sé que canto bien, no me refería a eso.
  •    Lo se. – intenté controlar la situación. – Pero no necesitas que te diga nada, ya sabes lo que pienso.
  •    No, nunca se lo que piensas, o no la mayoría de las veces.
  •    Vivamos el momento, dejemos de pensar, de hablar del pasado o del futuro. Disfrutemos de la noche, de la compañía y será lo que tenga que ser. – lo dije un poco para darme tiempo.
  •    ¿Sexo? – preguntó divertido.
  •    Danny. – le di un leve golpe en el brazo, aunque me hizo sonreír. – Vamos a cenar, que nos están esperando.

Comencé la marcha aunque no le sentí detrás de mí. Me giré y le vi parado en medio de la sala, como si hubiera perdido el control de toda la situación.
  •    Danny… - susurré desde la puerta.

Me devolvió una sonrisa algo triste y siguió allí paradado. Y tuve la necesidad de acercarme a él y hacerle sentir mejor.
  •    Mírame, a los ojos. No te rindas, no ahora. Por favor. – intenté de algún modo transmitirle confianza a través de mis ojos.
  •    ¿Y eso que significa? – no llegaba a descifrar su mirada.
  •    Que sigas luchando por lo nuestro. – deposité un dulce beso en sus labios.

Sentí su sonrisa debajo y eso me hizo feliz.
  •    No yo te quiero más. – dijo Harry desde fuera.
  •    No yo mucho más. – le seguía Tom la broma.
  •    Idiotas. – Danny me tendió la mano y no tuve otra opción que aceptársela.

No se movieron hasta que nosotros les pasamos, y tuve la necesidad de girarme y decirles algo.
  •    Iros a una habitación, guarros. – les dije divertida mientras les giñaba un ojo.
  •    ¿Le vuelves a querer? – preguntó Tom del todo exaltado.
  •    Lo siento señorita, no habló de mi vida privada a la prensa. – esta vez fue Danny quien se giró.
  •    Claro que me quiere, pero es que nunca dejó de quererme.
  •    Creído. – pero todos sabíamos que era verdad, aunque lo que no sabia era si era suficiente con quererle.

La cena fue distendida y llena de risas. Perfecta. Aunque lo bueno solo estaba a punto de empezar.
  •    Creo que alguien debe casarse esta noche. No es por presionar a nadie, pero estamos en Las Vegas, es una tradición global. – comentó Harry.
  •    Siii, es una idea perfecta. Rach, cásate con Danny. – Cris comenzó a ponerse nerviosa.
  •    ¿Cómo me voy a casarme con Danny? Hace un año que no nos acostamos ¿y si ya no es bueno en la cama?
  •    ¿Perdona? – dijo Danny indignado por el comentario. – Primero hace poco nos acostamos y no es posible que sea malo en la cama. Me ofendes.
  •    ¿Cómo que hace poco os acostasteis? ¿Cuándo ha sido eso? – María parecía nerviosa.

Dougie se acercó a su oído y la dijo algo que hizo que María se tranquilizara.
  •    Ah, vale. Perdón. Entonces ¿vamos de boda?
  •    El único que debería casarse es Harry, que lleva toda la vida con Izzy. – comentó Bárbara.
  •    ¿Verdad? Yo también lo he pensado, pero quería vuestra opinión antes. – el comentario de Harry hizo que todos dejáramos de hacer cualquier cosa y nos centráramos en él.
  •    ¿Qué? – dije demasiado alto.
  •    Harry ¿Le vas a pedir la mano a Izzy? – Tom empezaba a hiperventilar.
  •    Si, creo que si. – dijo con miedo a nuestra reacción.

Nos miramos unos segundos intentado unificar la reacción. Los gritos inundaron todo el restaurante. El momento se convirtió en una gran celebración, champan, chupitos. Y con el aumento de alcohol en sangre llegaron las confesiones.
  •    Pero eso es igual que el momento en el que Dougie se obsesionó con ese tío y terminó llevándoselo a su habitación. – dijo Danny divertido.

