viernes, 4 de marzo de 2011

Capítulo 13

  • Raquel se está enamorando, Raquel se está enamorando...
  • Tampoco exageres, pero es verdad que si sigue así va a ser difícil no hacerlo.
  • Es tan dulce, viene a verte para que descanses del estudio.
  • Es genial.
  • Y además está buenísimo.
  • No te enamores tú de él.
  • Eso sí que sería un problema.

Y nos empezamos a reír sin parar. Estuvimos diciendo tonterías durante media hora. Riendo y recordando un montón de cosas. Hasta que nos motivamos, pusimos música y nos pusimos de punta en blanco. Íbamos guapísimas, cogimos los bolsos y nos fuimos a cenar donde Joe.

Cuando llegamos estaba muy lleno, y eso que esa noche no había micro abierto, por eso estaba libre. Cuando Joe me vio se quedó muy sorprendido, normal le dije que tenía mucho que estudiar y que como no era noche de micro que me lo dejara libre, y ahí estaba en el bar.

  • Así que mucho que estudiar señorita.
  • Sí, pero ha venido mi amiga Mery de Madrid y no podía desaprovechar la ocasión de traerla al mejor pub de la ciudad.
  • Pues si es así, me parece genial. Hola yo soy Joe.
  • Hola, un placer, me han hablado mucho de ti. - a medida que María hablaba se ponía roja.
  • Espero que no muy mal.
  • Ya sabes que hablo mal de ti, pero no demasiado.
  • Eso espero - dijo mientras me guiñaba un ojo. ¿Vais a tomar algo? ¿a cenar?
  • Si queremos cenar. ¿Que nos ofreces?
  • ¿Os apetecen unas hamburguesas típicas de Seattle?
  • Me encanta Seattle - dijo Mery.
  • Pues marchando. ¿Os sentáis por ahí o aquí en la barra?
  • Mery y yo nos miramos y solo tuvimos que hacerlo durante 2 segundos, porque 2 segundos después decíamos totalmente coordinadas.
  • En la barra por favor.

Nos volvimos a mirar y empezamos a reír.
  • Estáis fatal.
  • Pues la noche acaba de empezar. - dije sin parar de reír.
  • Y las noche que empiezan así suelen terminar o siendo legendarias.
  • O con un montón de historias que contar.

Y seguíamos riéndonos.
  • Es que hacía mucho que no nos veíamos. - le dije mientras la cogía por la cabeza y la despeinaba.
  • Loca, para.
  • Ya veo, ya. Pues nada ¿os apetece una cerveza?

Nos volvimos a mirar, la indique con la mano que me dejara contestar a mí y le dije a Joe.
  • Para mi si, Mery con una botella de agua va bien.

Y empecé a reírme sin parar, tanto que casi me caigo de la silla, y eso hizo que Mery y Joe se empezaran a reír de mí.

Mery no tuvo que decirle nada, nos puso un par de cervezas y brindamos.

La cena fue genial. Estuvimos la mayoría del tiempo hablando con Joe, mientras nos contaba historias de su juventud en América, de cómo montó el bar. Muchas cosas ya las sabia, pero era emocionante escucharle y más con lo concentrada que estaba Mery en su historia.

Cuando empezó a hablar sobre el bar se me ocurrió una pregunta.
  • ¿Y por qué llamaste así al bar?
  • ¿No te lo he contado nunca?

Yo negué con la cabeza.
  • Yo acababa de empezar a trabajar en un bar aquí en Londres, ya había perdido toda esperanza de dedicarme a la música, así que me replanteaba mi vida, intentando descubrir que podía hacer. Un día llegaron al bar dos chicos, componían canciones para Busted...

En ese momento Mery, que estaba bebiendo cerveza, paro de hacerlo, escupió la que tenía en la boca, si la escupió al suelo y dijo.

