viernes, 30 de septiembre de 2011

Capítulo 2 - 2º Parte



Los días siguientes fueron duros, pero sobre todos raros. Me había acostumbrado a vivir en EEUU y la vuelta no había sido ni por asomo como esperaba. Todo dolía más en la cercanía, esas paredes me hacían recordad demasiadas cosas, demasiados buenos momentos que ahora se volvían amargos. Momentos que no quería que se hicieran, que desaparecieran.

Una mañana mientras desayunaba y veía la tele por encima, un típico sábado por la mañana, puse un programa de cotilleos sin darme cuenta y lo que vi no podía ser real. Había unas fotos mías saliendo de la discográfica mientras me despedía de los chicos. Debajo de esas imagines se podía leer un titular que decía: ¿Dónde estaba Danny Jones?

El debate empezó y mientras las presentadoras daban su opinión otras imágenes empezaron a salir. Eran imágenes de Danny paseando por Londres con una morena escultural, incluso más alta que Danny.

No podía estar pasando. Quité la televisión indignada por ver mis fotos en un programa, por verle a él con otra. Me vestí rápidamente, cogí el bolso y salí de esa casa, tenía que salir de allí.

Me fui a ver a Joe, tenía que contarle lo del trabajo y como había ido el verano. Cuando llegué el pub estaba cerrado, era normal siendo la hora que era, pero conocía el horario de Joe, solo esperaba que no hubieran cambiado las cosas allí también.

  •   No me lo puedo creer, la hija prodiga. ¿Qué tal fue el verano por mi tierra? – dijo mientras me abría la puerta y me daba un abrazo de bienvenida.
  •    Te he echado de menos Joe, pero tengo que decir que adoro tu tierra, además al final conocimos buena parte de ella. Hasta Seattle. – dije sonriendo, me hacía ilusión verle de nuevo.
  •    Pasa anda y cuéntamelo todo.


Entramos y estuvimos al menos una hora hablando, contándole toda nuestra aventura en coche. Intenté ocultar como me sentí allí sola, con todo ese dolor dentro, ignorar todo lo que tenía que ver con él. Me preguntó que si iba a volver a trabajar ese año en el bar y le tuve que decir que no. Se que hubiera preferido que volviera pero sabía que era lo que tenía que hacer y se alegró por esa oportunidad. Aunque sé que el trabajo le gustaba para mí no le convencía especialmente que fuera para McFly. Sentía miedo en su voz.

  •    Mira, me ha llegado la maqueta de esta chica, quiere tocar en el bar. Quiero saber tu opinión sobre ella. – y puso el CD.


La canción comenzó a sonar, hubo algo en su mensaje que hizo que volviera a mi mente rápidamente. Él y su nueva novia.
  •    Tiene nueva novia. Sale con alguien. – le dije sin mirarle y jugando con una pajita.
  •    Sí, eso he oído, creo que es actriz de teatro.
  •    Lo que me faltaba, trabajar con él y que además tenga novia nueva. – me empezaba a arrepentir de haber vuelto, de haber rechazado la oferta de Lucas.
  •    Tienes que ser fuerte, esa relación no tiene futuro y lo sabes. – intentó animarme.


No podía escucharle decir esas cosas.
  •    No Joe, lo nuestro se acabó, tengo que asumirlo y pasar página sin importarme si tiene novia nueva o no. – esperaba que al decirlo en alto empezara a creérmelo yo también. – Me encanta la voz de esta chica, llámala, es perfecta para el bar. – dije dedicándole una sonrisa que ni yo sentía.


Así empezó la primera semana de trabajo. Tuve que cambiar el horario de la universidad, iba a clase por las tardes y trabajaba por las mañanas.

Esas primeras semanas de octubre me dedique a buscar local para el M&G de Londres, era el último en Inglaterra pero también el más complicado de cuadrar. Había tenido una idea y después de muchas llamadas y muchos números conseguí lo que quería.

Salí corriendo a buscar a los chicos que estaban ensayando.
  •    Lo tengo, joder, no me lo creo. – gritaba y corría hacia ellos.


Dougie empezó a reír al verme entrar así.
  •    ¿Qué se supone que tienes loca? – preguntó.
  •    Tengo… el sitio para el Meet de Londres. – contesté satisfecha.
  •    ¿Dónde? – se interesó Tom.
  •    Vais al Hard Rock Café. – y esperé su reacción.
  •    Te van a matar, es carísimo. – dijo Harry.
  •    No, ya he solucionado eso. No nos va a costar nada. He tenido una idea para financiarlo. Un photocall, poner una Super City gigante y dentro las marcas que os patrocinan. Algo así. – y les enseñé un diseño en papel. – No se dibujar advierto, pero para que os hagáis una idea.
  •    Mola. – escuché a Danny por detrás.
  •    Genial, si os gusta se lo pasaré a los jefes a ver qué opinan. Que emoción. – y me alejé bailando de la emoción.