No creo momento más crítico en toda la noche que ese.
  •    Danny. – le gritó Dougie al instante.
  •    Lo sabía, vamos que si lo sabia. Os lo dije. Pagadme, vamos. – Bárbara se volvió loca por unos segundos.
  •    ¿Cuándo nos hemos apostado dinero por ese tema? – se quejó Laura.
  •    Da igual, deberíais pagarme porque yo lo sabía.

Dougie no hizo caso a ningún comentario, solo miraba a María, que parecía paralizada.
  •    ¿Estás bien? – preguntó muy bajito.
  •    Si, claro, si total solo me acaban de decir que mi novio se tira a tíos de vez en cuando. Nada más. – estaba enfadada.
  •    Puede que no sea el momento ni el lugar para hablar del tema. – intentó cortar Doug.
  •    Que más da, si en este grupo no hay secreto. Bueno solo para mí. Pagar a Bárbara y ya esta.
  •    María no seas exagerada, solo fue sexo. – intenté ayudar a Dougie.
  •    Claro, a ella si se lo has contado. Como no. – al final me llevaba yo bronca también.
  •    ¿Tú lo sabías Rach? ¿Cómo no me lo contaste? – se unió Bárbara al bando de los indignados.
  •    Vamos a ver, no es cosa mía, no me metáis. – intenté salir de la movida.
  •    Pues entonces no te metas tú, no intentes defenderle. – me gritó María. – Me lo podías haber contado Dougie.
  •    ¿Cómo le dices a tu novia que te tirabas tíos por diversión? Era muy joven, bebía y probaba muchas cosas. No tiene mayor importancia. – intentaba convencerla.
  •    No te preocupes, Danny también lo hizo. – dije sin pensar.
  •    No me lo puedo creer. Pones existe. Ahora si que me tenéis que pagar bitchies. – Bárbara se levantó y se marcó un pequeño bailecito.
  •    Bárbara no te motives, el Pones no existe. – y Danny me miró con odio. – Puede que sea mejor que lo habléis en privado. – intentó templar los ánimos.
  •    No, no me pienso perder esta noche discutiendo con Doug. Mañana seguirá ahí. 
  •    ¿Está todo bien? – preguntó Dougie.
  •    Son tal para cual. – rio Bárbara. - Mira la que lías Jones con un simple comentario, que yo sabía desde siempre, pero que claro, soy yo. La líder.
  •    Callaros los dos, de verdad. Vámonos de aquí, es hora de disfrutar de la noche. – María se levantó e ignoró todo lo demás.

Nadie pareció quejarse del nuevo plan, ya que en los últimos minutos el ambiente se había ennegrecido en exceso.
  •    Quiero apostar, vamos a jugarnos nuestra poca riqueza. O mejor, la riqueza de Jones. – Cris salió del restaurante como una niña pequeña.
  •    Hoy es mi día. ¿No? – me preguntó algo molesto.
  •    Ya saben lo que dicen, eres Danny Jones. – deslicé mi mano por su brazo hasta llegar a entrelazar nuestras manos.
  •    ¿Sexo? – volvió a preguntar.
  •    Cállate.
  •    Oye que es lo que suele acompañar a la frase, eres Danny Jones. – intentó picarme.

Las copas y los chupitos fueron cayendo. Al igual que las fichas. No recuerdo cuando cambiamos el casino por la discoteca. Lo siguiente que recuerdo es estar bailando con Danny en medio de la pista mientras nos robábamos algún que otro beso. Aunque puede que fueran algo más que besos robados por ambas partes. En un momento Danny desapareció en busca de algo de beber, aunque yo no necesitaba más alcohol por el momento.

En su ausencia, Rian, se acercó a saludar. Parecía que no éramos los únicos que andábamos borrachos.
  •    No se como puedes perdonarle. Es un gilipollas. – me gritó al oído.
  •    Porque es mi gilipollas. Es él, aunque nos hayamos empeñado en lo contrario este último año. – y salió directo de mi corazón.
  •    Así que ya está. Volvéis a estar juntos.
  •    Algo así, supongo. Todavía queda algo que solucionar. – había algo que seguía sin convencerme.
  •    Espero no tener que matarle. – le amenazó sin ni siquiera estar allí.
  •    Eso espero yo también.