  • A no, no, no. Tú te crees muy lista, ha dicho que no te pueden contar nada sobre él. Entiendes el matiz NADA?!?
  • María, joder, es una historia sobre Joe.
  • En la que sale Danny.
  • ¿Y cómo sabes tú eso?
  • Porque los dos chicos que componían para Busted eran Tom y Danny ¿verdad?
Miro hacia Joe muy seria. Joe no entendía nada.
  • Si, eran Tom y Danny, pero no entiendo nada, porque no puedo contarle la historia.
  • Yo te explico. - dijo rápidamente, dejándome con la palabra en la boca.- El otro día, para ser exacta el jueves, aquí mi amiga llamó a Danny borracha para que fuera a buscarla y salvarla de un futuro violador. Y paso la noche con Danny otra vez.
  • Pero no pasó nada. – aclaré rápidamente.
  • Te fue a recoger, te dejo en casa y ya? – pregunto Joe sorprendido.
  • No, me llevo a su casa.
  • Así que pasamos del enfado al sexo de una forma muy rápida, es normal, se escuchan muchas leyendas sobre él.
  • Pues no digas nada, porque excepto que Danny se lo cuente, nadie puede hablar sobre él. – le hizo callar Mery rápidamente.
  • Eso sigo sin entenderlo.
  • A ver, se lo cuento yo Mery. Estuvimos hablando e hicimos un trato, vamos a conocernos, como dos personas anónimas, lo que supone que yo no puedo informarme sobre su vida, ya sea por internet, fans o colegas como tú.
  • Interesante. Así que sales con Danny Jones!?
  • Ehh, más bajo. No salimos, somos dos personas conociéndose, nada más.
  • Y con sexo. – afirmo Joe.
  • Espero que sí, porque el tío puff, y hasta ahí leo.

Y Mery y Joe se empezaron a descojonar.
  • No veo la gracia por ningún lado.
  • Bueno nosotros sí, es famoso y no sabes nada de él, pero por otro lado sabes más de lo que sabrá nunca una fan que lo sabe todo.
  • Ya sabes lo que se dice, siempre hubo clases.

Y le di un sorbo a mi cerveza poniendo cara de satisfacción.
  • Realmente hacéis buena pareja, muy buena diría yo. - comento Joe.
  • Eso es lo que la dije yo. – dijo Mery satisfecha.

Mery se apoyó en la barra y chocó los 5 con Joe. Lo que faltaba, que se compincharan ahora estos dos.

Después de cenar y muchas risas nos íbamos a ir a bailar, aunque no tenía muy claro dónde ir, cuando de repente me llego un SMS inesperado.

Os he metido en la lista de la mejor discoteca de Londres, ya sabes, esto de ser famoso. Te dejo la dirección, di tu nombre en la puerta y si tienes algún problema llámame. Xxx Jack

  • Bueno parece que ya tenemos plan, vamos a ir a la discoteca más chic de Londres.
  • ¿Y eso? Raquel estoy fatal de dinero, yo con bailar en cualquier lado me conformo, como si quieres bailar en la calle.
  • No te preocupes, cortesía del señor Jones.

Y le enseñe el SMS para que viera por ella misma.
  • OMG!! Cásate con él, o tendré que hacerlo yo.
  • De acuerdo, si no funciona le paso tu teléfono.
  • Genial, pues vayamos a bailar pues.

Salió corriendo, y se puso en medio de la calle para pedir un taxi.

Llegamos en apenas 15 minutos. Y no podíamos creer lo que veíamos, era un sitio que parecía un teatro antiguo y había una cola de cagarse. Al lado de la puerta había un tío con una lista, la gente iba, decían algo y entraban, así que nos acercamos a ver si teníamos suerte.

  • Hola buenas noches, sus nombres por favor.
  • Sí, yo soy Raquel ...
  • Bienvenidas, pasen por aquí por favor. Tienen una mesa en la zona VIP reservada por si les interesa, con todos los gastos pagados.
  • Muchas gracias. – esto era increíble.
  • Pero la mesa está a nombre de Kate.
Nosotras nos miramos sin comprender muy bien todo lo que nos estaba diciendo.
  • ¿Está todo bien?
  • Si perdone, es que cuando nos avisaron de que viniéramos no esperábamos tantos privilegios.
  • Su amigo debe ser influyente.
  • Eso parece. Gracias.

Cogimos las pulseras de color verde, que nos distinguía de los que entraban por la entrada normal. Entramos y seguimos flipando, el sitio estaba genial, buena música, buen ambiente y estábamos en zona VIP, que más se podía pedir.

Nos sentamos y enseguida nos trajeron una botella de champan con una nota que decía.

Queridas Kate y Mery.
Espero que la noche vaya genial y que os guste mi regalo. Tomar lo que os apetezca, hoy invito yo. Pasarlo genial.
Pdt. Kate no te metas en líos, si necesitas llegar a casa y no sabes cómo hay un coche a tu disposición, solo dilo en la barra.
Jack.

Después de leerla se la pase a Mery, nos miramos, sonreímos y dijimos.
­ Rompamos la noche.

Nos dimos un abrazo, brindamos y reímos. Después cogí el móvil y escribí a Danny.

