Los días siguientes fueron duros,
pero sobre todos raros. Me había acostumbrado a vivir en EEUU y la vuelta no
había sido ni por asomo como esperaba. Todo dolía más en la cercanía, esas
paredes me hacían recordad demasiadas cosas, demasiados buenos momentos que
ahora se volvían amargos. Momentos que no quería que se hicieran, que
desaparecieran.
Una mañana mientras desayunaba y
veía la tele por encima, un típico sábado por la mañana, puse un programa de
cotilleos sin darme cuenta y lo que vi no podía ser real. Había unas fotos mías
saliendo de la discográfica mientras me despedía de los chicos. Debajo de esas
imagines se podía leer un titular que decía: ¿Dónde estaba Danny Jones?
El debate empezó y mientras las
presentadoras daban su opinión otras imágenes empezaron a salir. Eran imágenes
de Danny paseando por Londres con una morena escultural, incluso más alta que
Danny.
No podía estar pasando. Quité la
televisión indignada por ver mis fotos en un programa, por verle a él con otra.
Me vestí rápidamente, cogí el bolso y salí de esa casa, tenía que salir de
allí.
Me fui a ver a Joe, tenía que
contarle lo del trabajo y como había ido el verano. Cuando llegué el pub estaba
cerrado, era normal siendo la hora que era, pero conocía el horario de Joe,
solo esperaba que no hubieran cambiado las cosas allí también.
- No me lo puedo creer, la hija prodiga. ¿Qué tal fue el verano por mi tierra? – dijo mientras me abría la puerta y me daba un abrazo de bienvenida.
- Te he echado de menos Joe, pero tengo que decir que adoro tu tierra, además al final conocimos buena parte de ella. Hasta Seattle. – dije sonriendo, me hacía ilusión verle de nuevo.
- Pasa anda y cuéntamelo todo.
Entramos y estuvimos al menos una
hora hablando, contándole toda nuestra aventura en coche. Intenté ocultar como
me sentí allí sola, con todo ese dolor dentro, ignorar todo lo que tenía que
ver con él. Me preguntó que si iba a volver a trabajar ese año en el bar y le
tuve que decir que no. Se que hubiera preferido que volviera pero sabía que era
lo que tenía que hacer y se alegró por esa oportunidad. Aunque sé que el trabajo
le gustaba para mí no le convencía especialmente que fuera para McFly. Sentía
miedo en su voz.
- Mira, me ha llegado la maqueta de esta chica, quiere tocar en el bar. Quiero saber tu opinión sobre ella. – y puso el CD.
La canción comenzó a sonar, hubo
algo en su mensaje que hizo que volviera a mi mente rápidamente. Él y su nueva
novia.
- Tiene nueva novia. Sale con alguien. – le dije sin mirarle y jugando con una pajita.
- Sí, eso he oído, creo que es actriz de teatro.
- Lo que me faltaba, trabajar con él y que además tenga novia nueva. – me empezaba a arrepentir de haber vuelto, de haber rechazado la oferta de Lucas.
- Tienes que ser fuerte, esa relación no tiene futuro y lo sabes. – intentó animarme.
No podía escucharle decir esas
cosas.
- No Joe, lo nuestro se acabó, tengo que asumirlo y pasar página sin importarme si tiene novia nueva o no. – esperaba que al decirlo en alto empezara a creérmelo yo también. – Me encanta la voz de esta chica, llámala, es perfecta para el bar. – dije dedicándole una sonrisa que ni yo sentía.
Así empezó la primera semana de
trabajo. Tuve que cambiar el horario de la universidad, iba a clase por las
tardes y trabajaba por las mañanas.
Esas primeras semanas de octubre me
dedique a buscar local para el M&G de Londres, era el último en Inglaterra
pero también el más complicado de cuadrar. Había tenido una idea y después de
muchas llamadas y muchos números conseguí lo que quería.
Salí corriendo a buscar a los
chicos que estaban ensayando.
- Lo tengo, joder, no me lo creo. – gritaba y corría hacia ellos.
Dougie empezó a reír al verme
entrar así.
- ¿Qué se supone que tienes loca? – preguntó.
- Tengo… el sitio para el Meet de Londres. – contesté satisfecha.
- ¿Dónde? – se interesó Tom.
- Vais al Hard Rock Café. – y esperé su reacción.
