martes, 5 de abril de 2011

Capítulo 22

Cuando aterricé en Madrid no me lo podía creer, hacia 4 meses que me había ido y realmente parecía que había sido ayer cuando cogí el avión de ida.

Iba concentrada cuando salí por la puerta, y no podía creer quien me había venido a buscar. (Que no se emocione nadie porque no era Danny con una pancarta y un anillo de compromiso, ni nada parecido, era mucho mejor).

Había asumido que cogería el metro hasta casa, pero no, ahí estaban mis 3 hermanos, Manuel, Sara y Mery (lo sé, pero para mí lo es).

  • ¿Qué hacéis aquí? AHHHHH – dije gritando y salí corriendo a abrazarlos.
  • No pensarás que íbamos a dejar volverte en Metro. – Dijo Manuel mientras me abrazaba.
  • Que guapos estáis. Os he echado de menos. – dije mirándoles de arriba abajo y sin poder parar de sonreír. Y volví a abrazarlos.
  • Tú sí que estas guapa Raqui. – dijo mi pequeña Sara.

Estaba muy mayor. Le quedaba nada para cumplir los 18 y se notaba que ya era una mujer.
  • Peque ¿cómo estás tan mayor?
  • Ya ves, estoy buenísima.
  • ¡¡Yo no he dicho eso!!
  • Ya, eso lo digo yo.

Y nos reímos juntas. Luego miré a María.
  • Joanna. – dije saludándola con la cabeza.
  • Kate. – ella repitió mi saludo.

Abrí los brazos de forma exagerada y ella me imitó. Porque terminábamos siempre haciendo el payaso. Manuel y Sara no entendían nada. Así que a modo de burla también se abrazaron.
  • Vamos, que la ronda de hermanas de vuelta a casa por navidad no termina aquí. – dijo Manuel.
  • ¿A quién tenemos que recoger? – pregunté sorprendida.
  • A Isabel, llega en tren de Lleida. – contesto Mery.


Cogí mi maleta y nos fuimos hacia donde habían aparcado. Supuse que Manuel traería su coche, pero me equivoque, traía el de papa.

  • Joder, que nivel, traéis el Insignia. ¿a qué se debe el honor?
  • Según papa porque viene su niña de Londres.
  • Y esa soy yo. Déjame conducir por favor.
  • ¿Estás segura? Aquí se conduce al otro lado.
  • Lo sé. Tendré que volver a acostumbrarme, además va a ser mi coche durante estos 15 días, así mejor que empiece ya.

Me pasó las llaves, no con muchas ganas y guardó mi maleta en el maletero.
  • Esto sí que es un coche. – dije mientras me colocaba.

Encendí la música y empezó a sonar McFly. Mire a mi hermano sorprendida.
  • ¿Y esto?
  • Cosa de María, que me quiere enganchar a ellos. No suenan mal de todas formas.
  • Ves, es que son geniales.
  • Bueno, pero vamos a poner la radio a ver qué hay de nuevo en la actualidad musical española.

Durante el viaje sonó mi teléfono, aunque no dio tiempo ni a mirar quien era, porque automáticamente se descolgó.
  • ¿Dígame? – conteste.
  • It´s me, change the language.
  • Hi, is it everything ok?
  • Si, necesito preguntarte algo importante y saber cuándo empiezas las clases, porque tengo una sorpresa.
  • Daniel Shut up por favor. – mierda, le había llamado Daniel y le había gritado – perdón por gritarte, estas en manos libres en mi coche. Estoy con mis hermanos y María.
  • Anda, en el coche. Hola a todos, soy… - dijo sin saber muy bien cómo llamarse a sí mismo.
  • Es Danny, un amigo de Londres.
  • Soy ¿Danny? – dijo algo sorprendido.
  • Si, eres Danny. Bueno que necesitabas tan urgentemente.
  • ¿Te lo digo ahora?
  • Sí, porque no se en que momento te voy a poder llamar.
  • Vale, ¿a qué hora vuelve el 3?
  • Por la mañana, a eso de las 12 creo. Como muy tarde a la 1 estoy en el aeropuerto. Luego te lo miro.
  • ¿Qué día empiezas las clases?
  • Una semana después.
  • Vale, pues no hagas planes para toda la semana.
  • Me das miedo. ¿Necesitas algo más?
  • Verte.

