domingo, 29 de mayo de 2011

Capítulo 37

Bueno la idea era subir el martes y no este capítulo que se supone que va después, pero las echo de menos tanto estos días, que supongo que lo necesitaba. Es un tributo a ellas estos capítulos.

Y si supiera componer canciones sería algo así! 

Espero que os guste y que vayan muy bien los examenes!


Años después.

  • Cris, es jueves. No me hagas enfadar. – dije con un tono de voz cortante.
  • María por favor, acabamos de cerrar un caso. Tengo millones de informes que entregar y mi marido…
  • Deja de hablar. Tu marido sabe que es jueves. Los jueves no llegas antes de las 2 NUNCA. Llevas 20 años así. Cuando conociste a tu marido sabía que NUNCA iba a cenar contigo el jueves.
  • No llevamos haciendo esto 20 años María. Se podría decir que ni 5 años. – rió Cris.
  • Me da igual. Te paso a buscar si hace falta. Pero vienes, no hay más que hablar.

Se quedó en silencio unos segundos.
  • No te preocupes, estaré allí. Como siempre. – dijo cansada.

Sabía que tenía razón. Hubo un momento en nuestras vidas, que llegamos a vernos muy poco. Trabajos, matrimonios e hijos era ya suficiente. Había cosas que no cambiaron. Los viajes por ejemplo, eso nunca cesó. Pero cada vez nos veíamos menos. Solo en fechas señaladas, en algún que otro concierto o para tomar café rápido cerca del trabajo.

Así que una noche, mientras cenábamos todos juntos. Raquel propuso una cena semanal. Sin olvidar viajes, conciertos y fechas señaladas.

Y como no, fue Raquel la cabeza pensante. Cuando empezaba a funcionar eso, tenía mucho peligro. Demasiado.

Como el verano que pasamos recorriendo Estados Unidos en una autocarabana. De gira con un grupo de música. Todo se decidió en una cena en Nueva York. Pero esa historia es demasiado larga para contarla aquí. Merece un libro entero para ella.

Hay que reconocer que esa cabecita loca nos hizo pasar muy buenos momentos, demasiados. Y las cenas de los jueves nos volvieron a unir mucho más.

Me pasé a por Raquel, otra de las tradiciones de los jueves. Bueno cuando no venía ella a por mí.

Llame a la puerta y esperé. Desde fuera se podían escuchar los gritos. Eran muy buenos.

  • Danny, abre, debe ser Mery. – gritó Raquel desde el cuarto.
  • Chris hijo, abre la puerta a tu tía. – pidió Danny.
  • Daniel abre tú y no mandes a tu hijo de 5 años. ¿Y si no es su tía? – volvió a gritar.
  • Pero si has sido tú la que has dicho que era Mery. Y si fuera alguien normal se habría ido corriendo con tanto grito. – contesto Danny sin bajar el tono de voz.
  • Yo voy. – gritó Chris.
  • Danny.
  • Estoy con él. – dijo abriendo la puerta.
  • Buenas noches. Estáis locos. – dije sonriendo.

Nos dimos un abrazo como saludo.
  • Mami, es la tía, corre baja. – gritó Chris desde el pie de la escalera, sin dejar de saltar.
  • ¿Y el gay de tu marido? – preguntó mientras pasábamos al salón.
  • Ha quedado con su amante esta noche, no sé lo que harán. Quedan todos los jueves.
  • Hacemos música tía. – contesto Cris.
  • Le tenéis bien enseñado eh. Y tu señorito no me des ni un beso. ¿Seguro que es tu hijo Danny? – pregunté divertida.

Chris se acercó, subió al sofá y me dio un abrazo y un beso.
  • Ahora qué opinas. – rió Danny.

No me dio tiempo a contestar, Raquel volvió a gritar.
  • Danny por favor ven a por tu hija que no me da tiempo.
  • Vale.

Subió a por la pequeña Kate. Chris le siguió. Era una calcomanía de su padre. Rubio tirando a pelirrojo, con el pelo rizado, aunque eso era de esperar, los dos tenían el pelo rizado.

Estaba llenito de pecas, como su papa. Le idolatraba. Cuando Danny no estaba en casa, Chris se dedicaba a imitarle. Utilizaba sus mismas expresiones, andaba como él y siempre iba con un ukelele que tenía Raquel de cuando íbamos a conciertos. Bueno cuando íbamos con 20 años a conciertos. Hasta bailaba como Danny cuando el grupo iba con una cámara hasta a cagar.

Hubo una vez que Raquel se enteró como iba a ir Danny vestido en un concierto, le compro a Chris exactamente lo mismo. Y mientras los chicos cantaban, le subió al escenario, le colocó un micrófono de colores al lado de Harry, le colgó el ukelele y le dijo.

  • Te acuerdas de cómo baila papi esa canción ¿Verdad? ¿Te apetece subir a bailarla con él al lado del tío Harry?

Y así lo hizo. Nadie se esperaba algo así. Ni los chicos, ni el público y menos nosotras.

Llamaron a la puerta, y como no, arriba los gritos empezaron.

  • Chris no bajes y ponte el pijama. – grito Danny enfadado.
  • Jo papi, que es el primo Liam.
  • Ni jo papi ni nada. Como si es Springsteen. Ponte el pijama.
  • Aunque ese sea tu sueño no va a pasar vale.
  • Raquel ¿Te quieres llevar a tu hijo de cena?
  • Papi no, es la noche de hacer música. Me porto bien lo prometo.
  • El populacho ha hablado. – rió Raquel.
  • Pues más te vale pórtate bien o te mando con tu madre. Y ella es tan aburrida que te quedarías dormida en una de sus cenas.
  • Danny ¿tú quieres poster esta noche?

Abrí la puerta y vi a mis dos hombres al lado.
  • Cuando se entere tu madre vas a flipar chaval. – le decía a Liam.
  • Cuando me entere de que. – pregunté.
  • Te lo dije colega, díselo rápido, como las tiritas.
  • Muy bien, así educamos a nuestro hijo. – le cogí de la mano y le abrace. - ¿Qué tal el día mi niño?

Llevaba todo el día sin verle, lo primero que le iba a decir no quería que fuera una bronca.
  • Mira lo que me ha comprado papa. – y me enseñó una petanca.

Me dio un ataque de risa. No podía creer lo que veía.
  • Vale, y que has hecho para que papa se enfade. – dije todavía riéndome.
  • Compuse una canción. – dijo Liam con cara de niño bueno.
  • Bien colega. – dijo Danny.
  • No creo que se haya enfadado por eso. – dije.
  • Liam, dile a mama donde compusiste la canción.
  • En casa. – dijo.
  • Sobre qué. – le forzó su padre.
  • En la pared. – puso carita del gato de Shrek.
  • ¿Has pintado toda la pared de tu habitación? – dije sin poder creerlo.
  • Oh oh. – dijo Cris.
  • Bueno señorito, disfruta de la noche de hacer música, porque puede que estés castigado unas semanas.
  • Noooooooooooooooo. – dijeron Danny, Dougie y Cris a la vez.

Les miré con cara de pocos amigos.
  • Eso, vas a estar castigado. – dijo Dougie.
  • No se compone en la pared colega. – afirmo Danny.
  • Se os va a joder el chollo, chicos. – dijo Raquel dándoles una palmadita en la espalda y riendo.