Pero alguien extraño nos miraba desde una esquina de la sala de ensayos. Una chica morena.
  •    ¿Puedo ayudarte en algo? – que hacía ahí y quien era.
  •    ¿Qué haces tú aquí? – dijo con muy mala cara.
  •    Perdona ¿tú eres? – no entendía porque me conocía y yo no.
  •    Emma, no te esperaba tan pronto. – dijo Danny algo incómodo.
  •    Vaya, ya entiendo todo. ¿No piensas presentarnos? – dije sin apartar la mirada de ella.
  •    Eh vale, Emma esta es Rachel, Rachel Emma. – estaba algo nerviosos.
  •    Rachel. – repetí sorprendida. – Vaya Jones, nunca me habías llamado así. – me dolió que me llamara así.
  •    Bueno me vais a explicar que hace ella aquí. – no estaba contenta de verme, cosa que era reciproco.
  •    Ella tiene un nombre. – soltó Dougie por detrás.
  •    Dougie cariño da igual. Yo te cuento en un momento tranquila, parece que a Danny se le ha olvidado contártelo. Trabajo aquí con estos cuatro señores, pero tranquila que pienso respetar tu territorio. Todo tuyo en la cama y en las alfombras rojas, que es mayoritariamente para lo que le quieres. – y le dedique una sonrisa cargada de resignación.
  •    Te crees muy digna. Pues no soy yo la que tengo trabajo gracias a él. – golpe bajo pensé, aunque estaba muy equivocada.
  •    Dan cariño explícale a tu chica que no tiene ni puta idea de nada. Bueno, espera, te lo voy a contar yo. Para que quede todo claro a partir de ahora entre nosotras dos, morena. ¿Tienes idea por qué terminamos Jones y yo? Vale que siempre habrá una parte de eso que no llegaré a comprender, pero principalmente fue porque yo me fui a Nueva York y no acepté el trabajo que él me podía ofrecer en Londres. ¿Era por algo de eso no?


Le miré a los ojos, había dolor y culpabilidad, no podía seguir allí, no podía seguir mirándole a los ojos, sintiendo lo que transmitía.
  •    Esto no va a terminar bien. – dije en un susurro y dándome la vuelta.


( http://www.youtube.com/watch?v=9QPVWWBFE7w )Me quedé paralizada unos segundos, me limpie las lágrimas contenidas y añadí.
  •    Me voy a seguir trabajando, queda mucho por hacer. – y comencé a caminar hacia la puerta.


Al pasar al lado de Tom, nuestras manos se rozaron y nos miramos un momento. Había apoyo en ellos. Mientras salía de la sala de ensayo pude escuchar a Dougie.
  •    Danny arréglalo.


Me repetí una y otra vez que no viniera a arreglarlo, no había nada que arreglar, era demasiado tarde, demasiado doloroso.
  •    Espérate por favor. – le escuche a mis espaldas.
  •    ¿Qué quieres? No creo que tengamos nada de que hablar. – dije sin mirarle directamente.


Esta era la primera conversación cara a cara que teníamos en 4 meses, bueno la primera conversación.
  •    Eso no lo ha parecido hace un minuto. – dijo con un tono de voz cortante. - ¿Desde cuándo me llamas Dan? Creía que no te gustaba.
  •    Y no me gusta, nada de nada. Pero en casi un año de “relación” nunca me habías llamado Rachel.
  •    Quería mantener las distancias.
  •    Me llamo Raquel y lo sabes, no veo la distancia en ello. Es mi nombre.
  •    Nadie te llama Raquel aquí, excepto yo. – explico, parecía creerse sus propias memeces.
  •    Parece que ya nadie lo hace. – dije con tristeza y mientras caminaba de nuevo.
  •    Lo siento. Por todo. – dijo mientras me alejaba.


Una rabia se instaló dentro de mi.
  •    ¿Qué lo sientes? ¿Ahora lo sientes Dan? – dije subiendo el tono de voz.
  •    No me llames así por favor. – dijo bajando la mirada.
  •    Te quería tanto y me hiciste tanto daño. Me prometiste que si te daba mi corazón lo cuidarías, que era The One. Que me querías. Viniste a Nueva York y ni siquiera luchaste por nosotros, no luchaste nada por lo que teníamos. – había dolor y rencor en mis palabras.
  •    Ya era demasiado tarde. – dijo sin que le temblara la voz nada en absoluto. Cosa que yo no podía hacer.
  •    Nunca debiste dejar que pasara. Nunca. Me lo prometiste. – y no pude aguantar más las lágrimas.


Hizo ademán de acercarse a consolarme.
  •    Ni se te ocurra acercarte. Explícame porque no tendría que llamarte Dan.
  •    No eres tu cuando me llamas así. Como si todo hubiera cambiado. Como si no quedara nada… - y se fundió en sus propios pensamientos.
  •    Todo ha cambiado. – dije conteniendo las lágrimas.
  •    Ya, pero te echaba de menos. – dijo con culpabilidad.
  •    Ya veo, pero como tú has dicho, ya es demasiado tarde. – dije sin estar convencida ni yo de mis palabras.
  •    Espero que esto no haga que dejes el trabajo. No podría soportar sus miradas de odio, además de la tuya.
  •    No voy a dejar el trabajo, y además no te odio Danny. – de verdad no le odiaba, solo dolía demasiado para hacer que todo estaba bien.
  •    Puede ser, pero nunca me habías mirado así. – le dolía a él también.
  •    Puede ser, pero es que nunca antes me había dolido mirarte. – me sinceré. – Solo te pido que seamos profesionales y seamos capaces de dejar lo personal de lado por el momento.
  •    No lo dudes, ¿seremos amigos alguna vez? – dijo esperanzado.
  •    No lo sé. Puede, aunque de momento lo veo muy difícil.
  •    Esperaremos con paciencia. – me tendió la mano. – Estás haciendo un gran trabajo.