Y sí, me puse roja.
  • Sigo en manos libres, algo más.
  • Lo sé. – dijo riéndose. – Necesito tu DNI.
  • Joder Danny ¿dónde me vas a llevar?
  • Es una sorpresa.
  • De acuerdo, apunta – y le di el número.
  • Muchas gracias princesa, creo que está todo.
  • Cuenta Danny que casi no me he traído ropa y que no estará limpia, así que cuenta en tu planing con que tengo que pasar por casa.
  • Joe tenía una copia de la llave de tu piso ¿verdad?
  • Si, ¿Y? – me quede pensando durante unos segundos.- A no, Daniel Allan…
  • Vas a volver a hacer lo mismo que esta mañana en el taxi. – me advirtió Danny.
  • Joder. Puto Jon… - aunque no me dio tiempo a terminar su apellido.
  • ¿Qué tal María? ¿Viste lo de Manchester? – dijo Danny.
  • Que pregunta es esa, claro que sí. Muy guapos, aunque faltaron tus gafas de sol.
  • Eso parece.
  • Dile a Lee de mi parte que el pelo así le queda de muerte.

Y se empezó a reír Danny.
  • Se lo haré saber. ¿Rach ya está más tranquila? – preguntó a María.
  • Si, parece que sí.
  • Rach amor llámame esta noche.
  • Se suponía que te tenía que llamar para que supieras que había llegado sana y salva, y ya ves que estoy salva.
  • Ya, pero quiero hablar contigo, terminar la conversación. ¿o quieres terminarla ahora?
  • No, te llamo esta noche.
  • Perfecto, un beso princesa y familia.


Y colgó como siempre hacía. Ufff me había mosqueado el señor Jones.
­ Vaya, que calladito te lo tenías hermana, no sabíamos que tuvieras novio. – dijo Manuel un poco mosqueado.
  • Claro, es que no es mi novio, solo es un amigo.
  • Ya claro, un amigo, ¿los amigos te suelen llevar de viaje? Además debe de tener pasta.
  • Así se hace. – dijo Sara.
  • ¿María tú le conoces? – preguntó Manuel dándose la vuelta.
  • Aja.- contesto María haciéndose un poco la loca.
  • A ver Manuel, no te pongas histérico por favor. Es un buen chico ingles con el cual salgo a tomar algo de vez en cuando, además se preocupa por mí y me trata bien. Solamente estamos conociéndonos, vamos hace al menos una semana que no le veo. Y a Mery déjala en paz, si quieres saber algo pregúntame a mí.
  • Pues claro que quiero saber. ¿Cómo es que hace una semana que no le ves?
  • No tenemos que vernos siempre, estaba de viaje.
  • ¿De viaje? ¿En Manchester?
  • Si de viaje de trabajo, puede que en Manchester. No lo recuerdo, viaja mucho.
  • ¿En que trabaja para que tenga que viajar tanto?
  • Buena pregunta, me lo ha explicado un montón de veces y sigo sin acordarme.
  • Ahora te has vuelto tonta.
  • Imbécil que más te da en lo que trabaje.
  • Entonces si trabaja es que es mayor. ¿Cuántos años tiene?
  • Pues, va a cumplir ¿25? – dije mirando a Mery, que asintió con la cabeza – si, 25.
  • Y porque sabe Mery más del viaje que tú, y quien es Lee.
  • Esta es la última ya, estoy hasta los cojones de ti, saldré con quien me salga de los huevos, ahora no te hagas el hermano protector conmigo. Si te interesaras un poco más por mi habrías venido a verme a Londres y seguramente lo hubieras conocido. Así que ahora no me toques la moral y deja de hacerte el ofendido.
  • ¿Y por qué se lo cuentas a María y a mí no?
  • Pues porque ella es mi amiga, eso lo primero, segundo porque ha venido a verme y ha visto cosas. Y lo más importante es PORQUE NO ES MI NOVIO, ES UN AMIGO.
  • Pero con derecho.
  • Será la clase de amistad que yo quiera.
  • Me debes la respuesta a mi última pregunta.
  • Pues que estuvieron en Manchester y le enviaron una foto a Mery, Lee es un amigo de Danny, y hablan de vez en cuando, por eso sabe cosas Mery. ¿Contento?
  • No mucho, pero ya hemos llegado. – dijo bajándose del coche.
  • Tengo un hermano gilipollas. – dije apagando el motor y bajando yo también.