Jack, no puedes tratarme tan bien, no merezco tanto lujo (de momento). Lo mínimo es que te pases por aquí y que primero disfrutes de tanto lujo y luego que te lo agradezca de la forma que mereces ;). Ya sabes dónde estamos. Xxxx Kate.

Deje el móvil sobre la mesa, y nos pusimos un par de copas de champan y seguimos riendo y bailando alrededor de nuestra mesa. Un rato después Danny me contestó.

Dulce Kate, todo es por Mery, para que disfrute de la ciudad de verdad y no solo de bares londinenses. Me encantaría pasarme, pero estoy con un amigo bebiendo cerveza, noche tranquila de tíos, y por suerte o por desgracia ese lugar no es tranquilo y menos para nosotros. Pero apunto lo del agradecimiento además de una ducha, dios mío sí que me va a salir bien la jugada.
Sabes que si te lo mereces dulce Kate, ya sabes lo que dice la canción. Buenas noches. Xxx

No podía parar de reírme, está fatal este chico pensé. Y Mery y yo seguimos bebiendo, bailado, riendo y pasándolo genial. Y sin darnos cuenta ya eran las 5 de la mañana. Y si, un coche de la discoteca nos cogió y nos llevó a casa, lo curioso es que ni siquiera le dijimos donde nos tenía que llevar.

Nos acostamos agotadas del todo el día y nos metimos juntas en mi cama, lo necesitábamos, nos echábamos mucho en falta.

A la mañana siguiente me desperté a las 10.30 de la mañana sin poder parar de sonreír. Había sido una noche perfecta. Mire a Mery dormir, estaba preciosa. La tenía mucho cariño, cuando la vi así me di cuenta que la quería tanto como a mi hermana pequeña, esa de verdad, de sangre. O como a Manuel. Siempre estaba ahí para mí. Creo que estuve como 5 minutos embobada pensando en todo lo que habíamos pasado y lo que nos quedaba, anoche tuve una idea que tenía que contarle en cuanto despertara, la iba a encantar.

Otra persona se me coló por la mente. Danny, se había portado genial los dos últimos días, así que decidí ir a darle las gracias y llevarle algo de desayunar.
Me levanté sin hacer ruido, me metí en la ducha, aunque no duró mucho. Me vestí corriendo, cogí las llaves del coche, la cartera y le puse una nota a Mery en la cama, para que no se preocupara.

Bajé corriendo las escaleras, pero tuve que subir corriendo a por el móvil, que cabeza. Cogí café y tarta en el Starbucks y 30 min después llegue a casa de Danny.

Llamé y esperé al menos 5 min antes que me abriera.

  • Vaya sorpresa, ya pensaba que era el pesado de Tom. - dijo bostezando y estirándose, si, le había despertado.
  • ¿Has quedado con Tom? - pregunté esperando que fuera un no.
  • No, que yo sepa. Buenos días, Kate. ¿Mucha fiesta anoche?
  • Aja, aunque parece que tú no te quedaste corto.
  • No me puedo quejar.
  • Espero que tengas fuerza.
  • ¿Para?
  • Para esto.

Cogí y lo fui empujando dentro de su casa poco a poco, entré, deje el café en el suelo al lado de la puerta, cerré con mi pierna y comencé a besarle. El me siguió el juego y siguió besándome mientras ponía sus manos una en mi cadera y la otra en mi culo. Yo le sonreí, le cogí fuerte la camiseta y tire de él hacia su habitación. Cuando llegamos a la habitación había una sorpresa.

  • Parece que tenemos compañía.
  • Mierda, Dougie.
  • Tienes primero un problema de memoria y segundo un problema con los miembros de tu banda.
  • Es que anoche salimos juntos y terminamos tan borrachos que ni siquiera recordaba que estaba aquí.
  • Necesito café.

Salí de la habitación, fuí, cogí el café del suelo y me fui a la cocina. Danny me seguía.

  • El destino no quiere que nos volvamos a acostar. Y si el destino habla... es una putada.
  • Pues como siga así el destino yo voy a ponerme enfermo.

Mi mente perversa empezó a funcionar.

  • Así que enfermo – dije mientras me acercaba lentamente.
  • Aja - dijo con un poco de miedo.
  • ¿Por qué me miras así?
  • Me das miedo.
  • ¿Por qué?
  • Porque veo tus intenciones en tu cara y Dougie está en mi cama.
  • Pero nosotros estamos en la cocina y yo no veo a nadie más aquí.