Le tendí la mía y nuestras miradas se cruzaron. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas de nuevo y comenzó a negar con la cabeza, suplicando que no lo hiciera. Pero no pude remediarlo y rompí a llorar. Me acercó lentamente hasta él y me abrazó. Después de cuatro meses en el abismo me volví a sentir segura, protegida, aunque esa sensación se desvaneció rápidamente. Esos brazos ya no eran míos, no iban a ser más mi blanca armadura.
  •    Te odio tanto Danny, y no de la forma que te odiaba cuando estábamos juntos. – dije mientras recordaba todos esas veces que se lo decía bromeando.
  •    Lo sé, yo también lo hago a menudo. – dijo mientras pasaba su mano por mi espalda para calmarme.


No podía parar de llorar cuando de repente apareció Dougie.
  •    La agradable de tu novia se está poniendo muy pesada. Vete de una vez con ella o juro que la mato. – dijo serio.


Danny se separó de mí, me limpió una de mis lágrimas y miró a Dougie.
  •    Terminará cayéndote bien, mira lo que te pasó con Rachel. – y otra vez dijo es nombre.
  •    No te confundas Danny, a Rach solo la odiaba cuando estaba bebido a drogado. – dijo mientras me guiñaba un ojo. – a esta ni en sus mejores momentos la soporto.


No sé si Danny llego a escuchar la última parte de la frase. Me limpié finalmente las lágrimas y respiré profundamente.
  •    ¿Estás bien? – dijo preocupado.
  •    Si tranquilo, o al menos lo estaré. – dije dedicándole una sonrisa casi inexistente en ese momento.
  •    Quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites, te la debo. Tú estuviste a mi lado cuando… ya sabes. Ahora me toca a mí devolverte el favor.
  •    Muchas gracias, si tengo la tentación de caer, no dudes que te llamaré. Voy a seguir con el trabajo, tengo mucho que hacer. – y comencé a caminar de nuevo.
  •    No van a durar, no la quiere como te quería a ti. – sus palabras me paralizaron.
  •    No sigas por ahí, además da igual eso, no me querría tanto si me dejó escapar. – dije algo molesta por esas falsas esperanzas.
  •    Ya sabemos que Danny no es muy listo.
  •    Dougie, sabes que te lo agradezco, pero no quiero escuchar ese planteamiento. Lo nuestro se acabó hace cuatro meses. Punto. – dije muy seria.
  •    Vale, aunque debes empezar a acompañar los ojos con las palabras que salen de tu boca. – y volvió a donde estaban los demás. 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Capítulo 1 - 2º Parte


Me desperté se primer lunes de octubre con un nudo en el estómago. Empezaba mi último año en la universidad, mi último año en Londres. Bueno al menos el último planeado.

Me duche, vestí y tomé café. No podía comer nada, estaba demasiado nerviosa. A media mañana tenía la reunión que Lucas había arreglado para mí, más bien era una entrevista en Island Records.

Ese trabajo podía cambiar mi vida, cambiarlo todo. Y sí, claro que lo hizo, tanto para bien como para mal, pero mereció la pena.

Llegué 10 minutos antes de lo esperado, muerta de miedo, nerviosa y excitada a la vez. Me senté en la sala de espera hasta que un hombre no muy alto y regordete salió a por mí.

  •    ¿Rachel? Buenos días. – dijo alargando la mano.
  •    Buenos días. – conteste algo cohibida y levantándome del sofá.
  •    Sígame, vamos a mi despacho, estaremos más tranquilos.

Y así hicimos, me senté enfrente suya, sin saber muy bien como colocarme.
  •    Mi nombre es Nathan y voy a ser tu jefe aquí. Sé que esperabas que esto fuera más una entrevista para un puesto, pero viendo el trabajo que has hecho en Nueva York y lo que me ha contado Lucas no tengo mucho que pensar. Además no tenemos tiempo que perder, hay mucho trabajo que hacer.
  •    Muchísimas gracias por la confianza y la oportunidad, es un sueño hecho realidad. – ahora estaba más nerviosa aún.
  •    Bien, entonces supongo que querrás saber en qué va a consistir tu puesto de trabajo.
  •    Sí, me encantaría. – sonreí.
  •    Me han contado que tu punto fuerte es la organización de eventos y el trato con los fans. Hemos tenido una baja de última hora, ya que su trabajo no fue para nada aceptable. Creo que estás familiarizada con el tema – estaba un poco perdida, no sabía de qué me estaba hablando. – Necesitamos ideas nuevas, renovarse. Te vas a encargar de organizar los Meet&Greet de McFly en Inglaterra y España por el momento.

