miércoles, 2 de marzo de 2011

Capítulo 10

No tardé en quedarme dormida, era agradable escuchar su corazón, además de algún que otro ronquido que daba de vez en cuando, a lo que yo me sonreía.

No me di cuenta cuando se levantó, debía de estar profundamente dormida. No pasó lo mismo cuando vino a despertarme.

Cogió una cacerola y una cuchara y comenzó a golpearla.

Yo me asusté, pegué un grito y por dentro me cague en él. Que mamón. Y como siempre me pasa cuando me despiertan mal o incluso si lo hacen sin motivo, le grité y le maldecí.

  • Pero como puedes ser así de carbón. Me cago en ti gilipollas!

Y él no podía parar de reírse.
  • Esta no te la perdono, no vuelvas a hablarme.

Cogí le tire la almohada a la cabeza y me tape muy rápido con el edredón.
  • ¿De verdad te has enfadado? -decía con tono de burla.
  • Claro que si me he enfadado, ¿te parece esa una forma normal de despertar a alguien?
  • Pues... así es como me despiertan los chicos normalmente cuando estoy borracho.
  • Pues son gilipollas, como tú. Mira lo podéis decir en la próxima entrevista! Describiros con una palabra: GILIPOLLAS.
  • Hasta enfadada haces el payaso.
  • No, estoy muy enfadada y no es para que vengas a darme besitos y que mágicamente te perdone y se me vaya el enfado. Eso sería peor.
  • Vaya pues una pena, yo te iba a cantar para q me perdonaras, pero supongo q no estas de humor.
  • Yo gastaría todos mis cartuchos antes de rendirme.
  • ¿Así que si quieres que te cante? – Dijo con tono de haber ganado la batalla.
  • Yo no he dicho eso.
  • Aja.

Y de repente desapareció y se empezó a oír música de fondo, no me lo podía creer. Me destape un poco la cara para poder verle, y le vi como empezaba a hacer playback con una canción que supuse que era suya. La canción era Party Girl. Verle así me hizo mucha gracia y me tape la cara para reírme y que no me viera.

  • Te estas riendo, ah no te escondas que te he visto.
  • Luego soy yo la payasa.
  • Tú es que no me conoces guapa.
  • Ohhhh!
  • ¿Esto significa que se te ha pasado el mosqueo?
  • Podría decirse que sí.
  • Pues vamos a desayunar.
  • Tomaaaa

Me levanté encima de la cama y me puse a saltar. El pasó al lado de la cama para quitar la música y yo aproveché y me tiré encima de su espalda, y del susto casi nos tira al suelo. Me llevo hasta la cocina y pude ver todo lo que había preparado. Café, waffles, zumo.

  • Mmmmm, que hambre.

Nos sentamos uno enfrente del otro y comenzamos a desayunar en silencio. De vez en cuando nuestras miradas se cruzaban y nos reíamos juntos. Cuando acabamos comencé a hablar.

  • Muchas gracias por todo. No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí desde anoche.

Me acerque y le bese en la mejilla.
  • ¿Esto es lo único que hay para mí? ¿después de todo?
  • ¿Ahora si quieres más? No sé, como anoche me rechazaste.
  • No te rechace, solamente lo pospuse para cuando estuvieras más consciente y hubiéramos charlado.
  • Eres consciente que solo hemos hablado de trivialidades ¿verdad?
  • Eso también es hablar, por el momento me sirve.

Mientras hablábamos se iba acercando a mi hasta que se colocó justo delante. Nos mantuvimos la mirada durante unos segundos y comenzamos a besarnos. Los besos sabían a locura y deseo. Me levantó y me sentó en la encimera de la cocina y mientras yo me enrollaba en su pecho y lo acercaba más y más a mí.

Le quite la camiseta, me sonrió y la tiré muy lejos. Volví a besarle y el comenzó a tocarme el muslo poco a poco, subiendo la mano por la espalda y quitándome la camiseta él también. Mientras se ponía interesante la historia llamaron a la puerta. Una luz se encendió en la cabeza de Danny.

  • Mierda, había quedado con Tom, se me había olvidado por completo. Corre entra en el cuarto y ponte algo decente. No esa camiseta, te queda demasiado bien.
  • Pero si no tengo ropa Danny.
  • Te doy permiso para que rebusques en mi armario y de usar mi ducha también. YA VA TOM.

Me acerque a su oído y le dije.
  • Vaya, yo tenía la esperanza de ducharme contigo.

Y le bese en los labios.
  • Joder Raquel, así no estas ayudando a que esto descienda para poder abrir la puerta.
  • Lo siento.

Me agache, le cogí su camiseta y la lance. Y me fui hacia la habitación. Cuando estaba entrando por la puerta me llamo.
  • Raquel, retiro lo de la ducha, no te doy permiso a que la uses.

Le mire y le sonreí. Sin decir nada cerré la puerta.

2 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAAAY!!!
    CASI ME MEO CON LO DE LA CAZEROLA!!!!!!!!!1
    JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
    PUTO DANNY ES DIOSAL!

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  2. DIOOOOOOOOOOOOOOOS buenísimo enserio, xd

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