Nos sonreímos, yo con esperanza y el con resignación. Nunca le di demasiadas vueltas a lo que tuve con Rian, le utilicé ese verano para intentar olvidar a Danny. Y en esos últimos meses se había convertido en mi Dougie americano.
Me pilló por sorpresa, me cogió del brazo y me acercó a él. Me dio un dulce beso en los labios y cuando terminó esperó mi reacción. Estaba sorprendida, no entendía lo que acababa de pasar y el alcohol no ayudaba en absoluto.

Pero mucho menos ayudó que Danny lo viera todo. Lo que pasó después sucedió demasiado rápido. Una copa estalló contra el suelo, gritos, puños, brazos que intentaban separarlos y aun seguía sin comprender como se había podido joder todo en menos de un minuto.

Les sacaron a los dos del local, escoltados por los miembros de sus grupos, separados lo máximo posible. Pero a Danny había algo que le importaba más que su salud.
  •    Dejadnos solos, estoy bien. – les gritaba a los chicos.
  •    Danny estas sangrando y muy nervioso, no te vamos a dejar solo con ella. – protestó Dougie.
  •    Y menos sin saber porque habéis terminado dándoos una paliza. – adjuntó Harry.
  •    Primero debo enterarme yo de porque motivo me he visto obligado a partirle la cara a ese hijo de puta. Aunque tuviera ganas desde el primera vez que le vi. – no apartó la mirada de mi.
  •    Chicos, dejarnos un minuto. – conseguí articular.
  •    ¿Tú estás bien? – se preocupó Tom.
  •    Si, dada la situación, aunque puede que dentro de un rato no lo esté. – el alcohol hablaba por mi.

Ellos aceptaron y nos dejaron solos. Danny se levantó nervioso y caminó por la calle intentando calmarse.
  •    Estoy intentando comprender lo que he visto hace 10 minutos y a la vez intentando quitarme de la cabeza esa imagen. Se supone que me has dicho esta puta noche que siguiera luchando por ti. ¿Me puedes explicar por qué me voy dos segundos y te encuentro besándote con él?
  •    No me estaba besando con el joder, me ha besado, no se como ni porque, de repente me ha soltado un beso y no me ha dado tiempo a entenderlo cuando has llegado y ha empezado todo. – nuestros tonos de voz fueron subiendo y no gradualmente.
  •    Tampoco te he visto muy molesta por el beso.
  •    ¿Como voy a estar molesta si no me has dado tiempo a procesar porque huevos me ha besado? Le estaba diciendo cosas sobre ti y de repente sin más me ha besado. – intentaba defenderme de algo que ni siquiera llegaba a comprender.
  •    No puedo seguir así, no puedo perderte pero tampoco puedo seguir haciendo el idiota si tú a la mínima vas a besarte con otros. Otros con los que trabajas. – no paraba de caminar de arriba abajo.
  •    No estas haciendo el idiota Danny, joder no. – me estaba empezando a poner nerviosa.
  •    Pero hay un pero, porque si no me dirías ahora mismo todo lo que me quieres y que él no es nadie para ti.
  •    Pues claro que hay un pero, pero también te quiero y él no significa nada para mí. Pero no es vinculante todo eso.
  •    Demasiados peros y palabras que no entiendo. Estoy borracho Raquel, no me vengas con filosofías tuyas de la vida, el destino y esas mariconadas que te gustan pensar. – me sentí idiota.
  •    No puedo decidir si es suficiente con quererte sin saber porque rompimos de esa forma, porque me fui a Nueva York y destrozamos todo lo que teníamos. Porque según tu hay algo más en esa historia que yo no conozco. Pues dilo ya, deja la música de lado y cuéntamelo de una puta vez. Para que esto pueda avanzar o terminar para siempre. – nunca le había gritado tantísimo como en ese momento.