Saludó a Dougie con un beso. Besó a Dann y a Kate, que estaba en sus brazos.
  • Chris, pórtate bien.
  • Si princesa. Pásalo bien. – la contesto Cris.
  • Se parece demasiado a ti, me da miedito. – rió Raquel.
  • Y usted señorito Liam, si quiere componer canciones dile al tío Tom que te regale uno de sus cuadernos mágicos de componer, molan un montón.
  • ¿Papa y el tío Danny no tiene ninguno? – dijo Liam sorprendido.
  • ¿Has visto lo feos que son? Como van a tener un cuaderno tan guay ellos.

Los chicos se miraron y asintieron. Cogieron a Raquel y la sacaron de casa.
  • A tomar por saco, fuera de esta casa. – dijo Danny.

Me despedí de todos y nos fuimos hacia el restaurante. Allí estaban todas, sentadas tomando una copa.
  • Buenas noches mujeres. – dije en español.

Se hacía raro hablarlo.
  • Hoy toca castellano. – rió Bárbara.
  • Sí, porque no. Cuando os cuente que le ha regalado Dougie a Liam, os vais a morir.
  • ¿Un bajo? – dijo Bárbara con un brillo en los ojos.
  • Mejor, le ha comprado una petanca. Le ha comprado una petanca.
  • No es posible. – gritó Cris. - ¿Nunca vieron el video clip de los Petancas? – preguntó divertida.
  • Creo que no. – rió Raquel. – Aunque debe estar en esa caja que abrimos de vez en cuando.
  • Claro que está ahí. – dijo Laura. – Lo metí yo, en un pen con las fotos de ese día. Un coche de juguete negro con una estrella dibujada en el techo. Una foto de los tatuajes. Ahh y lo más importante, una camita de juguete. – dijo conteniendo la risa.

Cogí un hielo y se lo tiré. Con tan mala suerte que di al camarero.
  • Ves, MANTA. – rió Laura.
  • Entonces meteré la foto que tiene Danny con el oso.
  • ¿Qué foto de Danny con un oso? ¿Danny ha estado con un oso? – preguntó Raquel extrañada.
  • Si, con la mascota del equipo de Bolton. – dije.
  • La mascota de Bolton es un león.
  • Vaya, Laura, un león. No un oso. Parece que tenemos que llevarte al zoo para que lo recuerdes.
  • Jujuju, eres la monda María. – exageró Laura. – Eso pasó cuando Raquel todavía no salía con Danny.
  • Da igual que tengamos más de 30 años. Seguimos igual que cuando nos conocimos. – afirmó Cris.
  • Ya ves, se me ha ocurrido algo. Para no perder las buenas costumbres. – dijo emocionada Raquel.
  • Bueno, ya vamos a liarla, ya tardábamos. – rió Laura.
  • Cuéntanos que es esta vez. Submarinos, safaris, “safaris”. – preguntó Cris.
  • Hace mucho que no vamos a Nueva York.
  • Juntas, desde ese verano fatal. Bueno, empezó siendo una visita para tomar helado y llorar. Y terminamos recorriendo el país. – relató Bárbara.
  • Gran verano sí señor. Muchos conciertos y sexo. – dije.
  • Sobre todo Raquel. - rió Laura.
  • Tenía el corazón roto, la idea salió una noche mientras bebíamos chupitos, que esperas.
  • Nada, era lo esperado. No fuiste la única que disfruto del viaje y del grupo. Me gusta la idea de volver. ¿Cuándo? – dijo Bárbara emocionada.
  • 1 semana este verano. – rió Raquel.
  • ¿A tu apartamento? – preguntó Laura.
  • Es la idea, aunque ya sabéis que es un antro de Brooklyn. Qué coño, me encanta ese apartamento.
  • Pues volvamos a New York. – dije emocionada.
  • Puede que no pueda ir, o tengamos que cambiar de país. Por ejemplo ir a Escocia en coche. – dijo Cris.
  • ¿Qué dices? ¿Por qué vamos a cambiar Nueva York por Escocia? – preguntó Bárbara.
  • Porque no creo que pueda volar, y menos a Nueva York.
  • ¿Qué pasa Cris? – preguntó Raquel preocupada.
  • Estoy embarazada.

No podía ser verdad. Nos miramos todas, emocionadas. Nos levantamos y la abrazamos. La noche cambió, se convirtió en una gran celebración. Esa vez volvimos más tarde de lo habitual.

sábado, 21 de mayo de 2011

Nota Informativa

Hola a todos!

Por si no os habéis dado cuenta, y antes de que leáis algo que os descubra cosas, he subido 3 capítulos. Es una semana durilla en la Universidad, así que os dejo un poco de reserva por si estoy desaparecida tanto aquí como a la hora de escribir capítulos nuevos.

Los cap son 34, 35 y 36.

Espero que os guste mucho y ánimo, queda muy poco para el verano.

Capítulo 36

Después de muchos besos y algún que otro abrazo nos fuimos del hotel. Esta vez fueron las chicas la que hablaron con las fans. A decir verdad parecíamos un poco imbéciles, o era mi sensación. Aunque hay que decir que mereció la pena parecer memas por la noche que vivimos.

  • OMG, Dougie está buenísimo. ¿Has visto la barba que llevaba? Me lo comía. Y mira que yo soy de Jones. – Dijo Bárbara.
  • Pero como teniendo a Danny ahí delante de ti sin camiseta, con todas esas pecas, te encantan las pecas. – la contestó Laura.
  • Pero no te has dado cuenta que le estaba haciendo ojitos a Rachel, ¿sino como explicas lo de los pases vips?

Sacaron los pares, se los mostraron la una a la otra y empezaron a saltar.
Las chicas que estaban esperándoles se acercaron a nosotras.
  • ¿De verdad les habéis visto? – dijo una de las chicas muy serias.
  • Solo a Danny y a Dougie. Ha sido una suerte. – dijo Laura con una sonrisa.
  • Estáis de coña ¿no? Además vuestra amiga está muy seria, no es normal. – dijo refiriéndose a mí.
  • Vamos a ver, está en shock. Acaba de conocer a su ídolo, sin camiseta, le hace ojitos y nos da unos pases Vips. ¿Tu como estarías? – dijo Laura muy rápido.
  • Sigo sin creerme nada de lo que decís.
  • A no, pues tenemos pruebas, no solo los pases Vips. Que están firmados chicas. Además tenemos fotos. ¿Las queréis ver? – dijo Bárbara con un tono de intriga que me dieron ganas hasta de verlas a mí.

Ellas asintieron con la cabeza. Laura sacó la cámara y les enseño las fotos. Había muchas más fotos de las que yo había visto. Mientras estaba en el servicio se habían hecho un book con Dougie. Laura y su obsesión por las fotos. Hubo una que me llamó la atención. Era preciosa. Salíamos Dougie, Danny y yo. Danny estaba en el lado izquierdo sonreía y me miraba, yo estaba cogida de su mano, con los dedos entrelazados. Mientras yo le daba un beso a Dougie y me disculpaba por las molestias, era un daño colateral. A lo que Dougie se descojonaba. No sabía quien la había hecho pero era genial.

No quería que la vieran, así que cogí la cámara.

  • Creo que es suficiente. Chicas nos tenemos que ir para el concierto.