- Te van a matar, es carísimo. – dijo Harry.
- No, ya he solucionado eso. No nos va a costar nada. He tenido una idea para financiarlo. Un photocall, poner una Super City gigante y dentro las marcas que os patrocinan. Algo así. – y les enseñé un diseño en papel. – No se dibujar advierto, pero para que os hagáis una idea.
- Mola. – escuché a Danny por detrás.
- Genial, si os gusta se lo pasaré a los jefes a ver qué opinan. Que emoción. – y me alejé bailando de la emoción.
Pero alguien extraño nos miraba
desde una esquina de la sala de ensayos. Una chica morena.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – que hacía ahí y quien era.
- ¿Qué haces tú aquí? – dijo con muy mala cara.
- Perdona ¿tú eres? – no entendía porque me conocía y yo no.
- Emma, no te esperaba tan pronto. – dijo Danny algo incómodo.
- Vaya, ya entiendo todo. ¿No piensas presentarnos? – dije sin apartar la mirada de ella.
- Eh vale, Emma esta es Rachel, Rachel Emma. – estaba algo nerviosos.
- Rachel. – repetí sorprendida. – Vaya Jones, nunca me habías llamado así. – me dolió que me llamara así.
- Bueno me vais a explicar que hace ella aquí. – no estaba contenta de verme, cosa que era reciproco.
- Ella tiene un nombre. – soltó Dougie por detrás.
- Dougie cariño da igual. Yo te cuento en un momento tranquila, parece que a Danny se le ha olvidado contártelo. Trabajo aquí con estos cuatro señores, pero tranquila que pienso respetar tu territorio. Todo tuyo en la cama y en las alfombras rojas, que es mayoritariamente para lo que le quieres. – y le dedique una sonrisa cargada de resignación.
- Te crees muy digna. Pues no soy yo la que tengo trabajo gracias a él. – golpe bajo pensé, aunque estaba muy equivocada.
- Dan cariño explícale a tu chica que no tiene ni puta idea de nada. Bueno, espera, te lo voy a contar yo. Para que quede todo claro a partir de ahora entre nosotras dos, morena. ¿Tienes idea por qué terminamos Jones y yo? Vale que siempre habrá una parte de eso que no llegaré a comprender, pero principalmente fue porque yo me fui a Nueva York y no acepté el trabajo que él me podía ofrecer en Londres. ¿Era por algo de eso no?
Le miré a los ojos, había dolor y
culpabilidad, no podía seguir allí, no podía seguir mirándole a los ojos,
sintiendo lo que transmitía.
- Esto no va a terminar bien. – dije en un susurro y dándome la vuelta.
( http://www.youtube.com/watch?v=9QPVWWBFE7w
)Me
quedé paralizada unos segundos, me limpie las lágrimas contenidas y añadí.
- Me voy a seguir trabajando, queda mucho por hacer. – y comencé a caminar hacia la puerta.
Al pasar al lado de Tom, nuestras
manos se rozaron y nos miramos un momento. Había apoyo en ellos. Mientras salía
de la sala de ensayo pude escuchar a Dougie.
- Danny arréglalo.
Me repetí una y otra vez que no
viniera a arreglarlo, no había nada que arreglar, era demasiado tarde,
demasiado doloroso.
- Espérate por favor. – le escuche a mis espaldas.
- ¿Qué quieres? No creo que tengamos nada de que hablar. – dije sin mirarle directamente.
Esta era la primera conversación
cara a cara que teníamos en 4 meses, bueno la primera conversación.
- Eso no lo ha parecido hace un minuto. – dijo con un tono de voz cortante. - ¿Desde cuándo me llamas Dan? Creía que no te gustaba.
- Y no me gusta, nada de nada. Pero en casi un año de “relación” nunca me habías llamado Rachel.
- Quería mantener las distancias.
- Me llamo Raquel y lo sabes, no veo la distancia en ello. Es mi nombre.
- Nadie te llama Raquel aquí, excepto yo. – explico, parecía creerse sus propias memeces.
- Parece que ya nadie lo hace. – dije con tristeza y mientras caminaba de nuevo.
- Lo siento. Por todo. – dijo mientras me alejaba.
Una rabia se instaló dentro de mi.
- ¿Qué lo sientes? ¿Ahora lo sientes Dan? – dije subiendo el tono de voz.
- No me llames así por favor. – dijo bajando la mirada.