Mi cara estaba roja de rabia y dolor. Yo no había echo nada, no quería besar a nadie más que no fuera él. Sabía que si le decía eso todo terminaría, sin necesidad de que me contara lo que había pasado esa noche. Porque realmente no importaba, ya no, pero el orgullo salió por encima de cualquier sentimiento.
  •    Como tu quieras, ya sabemos que eres tu quien decide todo en esta relación. – protestó.
  •    Eres lo peor Danny, lo peor. Pero no voy a entrar en tu juego, me da igual. Si te apetece contármelo estaré en el hotel intentando comprender porque me has gritado porque un tío que te odia me haya besado.

Comencé a caminar en busca de un taxi, estaba demasiado borracha y enfadada como para llegar de otro modo al hotel. Aunque después de todo, la borrachera había caído en picado.
  •    Tú no te preocupes porque me hayan destrozado la cara. – dijo detrás de mi.
  •    No te lo mereces. – y subimos en el taxi dirección al hotel.

Lo primero que hice cuando llegamos al hotel fue curarle la cara, era verdad que su comportamiento en los últimos minutos no había sido muy aceptable, pero Rian le había tocado mucho las pelotas.

El camino del taxi al hotel hasta que le curé fue en silencio, supongo que estaba intentando centrarse antes de contarme lo que había ocultado tanto tiempo. Danny estaba recostado sobre la cama, parecía cansado. Aunque era normal sentirse así.

  •    Danny, no me lo tienes que contar ahora. Vamos ni siquiera tienes que hacerlo. Da igual, me da igual lo que pasara. – intenté aminorar su dolor.
  •    No, debo hacerlo. Fue una tontería lo que hice esa tarde, forcé que lo nuestro terminara y por eso estamos ahora así. – se sentía culpable.
  •    No fuiste el único. – no tenia él toda la culpa.
  •    Puede que no del todo, pero realmente si.

Estaba confundida y asustada de lo que iba a pasar a partir del momento en el que conociera la historia.

FLASHBACK POV DANNY

Esa tarde después de que Raquel terminara su examen y habláramos por teléfono sentí una extraña sensación dentro. No me gustaba sentir que mi novia no se sentía a gusto presentándome a sus amigos. O saliendo todos juntos.

Era un sentimiento absurdo, solo eran sus compañeros de la universidad, sus amigos de verdad me conocían y no parecía tener ningún problema en presentarme. Pero aun así esa noche tenia algo importante que contarla y no quería hacerlo por teléfono.

Esa tarde teníamos una reunión para hablar sobre la agenda del verano y seguía sin poder pensar en otra cosa que en esa noche de fiesta. ¿Y si me estaba ocultando algo? Comenzaba a estar paranoico.

Cuando terminó la reunión me acerque a Tommy, tenia que agradecerle todo lo que había echo.

  •    Tommy, gracias por tus llamadas a Nueva York, parece que ha surgido efecto y la quieren allí este verano. – me sentía bien por haber conseguido una oportunidad así.
  •    ¿La han llamado? – parecía sorprendido.
  •    Si, aunque estaba estudiando y contesté yo. Pero vamos se lo contaré mañana y dijeron que la volverían a llamar en unos días si ella no les llamaba.
  •    ¿Sabes que podría hacer prácticas aquí en Londres también? Incluso puede que en mejor puesto que en NY.
  •    Ya, pero su sueño es trabajar en NY, supongo que siempre habrá tiempo para trabajar en Londres. Además no debe saber que yo la he conseguido el trabajo, así es más divertido.

Y menos peligroso ante cualquier locura que le diera en la cabeza.
  •    Vamos Danny, nos morimos de hambre. – protestó Dougie desde la puerta.

No me hice de rogar, me vendría bien salir a comer algo con los chicos y tomar unas cervezas. Aunque las cervezas duraron mucho menos de lo esperado.