Mientras nos íbamos pude escuchar.
  • No es nada más que un número más en su lista. Todas sabemos cómo es Danny.

Nunca debí hacer lo que hice y mira que me pare a reflexionar pero la furia pudo conmigo.

  • Dime guapa, que piensas de los números. – dije muy mosqueada.
  • Que solo eres un número en su lista. Sin más. – dijo con superioridad.
  • Puede ser, pero al menos soy algo en su lista.
  • Ya, a cambio de una buena mamada a empleados del hotel. Todo vale por una foto con Jones.

Ahora sí que me había tocado las pelotas. Tenía ganas de partirla la cara.
  • Sabes que yo no lo necesito, eso más bien lo harías tú, aunque con esa cara no me extraña.

A la tía se le hincho la vena del cuello y cerro un puño, lo que hizo que Bárbara y Laura se acercaran. Se iba a liar una buena, era imbécil, como me había dejado liar.

De repente mi teléfono empezó a sonar. Era Danny, solamente pude descolgar.
  • Raquel no hagas nada de lo que te puedes arrepentir dentro de 5 segundos.
  • Me ha llamado puta. En mi cara.
  • Bueno, eso te pasa por montar las movidas que montas. Piensa por dios. Piensa en mí, y que pasaría cuando dentro de unos meses salga lo nuestro y se filtré que te pegaste con una fan.
  • De verdad en días como hoy, o en situaciones como estas odio tu trabajo.
  • Cuando nos veas esta noche cambiarás de opinión.
  • Que me han llamado puta y no puedo defenderme por el que dirán.
  • Raquel, están celosas, llevan todo el día ahí y llegas tú y te pavoneas, que esperas.
  • Eso pasa por retarme.
  • Vas a seguir. – dijo afirmando.
  • Pues claro, pero me comportaré bien lo juro. No montaré movida.
  • Ya verás cómo me echen la peta.
  • Ya verás que no, lo arreglo ahora. Un beso amor.
  • Adiós princesa.

Colgué el teléfono y respiré profundamente. Como había podido llegar a esa situación. Estaba fatal y él tenía toda la razón. Había que solucionarlo de alguna forma.

Así que se me ocurrió algo.
  • Perdonar chicas, por nuestro comportamiento, no queríamos ser mal educadas, nos dejamos llevar por la emoción. Pero que quede clara una cosita, hemos tenido suerte y contactos, si vosotras estuvierais en la misma situación no perderíais la ocasión. Así que no insultéis por favor. De todas formas me acaban de llamar y me han dicho que puede que los chicos salgan de fiesta esta noche por aquí, así que dejarnos un teléfono y si nos enteramos donde salen os lo decimos.
  • No necesitamos vuestras limosnas. Podemos apañárnoslas solas. – dijo con cara de pocos amigos.
  • Vale, pues nada, pasarlo muy bien.

Y nos empezamos a alejar.
  • Además, yo no confiaría mucho en un futuro con Jones. No más que lo que has tenido. – dijo intentado volver a picarme.

Yo solo pude sonreír y preguntar.
  • Interesante. Y ¿por qué pasaría eso?
  • Puede que los ojitos nos los llevemos otras.
  • Puede ser, mucha suerte con eso.
  • Que gane la mejor.
  • No guapa, no te confundas, esto no es una competición. Todo para ti, así que te deseo mucha suerte.

Vi como sonreía con aires de superioridad, pero ya veríamos esta noche que pasaba.

Y ahí nos fuimos, aparcamos dentro del recinto. Esto era una maravilla. A decir verdad me podía acostumbrar a algo así. Nos lo tomamos con calma, ya había un montón de niñas en la puerta. Así que decidimos salir a tomar algo por la zona hasta la hora que abrían las puertas.

Nos tomamos un par de cervezas y nos reímos de todo lo que había pasado. Decidimos dejar de lado un rato el reto y disfrutar del concierto. Luego ya veríamos que pasaba.

Entramos después de que entraran las del club de fans, las pobres habían pasado la noche, merecían estar en un sitio privilegiado.

Mientras entrábamos me volvió a llamar Danny.

  • ¿Ya la has vuelto a liar y por eso no has venido a saludar?
  • No, estoy en la pista, es que no voy a ir a saludarte. – dije con miedo a la reacción.
  • Porque tengo que salir con gente como tú. Porque no saldré con una fan.
  • ¿Crees que sería más fácil? Recuerda que las fans quieren a la imagen que das o la imagen que dan tus representantes y tus canciones.
  • ¿Es distinto lo que soy a lo que la gente ve? – dijo algo curioso y sin saber bien la respuesta.
  • Pues no lo sé. No conozco tu yo comercial, me lo has prohibido.
  • Oye, ni que te tuviera atada a una silla. Realmente tú estás de acuerdo con esa postura. Aunque ahora me planteo si no fue un error. ¿Soportaras la presión cuando se entere la prensa y las fans?
  • ¿Y por qué se tienen que enterar?
  • Y volvemos a discutir una y otra vez por el mismo tema. Sabes mi paciencia tiene un límite y un día explotará.
  • Pues deja de comportarte siempre igual. Que luego cuando escriba tu novela va a ser una basura.
  • ¿Eres consciente que estas cambiando de tema a tu antojo? – dijo algo dolido.
  • Un poco, pero no creo que esta discusión la tengamos que tener por teléfono y antes de un concierto.
  • Tienes razón en eso, pero que sepas que no se acaba aquí.

Tras esa frase se me encogió el corazón. Sabía que ese momento llegaría, antes o después, pero no sabía si estaba preparada para todo lo que conllevaba hacerlo oficial.

Para mi realmente era oficial, lo que sentía, con los ojos con los que le miraba, pero no me gustaba nada lo que suponía hacerlo oficial.

Siempre fui fuerte, y en parte sabía que lo superaría y que podría con ello. ¿Pero y si no era así y le perdía? Tenía tanto miedo. A no poder enfrentarme a su realidad y que hiciera que todo terminara.

  • Vale, hablaremos de todo lo que necesites. Pero espérate a mañana y soy toda tuya para discutir de cualquier cosa, incluso de la crisis del petróleo.
  • La crisis no me interesa. – dijo con tono serio.
  • Ya lo sé Danny. Alegra esa voz por favor. Además ahora soy yo la que no te entiende. ¿Y lo que me has dicho en el baño?
  • Lo el baño no tiene nada que ver. Yo no estoy así porque crea que no des por la relación. Sino porque no me gusta tu comportamiento hacia mi trabajo, hacia lo que soy.
  • Ya, pero yo elegí estar contigo, no todo lo demás.
  • Pero es lo que hay.
  • ¿De verdad quieres que sigamos discutiendo por teléfono?
  • No. De verdad me traes de cabeza. Me vas a volver loco, y no en el buen sentido.
  • Prometo que no es mi intención.
  • Con lo fácil que era pasarte por aquí, saludar, dar un poco de ánimos y salir otra vez.
  • Yo te doy ánimos por teléfono. Además lo haces genial, no los necesitas.
  • Esa es tu escusa.
  • A ver Danny, ese no es mi sitio.
  • Vale Raquel, no te dejo hablar más. Como bien has dicho no es el lugar ni el momento para discutir. Tengo que concentrarme en el concierto.
  • Vale. Sois geniales ahí arriba, va a salir perfecto. Además después del concierto me paso a verte.
  • No quiero que hagas las cosas por obligación.
  • No lo hago. Si voy es porque quiero. – y porque debía.
  • Luego nos vemos. – dijo con voz seca.
  • Un beso amor, disfruta en el escenario.
  • Lo haré.