- Te quería tanto y me hiciste tanto daño. Me prometiste que si te daba mi corazón lo cuidarías, que era The One. Que me querías. Viniste a Nueva York y ni siquiera luchaste por nosotros, no luchaste nada por lo que teníamos. – había dolor y rencor en mis palabras.
- Ya era demasiado tarde. – dijo sin que le temblara la voz nada en absoluto. Cosa que yo no podía hacer.
- Nunca debiste dejar que pasara. Nunca. Me lo prometiste. – y no pude aguantar más las lágrimas.
Hizo ademán de acercarse a
consolarme.
- Ni se te ocurra acercarte. Explícame porque no tendría que llamarte Dan.
- No eres tu cuando me llamas así. Como si todo hubiera cambiado. Como si no quedara nada… - y se fundió en sus propios pensamientos.
- Todo ha cambiado. – dije conteniendo las lágrimas.
- Ya, pero te echaba de menos. – dijo con culpabilidad.
- Ya veo, pero como tú has dicho, ya es demasiado tarde. – dije sin estar convencida ni yo de mis palabras.
- Espero que esto no haga que dejes el trabajo. No podría soportar sus miradas de odio, además de la tuya.
- No voy a dejar el trabajo, y además no te odio Danny. – de verdad no le odiaba, solo dolía demasiado para hacer que todo estaba bien.
- Puede ser, pero nunca me habías mirado así. – le dolía a él también.
- Puede ser, pero es que nunca antes me había dolido mirarte. – me sinceré. – Solo te pido que seamos profesionales y seamos capaces de dejar lo personal de lado por el momento.
- No lo dudes, ¿seremos amigos alguna vez? – dijo esperanzado.
- No lo sé. Puede, aunque de momento lo veo muy difícil.
- Esperaremos con paciencia. – me tendió la mano. – Estás haciendo un gran trabajo.
Le tendí la mía y nuestras miradas
se cruzaron. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas de nuevo y comenzó a
negar con la cabeza, suplicando que no lo hiciera. Pero no pude remediarlo y
rompí a llorar. Me acercó lentamente hasta él y me abrazó. Después de cuatro
meses en el abismo me volví a sentir segura, protegida, aunque esa sensación se
desvaneció rápidamente. Esos brazos ya no eran míos, no iban a ser más mi
blanca armadura.
- Te odio tanto Danny, y no de la forma que te odiaba cuando estábamos juntos. – dije mientras recordaba todos esas veces que se lo decía bromeando.
- Lo sé, yo también lo hago a menudo. – dijo mientras pasaba su mano por mi espalda para calmarme.
No podía parar de llorar cuando de
repente apareció Dougie.
- La agradable de tu novia se está poniendo muy pesada. Vete de una vez con ella o juro que la mato. – dijo serio.
Danny se separó de mí, me limpió
una de mis lágrimas y miró a Dougie.
- Terminará cayéndote bien, mira lo que te pasó con Rachel. – y otra vez dijo es nombre.
- No te confundas Danny, a Rach solo la odiaba cuando estaba bebido a drogado. – dijo mientras me guiñaba un ojo. – a esta ni en sus mejores momentos la soporto.
No sé si Danny llego a escuchar la
última parte de la frase. Me limpié finalmente las lágrimas y respiré
profundamente.
- ¿Estás bien? – dijo preocupado.
- Si tranquilo, o al menos lo estaré. – dije dedicándole una sonrisa casi inexistente en ese momento.
- Quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites, te la debo. Tú estuviste a mi lado cuando… ya sabes. Ahora me toca a mí devolverte el favor.
- Muchas gracias, si tengo la tentación de caer, no dudes que te llamaré. Voy a seguir con el trabajo, tengo mucho que hacer. – y comencé a caminar de nuevo.
- No van a durar, no la quiere como te quería a ti. – sus palabras me paralizaron.
- No sigas por ahí, además da igual eso, no me querría tanto si me dejó escapar. – dije algo molesta por esas falsas esperanzas.
- Ya sabemos que Danny no es muy listo.
- Dougie, sabes que te lo agradezco, pero no quiero escuchar ese planteamiento. Lo nuestro se acabó hace cuatro meses. Punto. – dije muy seria.
- Vale, aunque debes empezar a acompañar los ojos con las palabras que salen de tu boca. – y volvió a donde estaban los demás.