Cuando llegamos todavía quedaban 10 minutos para que llegara el tren, así que nos acercamos a tomar un café hasta que llegó. Manuel estaba mosqueado conmigo, tenía que hablar con él cuando llegásemos a casa tranquilamente.

Cuando llegó Isabel sucedió algo que nos dejó helada a las tres, que estaba pasando en el mundo. La relación que teníamos Manuel y yo con Isabel era cordial, era la hermana de María, no había mucho más. Pero según se saludaron Manuel e Isabel, parecía haber mucho más que cordialidad.

Dejamos a María e Isabel en su casa, quedé en llamar en cuanto viera a mis padres y supiera los planes que tenían. Pero cuando llegamos a casa no había nadie, estaban trabajando los dos.

Sara se metió a su cuarto con el ordenador y yo me senté en el sofá al lado de Manuel, que veía la tele, bueno hacia zapping.

  • ¿podemos hablar? – le pregunté.
  • Claro, de que quieres que hablemos.
  • De lo que ha pasado en el coche.
  • No quiero discutir más contigo, acabas de llegar a casa después de 4 meses fuera, no quiero que volvamos a discutir.
  • Pero podemos hablar sin discutir, perdona por cómo te he hablado antes, es que no me gusta cuando te comportas así, tengo casi 22 años y creo que soy capaz de cuidar de mi misma.
  • Lo sé, pero me fastidia que pienses que no me preocupo por ti por no ir a verte a Londres.
  • Ya sabes que me gusta decir tonterías.
  • Pero esas tonterías a veces resultan que son verdad, me hubiera encantado ir a verte, te echaba de menos, sentía que te estaba abandonando.
  • Vamos Manuel, no digas tonterías, sé que te preocupas por mi aunque estés aquí en Madrid y yo allí.
  • ¿Y por qué no me has contado lo de Danny?
  • Porque la historia de Danny es muy complicada.
  • ¿te gusta?
  • Hombre, algo me gusta, sino no “saldría” con él. Pero no es oficial, no somos pareja, solo nos lo pasamos bien juntos. Es un tío genial, te gustaría.
  • No encuentro la parte complicada de la historia.
  • Es que no te he contado la parte complicada de la historia.
  • No lo va a hacer.
  • Ahora no, cuando llegue el momento serás el primero en saberlo. Bueno miento, sabes que te enteraras siempre después que María, pero después sabes que eres el primero.
  • ¿Solo sabe de su existencia María?
  • Más o menos, que yo le haya contado todo solo María. Luego lo saben tres amigos de Danny y mi jefe Joe. Y luego está Amy que se huele algo, pero yo no la he contado nada.
  • Que esconderás.
  • Si lo supieras te desmayarías.
  • ¿Es malo?
  • Depende, a mí no me gusta mucho, me gustaría otra cosa, pero es lo que hay.

Le había dejado un poco rayado, me acerqué y le di un gran abrazo.
­ Voy a llamarle, que tengo mucho miedo de sus ideas.

Cogí mi ordenador y me fui hacia mi cuarto. Todavía no había entrado. Todo seguía igual. Me senté en la mesa y conecte mi ordenador a la corriente.

Mientras se encendía escribía a Danny un SMS.

Llamándote. Conéctate rápidamente.

Que borde era. Pero estaba un poco mosqueada. No tardó en contestar.

Estoy en la cama, no me hagas bajar a por el ordenador por favor.

Pobre, me dio un poco de pena, se me ocurrió algo.

Utiliza el Skype del iPhone.

Y eso hizo, 5 minutos después estábamos hablando.

  • Hola dormilón.
  • Como que dormilón, me acababa de meter en la cama y ya me estas llamando.
  • Pero te he salvado la vida, al no hacerte bajar a por tu ordenador. Sí que tienes mala cara.
  • Ya, es que estoy muy cansado. Pero tú eres muy maja eh, hace una semana que no me ves y lo primero que me dices es que estoy feísimo.
  • He dicho que tienes mala cara nada más. Y yo te vi el otro día en la tele, eso cuenta. Ya que ahora también te veo por la tele.
  • ¿Qué tal el viaje?
  • Bien todo bien, hasta que has llamado a mi teléfono.
  • Ahh eso, es que necesitaba saber cosas antes de meterme en la cama a descansar.
  • Eres consciente que soy pobre verdad.
  • Si, tranquila que no te va a costar ni un penique.
  • Vale, y tú recuerda que eres rico pero no está bien tirar el dinero.
  • Pesada.
  • Tú sí que eres pesado, y no entres en mi casa.
  • Pues no sé cómo me lo vas a impedir.
  • Llamando a Joe para que no te de la llave.
  • Tarde, ya la tengo.
  • Mientes.