Cuando escuche ese nombre me quedé paralizada, no me podía pasar algo así. La oportunidad de mi vida, el trabajo de mis sueños y tenía que ser para McFly, con él. Como si no hubiera grupos de música por el mundo. Nathan continuó hablando.
  •    Esperamos que ese trabajo no te lleve más de 3 meses. Queremos dejarlo cerrado antes de navidad. Ahora tendrás una reunión de agenda con ellos y te contaran que tiene pensado. Después de que termines con eso veremos si McFly necesita tu trabajo más tiempo y si no te daremos otro grupo con el que trabajar.

No quería trabajar con ellos.
  •    Tenía entendido que el tema perteneciente a SC no lo llevaba Island Record. – dije confundida.
  •    Tienes toda la razón, no es nuestro, pero me llamó Fletch esta mañana pidiendo recomendaciones y pensé en ti.
  • Me sentía alagada por lo que me estaba diciendo, pero necesitaba ser sincera con el tema, aunque eso supusiera cagarla.
  •    De verdad no podría estar más agradecida, me encanta el trabajo, pero creo que debe saber antes de nada que mantuve una relación sentimental con Danny Jones, y no sé si Fletch es consciente de ello.
  •    Pues no lo sé, yo si era consciente de ello, pero me han asegurado que se tema no iba a afectar a tu trabajo.
  •    Está claro que si lo acepto no lo hará, pero me gusta dejar todo claro, por lo que pueda pasar a partir de ahora. – respiré profundamente esperando la respuesta.
  •    Me gustas. Eres sincera y directa. Creo que nos vamos a llevar bien. Claro, si aceptas el trabajo.
  •    Sería una locura no hacerlo.

Parecía complacido con mi respuesta. Me explicó cuando firmaría mi contrato, horarios, etc. Aunque durante estos tres meses iba a tener que viajar posiblemente. Cosa que a decir verdad me encantaba. Ahora estaba más asustada, había algo en mí que quería huir, salir corriendo y volver a España o Nueva York. No podía salir bien.

Cuando terminamos y pensaba que era hora de volver a casa a reflexionar con las últimas noticias, Nathan me dio una mala, malísima noticia.

  •    Ahora mismo están reunidos aquí, te esperan para que te unas a ellos y empieces a trabajar.

Lo que me faltaba. Esto no podía salir bien, me repetía una y otra vez. Después de casi 4 meses iba a volver a verle. Nathan me acercó hasta la sala donde estaban reunidos, pude escuchar a Dougie al otro lado.
  •    Todavía sigo sin entender porque hoy nos reunimos aquí.
  •    Porque se va a unir a nosotros la persona que va a llevar el tema de los Meets. – contestó Tommy Smith.

Me puse más nerviosa aún, si era posible, no quería verles. Más bien no quería verle.
Nathan llamó a la puerta y entró.
  •    Siento interrumpir, os traigo a la persona que os falta. Creo que es perfecta y que no tardará nada en adaptarse, está familiarizada con vuestro trabajo y con SC.

Buena forma de presentarme y explicarlo.
  •    Esta es Rachel, aunque creo que la conocéis más que yo. Os dejo para que la pongáis al día. – y se fue sin decir nada más.

Entré, mi cara debía de ser un cuadro. Sonreí y salude, nunca mejor dicho.
  •    Buenos días.

Las caras de ellos sí que eran un caso. Harry contenía la risa, una risa nerviosa. Tom en cambio miraba a Danny. Dougie estaba alucinando, cogió el móvil y escribió. A Danny no pude ni mirarle, no tenía fuerzas, no estaba preparada.
  •    ¿Así que os conocéis? – comentó Smith.
  •    ¿No te suena de nada? – contestó Harry.
  •    Vale, ya. – se quedó un poco paralizado. – Solo espero que esté todo bien y que no afecte al trabajo.

Seguía sin poder mirar a Danny, contesté rápidamente para no darle opción a que lo hiciera él. Solo me faltaba eso.
  •    Tranquilo, eso no va a interferir en mi trabajo. Son cosas del pasado. – dije mientras me sentaba.
  •    Todo dicho. – adjuntó Danny.
  •    Perfecto. Bueno pues veamos, estamos viendo la agenda para estos meses, los compromisos que ya tenemos y ver donde podemos colocar los meets. ¿Sabes cómo funciona todo? – preguntó.
  •    Si, se lo que es SC, como funciona, que son los Pionners y todo eso. – era una experta.
  •    Hizo un estudio sobre SC, trabajó con Adam. – dijo Danny.
  •    Además sus mejores amigas son Pionner. – continuó Tom.
  •    Perfecto, esto va a ser más fácil y rápido de lo que pensaba. Entonces también sabes cómo va lo de los meets.
  •    Se lo mal que han funcionado hasta ahora. Eso y lo de la entrada preferente. – viva la sinceridad extrema.