Me acerque a sus labios y le besé casi sin rozarlos. El respiró hondo, se dio la vuelta, dio un par de patadas al aire y volvió a mirarme.

  • No hagas las cosas más difíciles todavía.
  • ¿Sabes que ahora mismo te odio a ti y a tu estúpido grupo verdad?
  • Seguro que no tanto como yo.

Nos mantuvimos la mirada durante unos segundos y nos empezamos a reír. Yo creo que el reía por no llorar y yo un poco también. Me cogió del brazo y me acerco a él hasta que me rodeo con sus brazos.

  • ¿Qué te parece si tomamos un café? – me pregunto mientras seguía abrazándome.
  • Parece que es lo único que vamos a hacer hoy, así que mejor antes de que se enfrié.
  • Me parece una sabia elección.

Me cogió la cara por la barbilla, me la levantó y me dio un beso tierno y corto. Me cogió de la mano y me llevo a la barra de la cocina.

  • Veamos que has traído.
  • No sé nada de tus gustos, así que espero a ver acertado.
  • Tarta, mmm me encanta la tarta.
  • ¿Esa tarta o la tarta en general?
  • Me gusta la tarta, creo que cualquier tipo de tarta, nunca he comido ninguna que no me gustara.
  • Chico fácil.
  • Aja – dijo con la boca llena.
  • Me alegro que te guste.
  • Mmm, estaba muerto de hambre.
  • Puedes comerte el mío si quieres.
  • ¿y tú que piensas comer?
  • No tengo hambre, con el café estoy servida.
  • Normal es del tamaño de un camión. – dijo con la boca llena. ¿Así que eres como Tom, una adicta al café de Starbucks?
  • Podría decirse que sí. Mira algo teníamos que tener en común.
  • Además de vuestro amor por mí.
  • A lo mejor la palabra amor se queda un poco grande en mi caso.
  • ¿Por qué eres tan cruel conmigo? – dijo poniendo pucheritos.
  • Pobrecito mío, ¿he herido tus sentimientos?
  • Pues sí. – hizo como si se limpiara las lágrimas.
  • Pues recuerda que te he traído tarta y te encanta la tarta.
  • ¿Así es como piensas consolarme por tus palabras hirientes? ¿con tarta?
  • Pues… déjame pensar… podría consolarte con sexo también, pero ya has visto que eres parte de un grupo de pesados, así que te tienes que conformar con la tarta.
  • Vale.

Dijo y siguió comiendo como si nada. Y yo me empecé a reír, él me miro y me sonrió. Comenzó a hablar sin dejar de comer.

  • Bueno así que anoche muy bien ¿no?
  • Sí, nos lo pasamos genial. Es un sitio muy chic.
  • Yau te digoo, el utro día estuvimos pur allí y flupamos.

Si eso fue lo que dijo, pero es normal, tenía toda la boca llena de tarta.
  • Eres un poco cerdo.
  • Eso dicen por ahí. Pensaba que ya estabas informada.
  • Recuerda que me tienes prohibido que nadie me cuente nada. Además te ha salido una aliada, Mery se dedica a proteger tu imagen pública de mí.
  • Así me gusta, mira que es difícil, cuando te lo propuse no creía que fuera posible.
  • Pues el plan te está saliendo bien.
  • Bien, punto para mí.

Y en ese momento sonó mi teléfono. Era Mery.
  • Hola amor. ¿Qué tal has dormido?
  • Bien, pero donde estas.
  • No has visto mi nota.
  • ¿Qué nota? Yo he visto que no estabas, te he gritado desde la cama y como no me has contestado pues te llamo a ver dónde estás.
  • ¿Ni siquiera has abierto los ojos verdad?
  • Para que, estoy muy a gusto así.
  • He venido a casa de Danny, pero ya voy para ya. Quieres que te lleve algo de desayunar?
  • ¿Qué hora es?
  • La una.
  • Ohh perfecto. Si, tráeme lo de siempre. ¿Por qué vas al Starbucks verdad?
  • Claro que sí.
  • Pues lo de siempre, y dale un beso de mi parte a Danny y dale las gracias, aunque ya se las habrás dado tu – y de repente Mery se despertó de verdad – ¿NO OS HABRÉ INTERRUMPIDO VERDAD?
  • No te preocupes, ya se han ocupado otros de cortarnos el rollo, luego te cuento. Ahora mismo voy para ya.
  • Adiós sister, no tardes que tengo mucha hambreee!