Colgamos. No me había gustado nada esta conversación, se había abierto la caja de Pandora. La pandemia se iba a propagar, solo era cuestión de tiempo. Esperaba que llegara hasta mañana. Aunque no estaba convencida.

Cuando apagaron las luces y empezaron el concierto. No me lo podía creer. Eran buenísimos en el escenario, incluso sus nuevas canciones. Esas que a mi forma de ver, no transmitían todo lo que tenían ellos dentro. Se habían vendido al mercado y es lo que nunca debería hacer un músico. Pero seamos realistas, eso es casi imposible.

En directo era otra cosa, ganaban considerablemente. Además tenían una soltura ahí arriba. No puedo describir lo que sentí al verles, al verle hacer eso. Puede que la fama mereciera la pena por poder disfrutar de un espectáculo así.
Hubo canciones que nos hicieron reír, vivir y como no llorar. Pero eso era el sentimiento generalizado. Sabían llegar al público y sus caras lo decía todo.

Gracias a dios no cantaron Not Alone, hubiera sido demasiado duro. Esa canción inevitablemente me recordaba tiempos pasados no muy buenos y si la hubiera conocido antes, las cosas no hubieran sido tan duras.

Bárbara y Laura disfrutaron como enanas, llevaban tanto tiempo esperando que no se creían que al fin les vieran en concierto. Sentían que estaban cumpliendo un sueño y en parte era así.

En cuanto terminaron nos encaminamos hacia la zona reservada. Nos dejaron pasar sin problemas y llegamos al camerino. La estampa vivida fue de las cosas más bonitas del mundo. Desde ese día no había concierto que no me escapara unos minutos antes de que salieran del escenario para poder llegar al camerino y ver esas miradas, esos abrazos y esas felicitaciones. Eran 4 niños el día de reyes abriendo sus regalos. Esa pureza en su mirada, esa forma de vivir la música me hacía sonreír. En esos momentos pero sobre todo en los momentos malos.

No quisimos interrumpir el intercambio de cariño, esperamos en la puerta hasta que sacaron unas cervezas y decidimos unirnos a la fiesta.

Danny me miro con pena, transmitía dolor. Yo le miraba suplicante, pidiéndole solamente con la mirada que lo dejase pasar unas horas. Pareció entenderme porque nos acercamos y nos abrazamos.

Nunca fui consciente de ese momento, hasta hoy que vuelvo a recordar todo y a plasmarlo en el papel. Con los años Danny y yo no necesitábamos decirnos ciertas cosas, solamente con mirarnos quedaba todo dicho, sobre todo los te quiero. Pero con el dolor también funcionaba algunas veces.

Esa noche fue dolorosa, por su mirada. Quería, más bien necesitaba, hablarlo conmigo. Y yo lo notaba en sus ojos, pero no quería estropear la noche.

Capítulo 35

Unos años después.

No sé qué me llevó a contar estas parte de la historia, supongo que porque Raquel se negó a escribir más. Solo quería contar su historia de amor con Danny. Lo que era para ella su historia de amor, porque para mí su historia es mucho más que lo que ha decidido contar ella, por eso me tomo la licencia de contar yo otras partes, otras partes que fueran importante en su vida y que ella dejó de lado. Ya sea porque las tenía muy recientes o porque seguir a veces resultaba doloroso.

Como ya habéis leído tuvimos un final feliz, con una familia y una carrera cada una en su campo. Pero esos dos años y gracias a ellos, a su música, a la música en general conocimos a personas que nos cambiaron la vida. Raquel nos solía llamar el consejo de Sabias. Aunque éramos más locas que sabias. El inicio de todo, que locas estábamos, todavía no ha llegado el momento de contarlo, será la propia Raquel quien os lo cuente en la historia. Pero con los años fuimos creando ciertas tradiciones que hacer juntas. Una vez al año elegíamos un destino por el mundo, un concierto y una habitación de hotel. Siempre el mismo número de habitación, siempre. Y nos íbamos las 5. Daba igual lo ocupadas que estuviéramos, los hijos que empezáramos a tener o si nuestras parejas o maridos salieran o no de gira. Bueno los que tenían maridos que iban de gira.

Pero era nuestra tradición. Y tras el accidente de Raquel y la pérdida del bebe era el momento de sacarla de casa.

Ya había pasado un mes y lo único que hacía era pasar de la cama al sofá e ir a trabajar. Danny ya no sabía qué hacer, cada día estaba más liado preparando la nueva gira y no quería irse si Raquel seguía así.

Estaba tan triste que ni siquiera quería escuchar música. Decía que el día que se recuperara no quería que ninguna canción le recordara ese momento y menos si eran canciones de los chicos.

Así que un día nos presentamos en su casa, sin avisar a nadie, las 4 con las maletas. Cuando Danny abrió la puerta se quedó flipado. Y luego nos sonrió.

  • Miedo, cuando el club de la herradura viene cargado con maletas, no puede ser nada bueno. – dijo Danny sonriendo.
  • Nos vamos de viaje Jones, venimos a secuestrar a tu chica. – dijo Laura.
  • Suerte con eso. – dijo borrando su sonrisa.
  • No te preocupes o viene por las buenas o Laura ha traído el cloroformo. – Dije.
  • Que dices María, ¿ya te has vuelto a caer de la cama? – dijo Laura.
  • Laura supéralo, me caí de la cama hace 10 años y ni siquiera lo viste. - contesté.
  • Puede ser, pero yo no me caí, ni hace 10 años ni durante estos 10 años.- me contesto.
  • Menos mal que nunca contáis lo que hacéis esos días que os vais fuera, porque de verdad. – rio Danny.
  • Y ten claro que no lo vais a saber, ni que vosotros nos contarais las veces que os tocáis entre vosotros en el autobús de la gira. – dijo Bárbara.
  • ¿Cómo sabes tú eso? ¿ha sido Tom verdad?
  • Ves Cris, te lo dije, te lo dije hace 15 años que el Pones no era solo una cosa mía. – Gritó Bárbara.
  • Pero que es este jaleo, locos. – grito Raquel desde las escaleras.

Nos miró, vio las maletas y empezó a negar con la cabeza.
  • Oh no, nononono. No es el momento.
  • Es el momento adecuado, no hagas que tengamos que secuestrarte. – la advirtió Cris.
  • No me vais a secuestrar.
  • Ohh ten claro que lo haremos. – le dije.
  • DANNY QUIEREN SECUESTRARME. – gritó pidiendo auxilio.

Danny, que se había ido al salón, asomó su cabeza.
  • Dime princesa, que decías.
  • Que me quieren secuestrar, dilas algo.
  • Mmm, las maletas están en el armario de ahí enfrente y tenéis permiso para rebuscar en el vestidor. Pero nos conocemos así que no cojáis ninguna cosa mía para luego venderla ehh. O peor para tocaros por las noches.
  • Jones vete. – gritó Laura.
  • Danny pero protégeme de estas locas.
  • No, hacía semanas que no te veía sonreír, como no te vayas y vuelvas a sonreír me va a dar algo. Además que llevo 1 mes sin poder poner música en mi propia casa, no sabes lo que es eso. Y si encima mi novia esta triste y no me sonríe… que me queda. El porno, pero después de un mes no es suficiente.