Smith me miró con mala cara, no le había gustado mi último comentario.
  •    Si, supongo que lo que pasó en Brasil no fue premeditado, pero no salió bien. El concierto de Madrid, bueno más bien los de España tuvieron grandes problemas de organización, desde dos semanas antes del concierto. Espero que no os siente mal mis palabras, pero me han contratado para hacer un trabajo y me gustaría que fuera perfecto. – solo esperaba que no me despidieran ya el primer día.

Fue Tom quien habló esta vez.
  •    Sigue hablando. ¿Qué habías pensado?
  •    Bueno me acabo de enterar hace menos de 1 hora de cuál iba a ser mi trabajo, pero supongo que ya cuando me contabais lo que pasaba o cuando vivía esas cosas pensaba soluciones instintivamente. – me cortaron en medio del discurso.
  •    ¿Y por qué no nos dijiste nunca nada? – preguntó Harry con curiosidad.
  •    No quería entrometerme, solo era la novia de… - no pude decir su nombre. – Eran simples opiniones mías.
  •    Bueno supongo que ahora ya puedes contarnos lo que piensas. – dijo Dougie dedicándome una sonrisa, algo que agradecí en el alma.
  •    Primero, personalmente, cerraría las plazas de Pionners definitivamente y dejaría muy claro que privilegios tienen. Para que luego no haya problemas con lo que no lo son. Por ejemplo no se puede decir que solo los anuales tiene acceso preferente en los conciertos y que luego todos entren a la vez. La gente que ha pagado por eso se puede mosquear.
  •    Perdonar ¿no estábamos hablando de agenda? – me cortó Danny.
  •    Cállate Jones y escúchala. – le contestó Tom. – Sigue Rachel por favor.
  •    Sobre los Meets, cambiaría el concepto de la mesa y la fila para veros, porque eso es una firma de discos no un meet. No puede parecer más de lo mismo o el año que viene las suscripciones descenderán mucho. Yo elegiría algo más cercano, que vayan entrando en grupos, que os puedan dar un abrazo y hacerse una foto con vosotros, hablar, conoceros en persona.
  •    Pero eso puede ser eterno. – afirmó Harry.
  •    No creo, más o menos lo mismo. Se puede calcular el tiempo, pero vamos es que de otra forma no tiene sentido. Para eso no prometáis nada por el estilo. – nenazas pensé.

Tommy Smith no parecía muy convencido.
  •    Veo lagunas, pero supongo que podemos estudiarlo.
  •    No creo que cueste tanto y esas cosas ayuda a tener contentos a los fans. Es como lo que dice Dougie, que no entiende como tenéis fans siendo los tíos más guarros y raros del mundo. Pero eso es vuestro punto fuerte, la naturalidad, la cercanía. Los fans piensan que desde que se creó SC esa cercanía se está perdiendo. No dejéis que esas cosas ensucien lo importante, vuestra música. – de verdad lo pensaba, eran buenos, era una pena algo así.
  •    Yo la haría caso Tommy. La he visto hacer cosas increíbles cuando cree en ello y parece que lo hace. – me apoyó Danny.

Por primera vez le miré, después de cuatro meses volví a verle. Esa mirada volvió a estremecerme. Le agradecí mucho ese comentario, aunque no dije nada. Tuve que retirar la mirada, no quería leerle, ni ver su sonrisa, nada. Y aun menos quería que el viera el dolor en la mía. No, era Danny Jones, un músico para el que trabajaba, solo podía ser eso.

Terminamos la reunión y Danny salió corriendo, sin pararse a saludar o decir adiós. Me dolió, dolía su indiferencia. Supongo que mi cara lo expresaba y que Dougie se dio cuenta de ello. Se acercó y me abrazó.
  •    Todo va a salir bien. Le has dejado helado, no se lo esperaba. ¿Cómo estás? – había dulzura en su voz.
  •    Bien, eso creo, muchas emociones en pocas horas. Pero contenta de trabajar con vosotros. – era emocionante trabajar con ellos.
  •    Nos has echado de menos rubia. – afirmó Harry mientras me abrazaba.
  •    Si, realmente sí. En Nueva York me he aburrido un poco. – dije con dolor al recordar ese verano.
  •    No me lo creo. – intervino Tom. – ¿Cómo te vas a aburrir? Además nos han contado vuestro viaje por el país. – y me guiño un ojo.
  •    Ya ves, quince días de diversión en 90. Me merecía un poco de diversión entre tanta mierda. – dije con una sonrisa amarga.
  •    Me impresiona tu sinceridad. Lo normal es que nos vendas lo feliz que eres sin él, somos sus mejores amigos, no tenemos secretos con él. – advirtió Tom.
  •    Vamos a ver, primero es la verdad, segundo es imposible mentiros, estoy segura de que las chicas os han mantenido al día y podéis contárselo, eso si no quiero tener problemas con las fans, no quiero ser como Yoko Ono.
  •    ¿Va a aguantar tres meses o más así? Viéndole un día si otra también. – dijo Dougie.
  •    No lo sé, pero no le voy a dar más posibilidades de joderme. – si, mis palabras sonaron duras, pero lo sentía así.
  •    Esperemos que no nos explote en la cara. – dijo Harry.
  •    Si, y que no terminen follando por despecho en el baño. – rió Dougie.
  •    Si, o colgándome con una bufanda de lunares no te jode. Dejar de decir tonterías. Lo mío con Danny está zanjado, hay que cambiar de libro y estoy dispuesta a conseguirlo. 