Y colgó sin esperar contestación. Danny ya había terminado de comer y me observaba intentando entender mi conversación en español.
  • ¿Era María?
  • Sí, ¿no has entendido nada verdad?
  • Nada de nada, pero ¿has dicho mi nombre verdad?
  • Si, eres muy listo.
  • Lo soy.
  • Pues nada McListo me tengo que ir a llevarle el desayuno a la niña.
  • Vale McGraciosa, cuando volveremos a vernos?
  • Pues no sé, pero asegúrate que cuando eso pase ninguno de tus compañeros de banda hayan quedado contigo, salgáis a beber cervezas o cualquier otra cosa.
  • Pobres chicos, parece que solo te intereso para el sexo.
  • Entre otras cosas. – le dije con una gran sonrisa.
  • ¿Qué te parece si quedamos para cenar el miércoles?
  • ¿Una cita de verdad?
  • Si, con trajes de etiqueta. Bueno eso era broma.
  • Mierda, el miércoles trabajo.
  • Pues el jueves.
  • También trabajo.
  • Qué asco de tía.
  • Si quieres el viernes libro.
  • Lo siento, ya tengo una cita con mi otra amante.
  • A pues el sábado.
  • ¿A pues el sábado? ¿Así es como reaccionas?
  • Hombre que quieres que haga, ¿la mato? Somos dos personas que se están conociendo, somos Friend with benefit…nose, tampoco es que esté dando saltos de alegría. ¿Cómo quieres que reaccione?
  • Pues que te pique un poco.
  • Pues un poco pica, pero tampoco te lo iba a decir.
  • ¿Por qué?
  • No hay que enseñar las cartas tan pronto, sino puedes pensar que me tienes a tus pies, y eso no es bueno.
  • ¿y te tengo a mis pies?
  • Ni soñando me tendrías a tus pies. Ten cuidado no pase al revés.
  • ¿Me estas retando?
  • ¿y si es así?
  • Que gane el mejor.
  • Me parece justo.

No sé como pero durante la conversación habíamos ido juntando nuestras cabezas hasta estar a pocos centímetros la una de la otra y sí, nos besamos durante 5 minutos sin poder parar ni controlarnos.

Hasta que me di cuenta que Mery me estaba esperando.
  • Me tengo que ir, María me mata.
  • Vale, entonces nos vemos el viernes, te recojo a las 9.
  • ¿Y la otra?
  • Creo que lo podré arreglar.
  • Valla, parece que Raquel empieza a ganar.
  • No cantes victoria todavía.

Nos volvimos a besar y mientras andábamos hacia la puerta. En ese momento se me ocurrió una cosa para Mery.
  • Oye Dougie tiene el sueño muy profundo.
  • Sí, mucho. ¿otra vez vas a ponérmelo difícil?
  • No, ¿te importa que me haga una foto con él?
  • Que va, todo tuyo. Espero que no esté desnudo.
  • Pues yo no.

Cogí mi móvil, me tumbe al lado de Dougie y me hice una foto con él. Y me fui corriendo hacia la puerta.
  • Ya está, le va a encantar a Mery.
  • ¿La vas a subir a internet?
  • Si, y voy a poner: noche loca en casa de Danny Jones.
  • Me parece bien. Ponme una buena nota en lo referido al sexo, eso sube mi cache.
  • Hecho. Te veo el viernes pues. – dije y me acerque a besarle.
  • Gracias por el desayuno. – dijo y me beso el también.
  • Un regalo por lo de anoche.
  • Tendré que invitarte a más sitios de esos.
  • No, que ahora se va Maria y no sabría cómo explicarles a mis amigos de la universidad que pueda ir a esos sitios.
  • Pues les dices que tienes un amante, llamado Jack que es muy rico y poderoso. Además de ser guapísimo.
  • Pero eso es mentir.
  • Pues entonces diles que sales con el maravilloso Danny Jones.
  • Creo que Jack les gustará.
  • A mí me gusta Jack.

Nos besamos y nos dimos un abrazo. Me sonrió y me miró hasta que me metí en el coche.

2 comentarios:

  1. Vale, vale, vale!
    ME HA ENCANTADO ESTE CAPITULO!!!

    Envidio tanto tus dialogos!! Son tan rápidos y divertidos!!

    No, en serio me ha encantado, me he reido como una loca delante del ordenador y encargame un Danny para navidades!!! xDD

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  2. Super chachi del parachachi!
    Como me gustan sus conversaciones.... Mañana más, que ahoar me voy a dormir...
    Un besico!
    P.d.: Uno de los mejores personajes que he visto. Me identifico yo, y mis propios personajes... XD

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