El móvil sonaba sobre la mesa. Sonreí al ver quien llamaba.
  •    Hola preciosa, parece que no puedes vivir sin mi. – bromeé.
  •    Danny, te estoy viendo. GUAPO. – gritaba Raquel al otro lado del teléfono.
  •    ¿Dónde estas? – pregunté mientras echaba un vistazo rápido alrededor del bar.
  •    Pues no se, caminando hacia Koko. – dijo confundida.
  •    Vaya, entonces no me puedes ver. Alcohólica. – adoraba que me llamara borracha, me hacia sentir importante.
  •    Si, estás pegado en una pared. No me gusta mucho esa foto, tú pareces más viejo y… bueno todos salís un poco feitos. Con lo guapos que sois todos, sobre todo Dougie y Harry. Oye Danny, ven a verme. – suplicó.
  •    ¿Seguro que no quieres que vayan los guapos de Dougie y Harry? – en días como hoy esos comentarios picaban un poco.
  •    No, porque con ellos no puedo acostarme y tampoco quiero hacerlo. Pero ya sabes si quiero acostarme contigo, aunque en el cartel no salgas nada guapo. Pero yo recuerdo que tú en natural ganas mucho más. – no paraba de hablar.
  •    Rach, sabes que no quieres que vaya, es tu fiesta de despedida. – la recordé.
  •    Que va, si quiero que vengas. Además dentro de unos minutos dejaré de recordar todo lo que pase. ¿Imagínate que alguien se quiere aprovecharse de mi y coger mi móvil y twittear cosas que hagan peligrar mi imagen publica como tu novia? – estaba empezando a desvariar. – Y además quiero sexo Jones. Ven a complacer a tu novia.
  •    ¿Estás segura? ¿No te sentirás mal al lado del popular Danny Jones? – iba a ir, me estaba suplicando sexo y uno no es de piedra.
  •    No, porque me estarás besando durante toda la noche y ya está.
  •    Soy un hombre florero. Voy para Koko ¿nos vemos en la puerta? – esperaba que pudiera llegar hasta allí.
  •    Oh si. Te quiero. – y colgó el teléfono sin más.

Después de esa conversación tardé un poco en saber que tenia que hacer, había creado confusión en mi cerebro. Pedí una cerveza y me la bebí de un sorbo.
  •    ¿Me acercáis a Koko? – pregunté.
  •    ¿A Koko? ¿Por qué Koko? Ahí nos acosan demasiado. – preguntó Dougie.
  •    No hace falta que os quedéis, está Rach allí de fiesta con los de la universidad …
  •    Y quieres saber que se siente al ir a la universidad. – bromeó Harry.
  •    No gilipollas, solo quiero que termine la noche sana y salva. ¿Me lleváis?
  •    No creo que tengamos opción. Pero eso si llama a quien tengas que llamar para conseguir un reservado chulo, que ya que vamos nos tomamos unas cuantas. – lo que me faltaba, no solo iba yo, sino que íbamos los 4.

Pero encima que les hacia recorrer media cuidad lo mínimo era que entraran a tomar unas copas.

Koko era el típico sitio donde siempre había demasiada gente, demasiada gente conocida y con dinero. Pero eso nos beneficiaba a la hora de conseguir reservados, aunque eso significara demasiados ojos mirando.
  •    Recordadme porque venimos aquí. – dijo Dougie nervioso.
  •    Doug no hace falta que te quedes, solo necesitaba que me acercarais. Eres libre de irte o iros. – me sentía un poco mal por Doug.
  •    Venga tío, vemos un poco el ambiente y nos vemos en 10 minutos. – intentó convencerle Harry. – Si estas muy incomodo nos vamos incluso antes.