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Capítulo especial

Hola a todos de nuevo bueno os visito antes de tiempo para dejaros un capítulo especial del futuro para que la espera se haga más corta. De todas formas la señorita Bárbara (gran amiga y compañera de locuras) está empezando un nuevo fic. ( http://movealongfic.blogspot.com/ ) Y dedico este capitulo a Mónica en primer lugar, por se una niña tan bonita y mi ayudante. A Ana por ser mi pasadora de FIC Vip personal y a Iris para que se mejore, que está un poco malita. Espero que os guste y os haga más corta la espera del 26. Besos preciosas.


Años después. POV María.

Después de muchos meses sin mucho tiempo libre, Dougie tuvo una semana de vacaciones. No podíamos desaprovechar ese tipo de ocasiones. Llevaba 6 meses de concierto en concierto y realmente se le echaba demasiado de menos. Con los años se hacia menos duro, pero aun así se le echaba mucho de menos.

Los chicos ya eran mayores para quedarse una semana solos. Así que cogimos el coche y pasamos unos días apartados de la rutina Londinense. Era abril. Dougie no me quiso decir a donde me llevaba y cuando quise darme cuenta quise matarle.

-        ¿Por qué me llevas a la casa de Gales de Rach y Danny? - dije sorprendida.
-        Porque ellos se han subido a Manchester y Bolton, y me apetecía ir a un lugar en medio de la nada. - contesto sin dejar de mirar a la carretera.
-        ¿Saben que vamos? - pregunte con miedo.
-        Por quien me tomas. - dijo haciéndose el ofendido.
-        Dios mío, no se lo has dicho, Rachel te va a matar que lo sepas. Y además con razón. ¿Cómo se te ocurren esas cosas? - no tenía remedio.
-        Porque es el mejor lugar para desaparecer del mundo, quiero poder andar desnudo por el bosque sin preocuparme de nada.
-        Nunca has tenido problema para desnudarte en ningún sitio, fuera público o privado.
-        Eres muy graciosa, además te gusta mucho la casa y no se van a enterar. No me apetecía tener que escuchar a Rachel diciendo donde puedo dormir o no dormir. - dijo serio.
-        Vale, solo espero que no se enteren. Con lo fácil que era coger un hotel Dougie, ni que fuéramos pobres. Además es su casa, normal que decida ella donde duermes. Te va a matar. - de verdad no tenía remedio.

Lo que quiso que fuera una semana tranquila, apartada del mundo, se convirtió en la semana más surrealista jamás imaginada.

Llegamos poco antes de la hora de la cena. Era un sitio precioso, tan verde, la casa resaltaba especialmente. Normal que Raquel se enamorara de Danny después de llevarla a sitios como ese.

Aunque la historia de esa casa era mucha, aunque nunca se supo realmente todo, escondían algo, algo que no querían decir. Era su refugio. Solo esperaba que no llegaran a enterarse.

Aparcamos en la puerta principal y bajamos del coche. Dougie se adelantó, yo quería ver la parte de atrás antes de pasar. Y en ese momento todo se puso más interesante.

Dougie entró tranquilamente, era tan luminosa la casa que no necesitó ni encender la luz. Vio perfectamente todo. Algo que le hizo reír y sentirse orgulloso de su sobrino.

-        Christopher Lee Jones ya puedes dejar de hacer eso antes de que entre tu tía y le dé un infarto. - dijo con un tono de voz alto.
-        Joder, me has asustado. - dijo separándose de la chica a la que besaba encima del sofá.

La chica también se asustó, cogió las camisetas que habían tirado al suelo y se vistieron.

-        Hola Lorelai. - saludo Dougie divertido con la vergüenza de la chica.
-        Hola. - le contesto tímidamente.
-        ¿Qué hacéis aquí? - pregunto Chris finalmente.
-        Esa misma pregunta me hago yo. Tu madre te va a matar cuando se entere. - le amenazó.
-        No tío, no puedes decirla nada, además como le vas a explicar que estas tu aquí, me apuesto lo que quieras a que no lo sabe. - se conocían demasiado bien el uno al otro, más bien conocían a Raquel.
-        De acuerdo, nos cubriremos pero la habitación de tus padres es mía. - no tenía intención de ceder.
-        Doug puedes dejar de hablar solo. - dije entrando en la casa.

No necesitaron contestarme, estaba todo claro.

-        Vaya mira a quien tenemos aquí, cada día se pone más emocionante esto, puede que me quede viuda y sin sobrino en el mismo día.
-        Hola tía, ¿qué tal? - dijo con un tono enternecedor.
-        No soy yo la que va a matarte Chris. - dije seria.
-        No se lo cuentes por favor. – suplicó.
-        Debería, pero parece que no puedo, porque a mi marido se le ha ocurrido la misma estúpida idea, eso sí, la habitación del ático es nuestra. - ya que íbamos a liarla al menos disfrutar de esa preciosidad.
-        Joder. - se quejó.
-        Esa es mi chica. - rió Dougie.
-        Lo siento, pero no entiendo porque os peleáis por esa habitación ¿qué tiene de especial? - pregunto con curiosidad.
-        Traes a tu novia a la casa con la habitación más impresionante del mundo y no se la enseñas. ¿Pero qué clase de hombre eres? - le recriminé.