Nosotras nos miramos, contuvimos la risa pero no pudimos. Raquel se mosqueó y subió a encerrarse en la habitación.

Nosotras cambiamos las caras y subimos a ver qué tal estaba. Pero Danny nos paró.
  • No, ya estoy cansado.
  • Danny, necesita su tiempo. – le dije.
  • Ya María, pero aquí no es la única que ha perdido un bebe, y no quiero perderla a ella. Yo no puedo seguir así, ya he estado un mes mimándola todo lo que se ha dejado, que no es mucho, entendiéndola, dejándola espacio, pero quien me mima a mí, quien me cuida. Para mí también es duro. Así que se va ir por mis cojones. No puedo seguir viéndola así de rota.
  • ¿Vas a subir? – Preguntó Laura.
  • No, la voy a gritar. Miramientos cero. RAQUEL TE JURO QUE COMO NO BAJES AHORA MISMO, COLABORES Y TE VAYAS CON LAS CHICAS VAS A PASAR LA SEMANA MÁS HORRIBLE DE TU VIDA, SE ACABARON LAS GILIPOLLECES EN ESTA CASA.

Y claro que surgió efecto.
  • ME ESTAS AMENAZANDO JONES. ME AMENAZAS Y ME GRITAS.
  • Sí, porque quiero recuperar a mi novia, no este fantasma de ella que ha estado viviendo conmigo este mes.
  • Claro, para ti es muy fácil reponerse…
  • No sigas por ahí Raquel, ya estoy harto de esta situación, sé que no lo haces aposta y que estas mal, pero piensa por un momento en mí. Te acuerdas de tu novio, vive contigo.
  • A dónde quieres ir a parar, hablemos claro.
  • Que no eres ni la única que ha perdido un hijo ni la única que sufre en esta casa.
  • No lo entiendes verdad Danny, todavía no entendéis nada. CLARO QUE SE QUE ESTAS MAL, Y ME DESTROZA VERTE ASÍ Y NO PODER HACER NADA PARA ARREGLARLO…
  • Sabes lo mejor es que si puedes hacerlo, si puedes arreglarlo, estando tu bien…
  • ME PUEDES DEJAR TERMINAR. Danny que estamos así por mi culpa, la culpa que hayamos perdido él bebe es mía.
  • Raquel, de verdad estas diciendo esto. ¿De verdad piensas que fue culpa tuya?
  • No lo pienso, es la verdad, fue mi culpa. Y por eso me he comportado así, no puedo mirarte a los ojos sin que la culpa me rompa. Sin que sienta que me miras y me juzgas.
  • No creo que pienses eso, como te voy a culpar, fue un accidente mi niña.
  • No lo fue.- dijo con lágrimas en los ojos.
  • Ven aquí. – dijo Danny mientras se acercaba y la abrazaba.
  • Lo siento Danny, por este mes, por todo. – dijo llorando.
  • Mírame a los ojos, mírame y escucha atentamente. Primero y por encima de todo te amo con todo mi corazón, siempre, pase lo que pase, siempre lo haré. Segundo, no fue culpa tuya, fue un accidente. Acuérdate de lo que siempre dices, las cosas pasan por algo, el destino ha hablado.
  • El destino apesta.
  • No siempre va a ser amable con nosotros. Y tercero, tienes que irte, pasarlo bien, ir a esa habitación del número secreto y volver a escuchar música. Quiero recuperar a mi preciosa novia enamorada de la música por favor.
  • ¿Tú vas a estar bien?
  • Yo estaré bien, en cuanto te vuelva a ver sonreír. Además no te preocupes llamaré a Dougie y haremos una orgia, para alentar la mente pervertida de Bárbara y Cris. Mmmm que culito tiene Dougie.

Bárbara y Cris chocaron las manos, les hacía mucha gracia ese tema. Mientras Raquel se abrazaba fuerte a su pecho, como había pasado esa noche fatal en el hospital y Danny me guiñaba un ojo tranquilizandome. A Laura se la caían las lágrimas.

Capítulo 34

Me tire toda la mañana maquinando todo para esa tarde. La primera parada iba a ser el hotel, con sus amadas fans.

Ya éramos libres, cogimos el coche y nos fuimos hacia el hotel. Cuando aparcamos enfrente las mire y las dije.

  • Veamos, os traigo un poco engañadas, os necesito para una misión, os prometo que lo vamos a pasar bien, pero no vale vergüenza y hay que ser crueles.
  • Yo me apunto. ¿Con quién? - pregunto Lau.

Les conté el plan. Les gusto. Y ahí estábamos las tres saliendo del coche y caminando hacia las fans apostadas en la puerta.

Nos acercamos lentamente, no había mucha gente, pero no estaba mal para empezar.

  • Hola, perdona ¿lleváis mucho aquí? – pregunté con una sonrisa.
  • Bueno, desde esta mañana.
  • ¿Muy temprano? – como echaba de menos algo así.
  • Sí, desde las 7.

Pobres pensé. Vale esa parte no la echaba mucho de menos.
  • Vaya ¿y les habéis visto? – pregunté emocionada.
  • A Tom y a Danny.
  • Dios que suerte, me encanta Danny, es tan sexi. Además soltero. – dije guiñando un ojo.
  • Pues no ha dormido aquí.
  • ¿¡Cómo?! ¿Y cómo sabes eso? – conteste haciendo aspavientos.
  • Porque ha salido Tom solo y ha vuelto con Danny.
  • Oh dios que fuerte. Y no han vuelto a salir. – Afirmé.
  • No. - Dijo seca. No le gustaba mucho mi actitud.
  • Pues nada, si no salen habrá que entrar. – dije decidida.
  • Tú estás loca.

No lo sabían bien.
  • Hombre yo no me voy de aquí sin darle un beso a Jones, pase lo que pase. Un amigo mío trabaja en el hotel, voy a llamar para que me diga.

Cogí el móvil separándome un poco, para que no pudiera oír el otro lado del teléfono.
  • Hola Jack ¿qué tal? – dije bastante alto.
  • Uff miedo, hacía mucho que no me llamabas así.
  • Ya, es que hacía mucho que no lo necesitaba. ¿Qué tal estas?
  • Estas rara, ¿dónde estás?
  • Aquí abajo, ¿tu? ¿Has visto a Jones?
  • Ahhh ya estamos jugando.
  • Hombre pues claro que sí, te dije que desde antes del concierto. – dije segura de mi misma.
  • ¿Y cuál es tu idea?
  • Que entre, que me lo presentes. No puedo creerlo, vale espera no cuelgues.
  • Chicas me ha dicho Jack que nos cuela, así que vamos.

Las otras estaban flipando, las sonreí y nos alejamos.
  • Anda amor dame tu número de habitación.
  • Ya claro, quien dijo que iba a ser fácil. - Y colgó.

Que cabrón. Necesitamos las entradas. Habrá que conseguir el número de otra forma. Nos acercamos lentamente a recepción y pregunté.