De repente una loca apareció gritando y corrió hasta nosotros. Al principio pensamos que era una fan, porque gritaba McFly sin parar, pero para suerte de ellos y desgracia mía era mi novia.
  •    Dios, si habéis venido todos. Lo siento pero no os puedo compensar con sexo a todos. Dougie, te acabo de ver en un cartel, no te dejes hacer eso nunca más, con lo guapo que eres y lo mal que sales en esa foto.
  •    Raquel, tranquilízate un poco. – estaba un poco avergonzado.
  •    Danny no te tienes que sentir amenazado, Doug no es mi tipo. – dijo y se agarró de mi cintura.
  •    Y Rachel acaba de solucionarme la noche, ya se porque estamos aquí, es la noche del humor con Rach. – rio Dougie. – Aunque mamona sabiendo que no bebo tu llevas una.
  •    Ya, es que ahora bebo por los dos, para que las botellas no estén tristes. – y le sonrió dulcemente.
  •    Eres adorable. – y se acercó a abrazarla.
  •    Lo se pequeña rubia, es que eres mi pequeño. Además dentro de poco serás como mi cuñado. – aunque eso ya no le hizo mucha gracia.
  •    Vale, bueno vamos a pasar a dar una vuelta. Os dejamos solos para que vayáis con tus amigos. – intervino Harry.
  •    Ya están dentro. Podéis venir si queréis, tengo amigas guapas  - y les guiñó un ojo.
  •    Creo que están servidos. Y de momento creo que con un miembro de McFly por está noche está bien para tus amigos. – suficiente con que estaba yo allí.

Raquel se despidió con abrazos y besos. Era adorable y más cuando se ponía cariñosa gracias a los efectos del alcohol.
  •    Anda vamos a buscar a tus amigos.

Nos encaminamos en la búsqueda de gente borracha dentro de un local lleno de más gente borracha. Eso hacía que quisiera beber yo, y eso hice.

Creo que en algún momento de la búsqueda dejamos de buscar y nos centramos en disfrutar de la noche sin más. Bebimos, bailamos y nos besamos una y otra vez.

Pero no todo era perfecto, de vez en cuando, llegaba alguien pidiendo una foto o recordándome quien era. Cosa que llegaba un momento que te acostumbrabas, pero no me gustaba que esto pasara delante de ella. Aun tenía miedo de perderla por motivos como ese.

Pero esa crisis no pasó esa noche y eso me alegró. Una parte de mi sabia que no era el momento de darle esta clase de noticias, pero ya estaba borracho y no podía guardar más el secreto. Era como si algo me corrigiera por dentro.

  •    Tengo una noticia que darte. Puede que mañana no la recuerdes pero es que no puedo esperar. – la dije algo nervioso.
  •    Woow. ¿Es buena o mala? ¿Sobre música, trabajo, tu madre, un hijo ilegitimo, la caída de la bolsa del 29, que los Jonas vuelven a juntarse? – como podía formular tantas hipótesis en menos de 15 segundos.
  •    Cállate anda, no tiene nada que ver conmigo. Ni sobre los Jonas. – la dije antes de que volviera a abrir la boca.

Respiré profundamente antes de contárselo.
  •    El otro día, cuando estuviste estudiando en mi casa, te llamaron para ofrecerte un trabajo de becaria en Nueva York. – dije rápido, como si fuera una tirita.
  •    ¿QUÉ? – dijo más sorprendida de lo esperado.
  •    Que Universal quiere que vayas a pasar el verano a Nueva York y trabajes allí. – di más detalles.

Una chica se acercó en ese momento y tocó mi hombro suavemente. Me pidió una foto y comenzó a charlar conmigo, como si fuera un amigo suyo de toda la vida. Y a Raquel no le gustó demasiado eso.
  •    Perdona, pero estaba teniendo una conversación con su novia en este momento.
  •    Raquel, tranquila. – intenté que no montara un escandalo.
  •    Perdón ya me iba. – dijo la chica con cara de pocos amigos.

Miré algo molesta a Raquel, era verdad que no era el momento, pero la chica tampoco había echo nada malo.
  •    ¿Qué? Estábamos hablando de cosas importantes. – intentó defenderse.