Se parecía tanto a su padre en tantos aspectos, aunque su padre siempre fue más detallista.

-        En esta casa pasaron sus primeras vacaciones los padres de Chris. Su madre se enamoró perdidamente del paisaje y más visto desde el ventanal del ático. Le enamoró tanto que le hizo prometer que si llegaran a casarse en algún momento lo harían allí. Pero entre ese primer viaje hasta que se casaron hay una laguna en la casa, nunca nos han contado más. – cosa que me causaba mucha curiosidad.
-        ¿Y se casaron aquí? – preguntó Lorelai con mucha curiosidad.

Y pasó lo que tenía que pasar para que el fin de semana se pusiera del todo emocionante.

-        Sí, nos casamos aquí. Cuando Danny hace una promesa suele cumplirla. Aunque hubo momento que pensé que no iba a ser así. – dijo Raquel desde el umbral de la puerta.

Ella y Danny nos miraban extrañados y algo enfadados. Danny llevaba un par de maletas y Raquel un bolso que apoyó en el suelo.
El silencio se apoderó de la casa.

-        ¿Alguien me va a explicar por qué estáis todos en mi casa sin que ninguno de nosotros supiera que ibais a venir de viaje? Porque solo espero que tú Danny no supieras nada. – parecía muy enfadada.
-        Como iba a saberlo, si sabía que nos íbamos a pasar por aquí. – se defendió.
-        Pero mama ¿no ibais a Manchester y al pueblo de papa? – dijo Chris confundido.

Claro error, iban a rodar cabezas, se le veía en la cara.

-        Primero, no soy yo la que tengo que dar explicaciones de porque estoy en mi casa de la montaña, ya que vosotros estáis aquí sin permiso. Vosotros 3 sabéis perfectamente lo que significa esta casa para mí y que no me gusta que vengáis sin permiso. Joder tan difícil es.
-        Vale cariño, vamos a subir a dejar las cosas y ahora lo discutimos en la cena. Ya podéis empezar a preparar la cena, Chris. – dijo dedicándole una mirada muy seria a su hijo.
-        ¿El qué quieres que cocine papa? – dijo confundido.
-        La nevera está llena que te crees, en esta casa hay ciertas tradiciones. – y cogió las maletas y empezó a subir por las escaleras. – Vamos princesa.

Raquel nos dedicó una mirada de odio y le siguió. Mientras subían las escaleras se les escucho discutir, lo que nos faltaba, eso haría enfadar más a Raquel.

-        Esto se va a poner muy feo, ya podemos ir a preparar la cena y podéis pensar una excusa buena para estar aquí. – y empecé a caminar hacia la cocina.
-        Le voy a escribir a Danny para que la toque algo antes de bajar. – dijo Dougie cogiendo el móvil.
-        ¿Pero si no ha traído guitarra? – dijo Lorelai preocupada.
-        Por eso no te preocupes, Danny tiene repartidas guitarras por todos lados, pero de todas formas no le escribas nada ahora, no la líes más Dougie. – dije muy seria.

Una media hora después bajaron muy serio, Raquel seguía enfadada y Danny parecía que iba a apoyarla.

Nos sentamos todos en la enorme mesa del salón y comenzamos a cenar en silencio. Esta vez fue Danny quien empezó a hablar.

-        ¿Qué tenéis que alegar en vuestra defensa? Mi propio hermano e hijo. ¿Por qué este engaño? – dijo algo decepcionado.
-        Papa no es para tanto, ni que fuéramos a destrozar la casa. – contestó rápidamente.
-        ¿Cómo que no es para tanto? Vamos a ver cómo te lo explico, que no es tu casa Christopher y me parece muy bien que quieras venirte aquí con Lorelai pero me pides permiso, es mi casa. – contestó Raquel esta vez.
-        Joder siempre igual, te das cuenta mama. Por esa regla no es tu casa, te la compró papa.

Ahí sí que hubo un silencio sepulcral en la habitación, incluso dejamos de comer. Raquel miró a Danny esperando que fuera él quien le contestara.

-        Tu chico eres imbécil, como vuelvas a hablar así a tu madre te va a producir el disco quien yo te diga, pero te aseguro que yo no, aunque me cueste la relación con tu tío. De verdad no sé cómo se te ocurre decirle algo así. Y si la casa la compre yo, al igual que tu madre te ha comprado muchas guitarras, espero que tengas claro que son suyas. ¿NO? – Raquel tuvo que acariciarle el brazo para que no se levantara.
-        Ya vale de discutir delante de invitados, Christopher a la cocina ya. – y se levantó y comenzó a caminar hacia allí.

Danny no se les siguió, estaba demasiado enfadado.