  • Hola veníamos a ver a Danny Jones.
  • Ya, vosotras y todas esas. – dijo el recepcionista con mala cara.
  • Ya, pero yo soy su novia. Llámele. – dije seria.

No estaba nada convencido. Pero lo hizo.
  • Disculpe las molestias me dice una señorita aquí abajo que viene a verle, dice ser su novia. Me dice que él no tiene novia.
  • A ver es que no somos novios, novios, pero ese no es el tema. Dígale que necesito las entradas.

El hombre colgó el teléfono y dijo.
  • Me ha dicho que para eso tendrá que currárselo un poco más.

Era bueno. De repente vi a Dougie en el rellano. Cuando me vio intento huir, aunque corrí detrás suyo.
  • Dougie dímelo por favor.
  • No puedo. – dijo asustado.
  • Venga anda. – suplique.
  • Que luego me maltrata. - Dijo riendo.

No se lo creía ni él.
  • Vale, pues nada. Disfruta. – dije enfadada.

Me aparte de él y me senté en el recibidor.
  • ¿Les esperamos aquí? – Preguntó Laura.
  • No, salen en furgoneta. Atentas ahora cuando diga correr.

Dougie llamó al ascensor, espero y se metió dentro.
  • Vamos.

Fuimos corriendo hasta el botón del ascensor, le di para ganar tiempo y subimos corriendo al primer piso, persiguiendo el ascensor hasta el 5 piso, donde se paró.

Nos escondimos para que no nos viera. Llamo a una puerta, solo esperaba que fuera la de Danny, porque después de la paliza a subir escaleras.

Pero era predecible que subiera a ver a Danny.

Cuando se abrió la puerta no me sorprendí. Si, era Danny. Se metieron dentro, y nos acercamos a la puerta. Llamé y esperamos.

Dougie abrió la puerta. Cuando me vio se quedó flipado.
  • Mierda, Danny no está aquí. - dijo rápidamente.
  • Le he visto Dougie, no me mientas.
  • Es Harry.
  • Claro, como se parecen tanto.

Y de repente se escuchó.
  • ¿Quién es Doug?
  • Nadie Harry.
  • Que Harry ni que pollas. - dijo Danny asomando la cabeza.

Me miro y sonrió. Yo también lo hice pero con superioridad.
  • Eres buena princesa.
  • No sé cómo lo dudas. ¿Ya podemos pasar Doug? – dije imitando el tono de Danny al nombrarle.

Dougie se separó de la puerta y nos invitó a entrar.
  • Te presento, estas son Laura y Bárbara. Y ellas ya saben quién eres.
  • Bueno yo también se quiénes son, lista.

Mire a Danny y se sorprendió tanto como yo.
  • No os miréis así, me lo ha contado Mery.
  • Así que hablas con Mery. Interesante. ¿Tú lo sabias? - le pregunte a Danny.
  • No, ya decía yo que hablaba mucho por teléfono.
  • Oye chicas os han contado que Danny Jones se está tirando a vuestra nueva amiga.
  • Muchas gracias Dougie por hacer de portavoz de nuestra vida sexual. Me encanta hablar con vosotros pero tengo un reto que cumplir, así que la chica que se tira Jones necesita sus entradas.
  • Hay que decir que da juego tu chica Jones.

Danny empezó a reír.
  • No lo dudes Poynter. – dije con aire de superioridad.

Danny se acercó y me dio las entradas, aunque me pidió un beso. Cosa que le di. Y me acerco las entradas.
  • Espera que no hemos terminado. - le dije a Dougie que salía de la habitación.
  • Miedo me das. - dijo Danny.
  • Chica poneros con Dougie que os hago una foto. Pero poner caritas.

Muy graciosa la foto. Laura tenía cara de perversión sexual y Bárbara había puesto sus manos sobre el pecho agarrando con fuerza la camiseta.
  • Jones ahora quítate la camiseta. – Le pedí.
  • Oye, que hay mucha gente mirando.
  • Venga tonto es para hacernos una foto.

Le di la cámara a Lau y me acerque a él.
  • Pero no pongas cara de amor eh. Sé que es difícil pero no tiene que verse que nos conocemos. – dije seria.
  • Respeta a las fans que te conozco.
  • Yo las respeto, pero ten cuidado porque van a creer que pueden entrar así al hotel y hacerse una foto contigo medio desnudo.
  • Fletch te va a matar.
  • ¿Quién es Fletch? ¿Tom?

Y todos rieron.
  • Oye no me hace ni puta gracia, para aquellos que no sepáis todavía me tiene vetada la entrada en internet.
  • Es su representante Rach. – Dijo Lau.
  • Ah pues no me retes, todo es tu culpa. Pero ya nos vamos. Si quieres que nos saquen los de seguridad y así le damos más dramatismo.
  • Deja de montar escándalos y compórtate bien.
  • Pero eso no es divertido. Ya te dije que no tenías que retarme. Pero bueno os dejamos, fírmame las entradas y ya está.
  • A ver si luego no te dejan pasar.
  • Como no me van a dejar. Pero Danny estos son pases Vips. - de verdad siempre la liaba.
  • Claro, no quedan entradas normales. Pero utilizarla como queráis, yo paso de ti y tus movidas mentales.
  • Muchas gracias. – dije mientras sonreía.
  • Lo habéis escuchado, me ha dado las gracias.
  • De verdad, me describes como una persona horrible.
  • Es que lo eres. – dijo serio.
  • Muchas gracias. – cogí, me di la vuelta y me encerré en el baño.

Me metí ahí por una mezcla de melancolía y porque me hacía pis. Para que engañarnos. Sabía que Danny estaba de coña, en parte, pero las verdades duelen, y aunque Danny no lo pensara, yo si lo hacía.

Mientras hacía pis Danny entró en el baño, menos mal que a mí me daba igual eso de hacer pis delante de la gente.

  • ¿Qué te pasa princesa? – dijo con una sonrisa.
  • Nada, me meaba. – dije con la voz tomada.
  • Y entonces porque tus ojos y tus palabras no dicen lo mismo.
  • No estoy llorando. – dije limpiándome los ojos.
  • No me refería a eso, pero te has delatado tu sola.
  • Da igual Danny, no te preocupes. – me levanté y me fui a lavar las manos mientras se me caían las lágrimas.
  • Como va a dar igual y no me voy a preocupar. Si te digo una tontería que ni siquiera pienso y te metes al baño a llorar.
  • Lo admito soy bipolar además de una persona horrible.
  • Horrible ¿Por qué? Porque no te gusta utilizar tus contactos o porque te gusta el anonimato. No creo que eso te haga una persona horrible.
  • Me encantan estas conversaciones mientras meo. Sigo sintiendo que… - no sabía cómo continuar.
  • ¿Qué sientes? – dijo mientras me cogía de la mano.
  • Siento clichés y no quiero hablar del tema, porque me siento una víctima. Como si quisiera decirte todo eso para que me dijeras lo estupenda que soy y me hicieras la pelota y me subieras mi ego. Es como si no avanzáramos y siempre dijéramos y discutiéramos por lo mismo.
  • Porque sientes que soy el único que da en la relación.