Preferí seguir con el tema y no pelear por la chica, sabía que íbamos demasiado borrachos como para pensar en lo que podíamos decirnos.
  •    Bueno y ¿qué te parece el trabajo? – dije emocionado.
  •    ¿Nueva York? ¿Y tú? – esa pregunta no era buena.
  •    Pues yo tengo mucho trabajo este verano en Inglaterra, ya sabes, festivales y más festivales.
  •    Pero yo no me quiero ir allí tan lejos sin ti. Seguro que hay practicas igual de buenas aquí en Londres. – y menos aún era esta la reacción que esperaba.
  •    Ya, pero es Nueva York. Tu sueño. – había que reconocer que nunca iba a tener una vida aburrida a su lado.
  •    Ya bueno, pero adoro Londres y Nueva York esta demasiado lejos de ti. No quiero dejar de achucharte nunca. – y se agarró a mi como si fuera un osito de peluche.

El miedo me inundó. No quería ser el que truncara sus sueños, eso pasaría factura en el futuro. Quería que fuera feliz por ella misma, que tuviera su momento en Nueva York como siempre había deseado. Al menos antes de conocerme a mi.

  •    No me lo puedo creer. – dije mirando a Danny desde una esquina de la cama. – Todo fue un plan, tenias que lograr que me fuera a Nueva York. Me manipulaste.

Me quedé sin respiración, como si me fuera a dar un ataque de ansiedad, y en parte así era.
  •    No podía permitir que te quedaras en Londres. – se justificó.
  •    ¿No podías permitir que? No me puedo creer que toda esa pelea fuera para que mi orgullo saliera y me fuera a Nueva York. ¿Quién te crees Edward Cullen salvando mi vida o mis sueños? – estaba enfadada.
  •    Pues si, fue así. Nunca me hubiera perdonado que no fueras por mi culpa, por tenerme cerca.
  •    Dios mio. ¿De verdad te crees que no hubiera ido a NY si te hubieras sentando conmigo y hubiéramos hablado del tema? De forma educada y con cariño. Danny estaba borracha, llevabas toda la noche haciéndote fotos con otras y me cuentas que si me quiero ir a NY. Pues claro que no me quería ir, pero eso no significa que fuera racional en ese momento. Y además mi sueño era trabajar en la música, vale que adoro NY y no me arrepiento de irme pero no tenías derecho a decidir por mí que eso era más importante que nosotros. Porque en la vida hay muchas cosas, no solo trabajar en USA.
  •    Tenias que pensar en ti misma por una vez, sin pensar en mi o en algo más que en ti y en lo mejor para tu futuro. – comenzó a subir la voz.
  •    Daniel yo no soy así, no puedo serlo. Me gusta como soy. Es verdad que he sufrido mucho y que he desperdiciado en parte unos años por no centrarme en lo que era mejor para mí, pero es parte de mi encanto. Me gusta pensar en los demás antes que en mí y en este caso tenia razones. Te he perdido durante un año, un año de dolor que nadie me va a quitar, un dolor que no me ha dejado disfrutar todo lo que podría haber disfrutado si tu hubieras estado a mi lado. Si parte de tu familia hubiera estado a mi lado. Porque la vida es algo más que un trabajo al otro lado del pacifico joder. – como no se me había ocurrido algo así durante todo este año.
  •    Lo siento, para mi era lo correcto. Si lo nuestro tenía que ser iba a ser igual, aunque hayamos sufrido un año. Pero estaré tranquilo sabiendo que hice todo lo que pude para que cumplieras tus sueños. No podía arriesgarme a que quisieras sacrificarlo todo por nosotros. – de verdad estaba convencido de ello.

Pero me sentía engañada y que todo ese año no había tenido sentido para nada. Como si el año se hubiera hecho una bola de papel y lo hubiera tirado a la papelera.
  •    Vete, no quiero verte. – le grité.
  •    Hablémoslo, no me mandes a mi habitación, por favor. – había suplica en sus ojos.
  •    Si quieres que tengamos algo de futuro vete, necesito tranquilizarme. Sino puede que volvamos a decirnos cosas que no pensamos realmente. – estaba tan enfadada que prefería meterme en la cama y olvidar todo aquello.
  •    De acuerdo, solo espero que aprendamos de esto, porque de verdad no me puedo permitir perderte de nuevo. – y salió de la habitación con lágrimas en los ojos. 


........ CONTINUARÁ .......