-        Tú y yo ya hablaremos Dougie. Siento que hayas tenido que ver esto Lorelai, parece que a mi familia se le va un poco de vez en cuando. – se disculpó y bebió de su cerveza.
-        ¿No vas a ir con ellos? – Le preguntó Dougie.
-        No, la cocina no tiene puerta y van a discutir en español, Raquel no quiere que Lorelai se sienta violenta por esta situación. Y yo se algo de español pero no para seguir el ritmo de Raquel cuando se enfada. – dijo mirando hacia el infinito.

Y seguimos cenando en silencio. Yo miré a Dougie y le negué con la cabeza, eso estaba mal. Sabía que no era buena idea.

Al cabo de un rato, después de algún que otro grito me llamó Raquel en perfecto español. Me levanté y fui hasta la cocina.

Me miró con ojos cansados, ella también llevaba unos meses muy duros y sabía que necesitaba esas vacaciones.

-        ¿Cuándo te has enterado que venias aquí? – sabía la respuesta, nos conocía muy bien.
-        Cuando estábamos llegando. Lo siento mucho, no sabía que Dougie me traía aquí, me lo ha ocultado hasta el último momento. – me justifique.
-        Eso pensaba, bueno estoy muy cansada. De luchar con mis hijos, del trabajo, de todo. Así que la casa es muy grande, elegir cada uno una habitación y quedaros el tiempo que os apetezca. Yo necesito unas vacaciones con mi marido, así que cada uno haga vida. No sé cuánto tiempo nos quedaremos, porque hay que ir a ver a tu abuela e ir a Manchester. Eso sí, cuando me vaya, ninguno va a dormir en mi cama, eso sí que es sagrado. Y no hay negociación. Tenéis habitaciones enormes y preciosas por toda la casa. Y tu Chris, hablaré con tu padre sobre lo de dormir con Lorelai. – terminó de hablar y se cruzó de brazos.
-        Joder mama, déjame dormir con ella, por favor. – la suplico.
-        Te he dicho que lo hablaré con tu padre y veremos. – contestó cortante.
-        Pues llamémosle y que venga. Papa, ven un momento. – gritó Chris.
-        No entiendes el concepto de hablaré yo con tu padre. Me estás tocando las narices hoy hijo. – y se giró enfadada.

No quise meterme para no empeorar las cosas. Me crucé con Danny por el camino aunque a diferencia de la otra conversación esta se enteró todo el mundo, vamos todos entendían lo que decían.

-        ¿Qué pasa? – se acercó a Raquel y la dio un abrazo de lado.
-        Tu hijo que parece que no entiende el español.
-        No es eso mama, pero a ver, es que ha dicho que tiene que hablar contigo sobre si podía dormir con Lorelai y no me parece justo que con la edad que tengo me prohibáis algo así. Seamos realistas, si quiero acostarme con ellas lo haré igual. – alegó Chris mosqueado.
-        Primero no creo que estén en posición de exigir nada hoy, tu comportamiento deja mucho que desear, vamos yo te mandaba a Londres ahora mismo. – le contesto Danny muy serio.
-        Puede que sea lo mejor. – le desafió Chris.
-        Dejar de decir tonterías los dos. No voy a discutir, es mi semana de vacaciones y no tendría porque veros a ninguno de vosotros cuatro. Y vamos a ver Chris sabemos qué haces lo que te da la gana con tu novia, o lo que ella te deja y te puedo asegurar que me da igual tu vida sexual, vamos intento ni planteármela te lo aseguro. Pero si a mí me apetece hablar con mi marido y decidir cómo duermes en nuestra casa pues creo que es algo que tenemos derecho a decir, no creo que seamos unos padres estrictos, pero tampoco te mereces nada hoy. Pero como ya te he dicho, no quiero discutir, ni contigo ni con nadie. Así que duerme donde quieras, tienes tu habitación a tu disposición. Eso si ya puedes tener cuidado con lo que haces y las consecuencias que puede acarrear. – y diciendo eso salió de la cocina hacia el salón.
-        Como no pueda descansar tu madre estos días por tu culpa verás enano. Pero vamos, esto no se termina aquí, cuando volvamos a casa hablaremos. – le amenazó y salió detrás de Raquel.

Cuando Raquel llegó delante nuestra se paró y dijo.

-        No sé si os lo ha contado Mery, pero vamos quedaros el tiempo que queráis en la casa, hay habitaciones preciosas en las segunda planta, elegir la que queráis y pasarlo bien. El pueblo es muy pequeñito pero creo que Chris e incluso Dougie saben qué hacer. Siento Lorelai cariño este jaleo, pero tu novio y su tío se han coronado hoy. Pero llevo mucho tiempo sin vacaciones con Danny así que me da igual que hagáis, he venido a desconectar y a pasarlo con él, así que no le vamos a dar más vueltas. Está el número del hombre que cuida la casa y nos hace la compra en la cocina, se llama Sam. Para cualquier cosa llamarle a él, no quiero saber nada excepto que sea algo personal y de suma importancia. ¿Entendido? – dije muy seria.

Contestamos en silencio todos, con la cabeza.

-        Muy bien, felices vacaciones. – y subió hacia su cuarto.

Danny no dijo nada más, miro a su hijo con cara de pocos amigos y también subió las escaleras hacia el ático.