Me asustó que dijera eso.
  • ¿Es eso lo que piensas? – dije con miedo.
  • No, yo no pienso eso, pero te empiezo a conocer y se lo que dicen tus ojos.
  • Si nos ponemos a contar… - me tapó la boca con su dedo para que me callara.
  • Las relaciones no funcionan así. No tengo apuntado en una libreta las cosas que hago por ti y luego lo comparo con lo que tú haces por mí. Hago las cosas porque me apetece, porque eres importante para mí y soy así.
  • Pero tienes mucho más que ofrecer que yo.
  • Pero no son cosas importantes, en lo importante estamos igualados. Si te puedo ofrecer algunos lujos o entradas vips a conciertos y esas cosas la mitad de las veces no las quieres.

Cogió mi mano y la puso sobre su pecho desnudo.
  • Escucha, eso es lo importante. Así que cree en ti misma.
  • Oh créeme que creo en mi misma, esto no es problema de autoestima. Lo que no creo es que me esté pasando algo así. Eres el hombre más maravilloso del mundo.
  • Ohh mi niña se está enamorando.
  • Eso espero.
  • ¿Ya no tienes miedo a enamorarte de mí?
  • Cada día más.
  • Pero. ¿Por qué hay un pero verdad?
  • Por supuesto que hay un pero. Pero el que no arriesga no gana.
  • Me gusta ese pero. – y me besó.
  • Solo espero no ser la única que se está enamorando.
  • I´d wish we fallin in love.
  • Ohhhh yeah.

Nos sonreímos y nos quedamos mirándonos. Se paraba mi mundo cuando me miraba de esa forma. Se mi aversión durante esa época de formalizar la relación, pero si en ese momento me hubiera hecho esa pregunta y me hubiera mirado a los ojos de ese modo, la respuesta hubiera sido un si enorme y sin pensar.

domingo, 15 de mayo de 2011

Capítulo 33

La noche fue tranquila. Nosotras tomamos algo y Danny cenó. No fue tan mala la cosa, ni que hubieran descubierto el secreto.

No tardamos en volver al hotel. Las chicas tenían sueño y mañana tenían que estar despiertas y concentradas.

Nos quedamos solos en la recepción del hotel. Era hora de despedirse. No quería que se fuera, pero no me apetecía decirle que se quedara. Hay que reconocer que era lo peor, una persona normal ya me hubiera mandado a la mierda. Pero Danny seguía ahí. Nunca lo entendí, y aún sigo sin entenderlo.

  • Me puedo quedar a dormir si quieres.
  • Pensaba que no lo ibas a decir nunca. – dije y le bese.

A la mañana siguiente, a eso de las 7.30 de la mañana llamaron a la puerta. No me lo podía creer. Tenía que levantarme ya. No podía ni moverme, dios al final la noche se había alargado en una fiesta privado con Jones.

  • Danny, llaman a la puerta.
  • Lo sé, pero no creo que sea para mí.
  • Anda ve a ver quién es. Que no estoy vestida para abrir la puerta.
  • Yo tampoco.
  • Bueno pero estas muy sexi, anda por favor, que no puedo moverme.
  • Que cara tienes.

Danny se levantó medio zombie, se rascó la cabeza y abrió la puerta. Luego lo analice y menos mal que era Laura.

  • Buenos días. – dijo Laura sorprendida al ver a Danny medio desnudo.
  • Hola, pasa anda. Raquel es Laura, así que mueve el culo de la cama.

No esperó a que entrara, dejó la puerta abierta y volvió a la cama. Se metió y me abrazó.
  • Rubia, vienen a por ti. Vamos levántate.

Me levanté un poco y no vi a nadie.
  • No hay nadie. LAURA ENTRA.

Entró Laura sorprendida.
  • Lo siento es que no suelo encontrarme cosas así abriendo la puerta.
  • Ya, se lo he dicho es un exhibicionista.

Mientras decía eso Danny me empujó con el pie y si no llega a ser porque me estaba sujetando el brazo me hubiera tirado. Grité del susto.
  • Eres una escandalosa. Vete ya que quiero dormir pesada.
  • Pero si casi me tiras loco.
  • Es para que te vayas y me dejes dormir.
  • Has visto lo que tengo que soportar. – le dije a Laura mientras me levantaba y me iba al baño. – Lauri siéntate donde quieras, como si quieres encima suya.
  • Es graciosa cuando está de mal humor por las mañanas. – le dijo Danny a Laura.

Salí corriendo a preguntarle a Laura si la importara que me diera una ducha super rápida. Me dijo que no había prisa. No tardé ni 5 minutos. Cuando salí la habitación estaba en silencio. Qué raro, Danny no se callaba.

  • Cuidado se ha quedado dormido. – me dijo Laura susurrando.
  • Nada de cuidado, si le despierto pues se siente. Además me tengo que despedir.

En ese momento pensé, no seas mala, recuerda que a ti no te gusta que te despierten. Me vestí en silencio y cuando estuve preparada para salir me acerqué a despedirme.
  • Pequeño. - dije susurrando.
  • Mmmm dime rubia.
  • Me voy a desayunar y a la presentación.
  • Mmmm muy bien. A la hora de comer te llamo.
  • Vale, duerme bien.
  • Sin ti no lo dudes.
  • Hay que ver que borde eres cuando quieres. - y empecé a alejarme.
  • ¿No piensas darme un beso? - dijo algo más despierto.
  • No quería molestarte.
  • Los besos no creo que me molesten nunca, y menos los tuyos.
  • Ahora no me hagas la pelota ehh.
  • Vale, pero dame un beso.

Me acerque lentamente hacia él, estaba muy sexy tumbado así en la cama. Le besé suavemente, con miedo a encender la llama y no ser capaz de dejarle así e irme.
  • Que pases muy buen día. - dijo regalándome una sonrisa.
  • Igualmente amor. – Dije mientras me acercaba a darle otro beso.

Salimos de la habitación, Laura estaba flipada, no podía creerlo. No habíamos tenido tiempo de hablar del tema aunque ahora tampoco lo tuvimos, otra sorpresa nos esperaba en recepción. No nos esperaba a nosotras, pero si era una sorpresa.

Laura fue quien lo vió primero.
  • ¿Raquel? - dijo Lau con la cara descolocada.
  • Dime, ¿qué te pasa?
  • Lo que está pasando este fin de semana no es normal. Primero tú que eres amiga de mi compi y te invado sin conocerte en un par de meses, resulta que te seleccionan para la misma beca que a mí. Y que justo ese fin de semana tocan en esa ciudad mi grupo favorito. Que yo no sabía y lo mejor está por llegar, puedo ir al concierto, gracias a ti, porque sales con Danny Jones. Esto no es normal. ¿Qué sabe María?
  • Todo y más.
  • ¿Les conoce a todos?
  • Si, sobretodo, bueno a Danny por supuesto, pero a Dougie y a Harry. Pero pregúntale a ella, estará encantada de contarlo.
  • Pero esto no termina ahí, porque Tom Fletcher está delante mía.
  • ¿Qué? - pregunté sorprendida y sin entender nada.

Laura me señaló hacia recepción. Me di la vuelta y ahí estaba, hablando con la recepcionista, no entendí nada. ¿Qué hacía aquí?

Nos acercamos hacia él y le llame.
  • Tom.

Se giró y nos miró.
  • Hola, ¿qué haces aquí? - pregunte sorprendida sin entender nada.
  • Vengo a por Danny, que me ha pedido que le recoja.
  • No entiendo.
  • Le acercaron anoche hasta aquí, no traemos nuestros coches, así que necesitamos choferes.

De repente se dio cuenta de que no estábamos solos. Se tensó un poco, pensando que había metido la pata.
  • Perdón, no nos han presentado. Soy Tom.
  • ¿De verdad? - pregunto Laura- Yo soy Laura.

Tom me miro algo confuso.
  • Si sabe quién eres, es amiga de María, fan vuestra.
  • ¿Y lo sabe todo?
  • Si, más o menos, ya se ha ocupo Danny de hacerlo público en este pasillo.
  • Parece que te debo una disculpa.
  • Puede ser, pero si te parece nos las damos esta noche.
  • ¿Venís al concierto?
  • Eso parece.
  • Pues entonces allí nos vemos. Un placer Laura.

Y se alejó hacia los ascensores. Nosotras nos encaminamos hacia el comedor cuando escuchamos.
  • ¿Rachel? - me llamo Tom.
  • Dime - dije dándome la vuelta.
  • ¿Qué número es?
  • La 363.
  • ¿La 363? Pregunto Tom algo sorprendido.
  • Si, ¿pasa algo?
  • No, pero pregunta luego a Danny sobre ese número.

Me dejó algo descolocada y con mucha curiosidad. Luego le preguntaría. Llegamos al comedor y estaba Bárbara sentada tomando café. Nos sentamos a desayunar con ella.

Unos minutos después y sin dejar de sonreírme se moría de curiosidad. No la conocía de nada, pero había algo en sus ojos que me hacía confiar en ella.

No sabía porque y esperaba no llegar a confundirme. Hay que decir que solía confiar demasiado en la gente, me volcaba en ellos y luego me hacían daño. Ya fuera porque faltaban a mis cumpleaños, porque no sacrificaban todo lo que yo. Ese fue uno de los motivos para irme a Londres, empezar de nuevo y dejar todo atrás.

Centrarme solamente en mí. Y de momento no había ido mal. Aunque os debo decir que me arrepentí de comportarme así. Puede que me adelante un poco a cosas, pero al comportarme así durante esos dos años llegué a perder a la persona más importante de mi vida. No fue para siempre, aunque al principio si lo pensé.

Supongo que la vida no es fácil y es difícil estar en armonía y saber trazar la línea. Pero ya contare esa historia.

Así que estaba delante de Bárbara y Laura, a penas las conocía y me miraban con una curiosidad absoluta. Confié en ellas, no sabía muy bien porque. Eran sus fans y yo iba a dejar que me preguntaran cosas.

  • Venga, preguntarlo ya, no quiero estar todo el día así. Sintiendo que me observáis.
  • ¿De verdad me lo estás diciendo? Me conoces desde hace dos días. No te voy a negar que tengo curiosidad, pero ¿por qué confías en mí?
  • Pues no lo sé muy bien, si os digo la verdad no me gusta nada esta situación. Preferiría no tener que explicaros nada. No por vosotras, sino por mí. Pero ya se ocupó él de mear en su territorio. Solo espero que no seas la típica fan loca que luego vaya flipándose por lo que te cuente.
  • No te preocupes no lo haré. No soy esa clase de fan. Y si he dicho algo sobre el pido disculpas. Suelo ser muy bruta. Sobre todo con el señor Jones.
  • No has dicho nada que yo recuerde. De todas formas siéntete libre, eres una fan y puedes y debes decir lo que te dé la gana. Es tu deber y obligación. Además me gusta pensar que es el chico anónimo que era para mí cuando le conocí.
  • Me acabo de perder. - Dijo Laura.
  • ¿No sabias quien era cuando le conociste? – preguntó Bárbara sorprendida.
  • Pues aunque parezca raro, no le conocía. En ese momento sabía que había un grupo que se llamaba McFly, que eran ingleses, que les había visto en el RIR de Madrid y que mi mejor amiga estaba loca por ellos.
  • ¿!Y habías estado en el RIR?! – flipó Bárbara de nuevo.
  • Si, por eso mi amiga se volvió loca por ellos, no les conocíamos por aquel entonces.
  • ¿Y se puede preguntar cómo lo conociste?
  • Ya te he dicho que preguntes lo que quieras. Pues le conocí de casualidad, estaba sentado en un rayano de un hotel, tocando Not Alone. Me acerque a hablar con él por mi trabajo y la cosa se quedó ahí. Pero la noche siguiente yo estaba en el bar poniéndome super pedo por mal de amores y se sentó conmigo a beber. Hablamos media noche y una cosa llevo a la otra y terminamos en la cama.
  • Dios. Ahora mismo te adoro - dijo Bárbara.- ¿Y en qué momento te dijo quién era?
  • No me lo dijo, me entere por mí misma. Es difícil ser anónimo en Inglaterra para él.
  • ¿¡Cómo te enteraste!?
  • Pues estaba hablando con María, en mis conversaciones es muy nombrada. Bueno pues como íbamos a su concierto la dije que me pasara canciones, y me paso un video. Donde cantaban Tom y Danny. Y claro yo flipé. Sigo flipando un poco.
  • Nosotras sí que flipamos. Esto parece típico de los fics que leo.

Seguimos hablando y marujeando hasta que llegó la hora de prepararse. Ellas subieron a por sus presentaciones y yo me quedé sentada esperando. Escribiendo un mensaje a María con las últimas novedades.

Cuando se acercaron por detrás.
  • El trato era que no te contaran nada sobre mí.
  • Joder, me vas a matar de un susto.

Tom iba con él, se sentaron en la mesa. Cada uno con un bol gigante de cereales.

  • ¿No te ibas? Además no me han contado nada, ha sido más bien al revés.
  • ¿Intimidades? - Pregunto con cara divertido.
  • Si, les he detallado tu anatomía masculina.

Tom rió.
  • Mientes, eso no hace falta decirlo, puede que la conozcan mejor que tú misma. Mejor que el mismísimo Jones. Hay miles de fotos nuestras en pelotas.
  • Hasta en conciertos nos desnudamos. Nos lo quitamos todo.
  • No sé de qué me sorprendo. Debería ir a Google y enterarme ya de todo, no es normal ya esto.
  • No ha llegado el momento, cuando estés preparada para ser mi novia oficial y hacer entrevistas juntos entonces te dejo.

Me asusté mucho en ese momento. Mire a Tom y luego a Danny. Los dos se miraron también y empezaron a descojonarse.
  • Tendrías que verte la cara. - dijo Danny sin parar de reír.
  • No hace ni puta gracia.
  • Pues a mí mucha, de verdad no puedo contigo - y seguía riendo.

Y empezó a cantar I need a woman. Solo la primera estrofa, la gente empezaba a mirar.
  • Eres un exhibicionista.
  • Y tú una siesa.
  • ¿Perdona? A mí no me llames así, te puedo dar mil vueltas cuando quiera.
  • Puede ser, pero escondida debajo de las sabana, cuando nadie te mira.
  • ¿Eso crees?
  • No es que lo crea, es así.
  • ¿Me estas retando?
  • Pues claro.
  • Oh te has confundido se mujer Jones. Dime donde y cuando.
  • Esta noche, después del concierto.
  • Mejor, desde esta tarde, antes del concierto.
  • Ohhh me gusta.
  • Te vas a cagar.