Se levantó y volvió con mis llaves en la mano.

  • ¿Miento? Puede, pero mira esto. ¿no serán las llaves de tu casa?
  • Eres bueno.
  • No sé cómo hay alguna parte de ti que lo duda.
  • Porque yo te suelo dar 100 vueltas como mínimo.
  • Pues hoy te voy ganando yo. Primero te salvo de revelar mi identidad dos veces en un mismo día. Luego tengo una sorpresa, las llaves de tu piso. No sé, si calculamos a mí me sale que gano.
  • Y a mí me sale que te odio. Además me he peleado con mi hermano por tu culpa.
  • Y yo que he hecho.
  • Pues llamar, se siente herido porque no le he contado nada sobre ti.
  • Pero como tú no te cansas de repetir, no somos pareja, es decir no tendría por qué haber nada que contar.
  • Eso le he dicho yo, pero no está muy convencido.
  • Pues claro, tampoco entramos mucho en la definición de amigos. Como que hay un montón de cosas que hacemos que no se encuadran bien en esa definición.
  • ¿Con eso quieres decir algo? – lo que me faltaba.
  • Que va, yo estoy muy contento como estamos. Pero tienes que entender que la gente no se crea lo que les intentas vender, hay una parte de ti que ni siquiera ella se lo cree. Y más cuando han escuchado la conversación que hemos tenido antes.
  • Mira, no me ralles la cabeza.
  • La pregunta es ¿Tu eres feliz así?
  • Pues claro que soy feliz.
  • Pues ya está. ¿Le has contado muchas cosas de mí?
  • No he dado detalles sobre ti, descripción a grandes rasgos. Pero no va a terminar ahí. Estas navidades se lía.
  • Pues nada, tú me llamas y yo me presento allí. Eso sí que sería buenísimo. ¿de todas formas me conocería?
  • Pues no lo tengo claro, creo que sí. Hoy cuando me he subido en el coche había puesto un cd de McFly, Mery le está intoxicando.
  • La voy a contratar, es buenísima. – dijo mientras abría la boca como un león.
  • Te voy a dejar dormir.
  • No, si estoy bien.
  • Bien cansado. Venga vete a dormir, a cambio dejo que me llames cuando te apetezca.
  • ¿Aunque estés en manos libres? Ah y ¿porque me has llamado Danny antes?
  • Porque te he gritado Daniel y no es muy normal que luego te llame Jack.
  • Bueno, todo es posible. Me gusta cuando me llamas Daniel, aunque siempre que lo haces sea gritándome.
  • Me encanta cuando te pones así de achuchable.
  • Tenías que estar aquí para hacerlo.
  • Ya, me encantaría estar ahí contigo ahora mismo Daniel.
  • Mmmm, Daniel, me pone.
  • Como no, alguna cerdada tenía que decir.
  • Ya lo sabes, mañana te llamo, si consigo despertarme.
  • Duerme bien dulce Daniel.
  • Un beso princesa.- se acercó el teléfono a la boca y dio un beso sobre la pantalla.

Se lo separó, me guiñó un ojo, me sonrió y cortó la comunicación. Ahora mismo sí que tenía más ganas de verle que las ganas que tenía de ver a mi familia.

3 comentarios:

  1. Vamos a ver, ¿QUE ES ESTO?
    No, enserio, ¿y tu en mayo crees que no voy a a hacer alguna locura? Acabo en la cárcel, vamos, me leo este fic, voy al concierto y secuestro a Daniel en un periquete.
    Porque, si, es, jodidamente achuchable, adorable y lo quiero, ya ¡, debajo del árbol de navidad, que no tengo, pero lo pinto.
    La conversación del coche. CHAPO. Me ha encantado.
    Y si, opino como Danny, deberían contratar a Mery como publicista o relaciones jajajajaja
    No, en serio, no se que decirte, que me encanta tu fic, que me hace sonreír y pasar un rato entre carcajadas y todos, todos, los capítulos se me hacen cortos.

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  2. aay que monosídaaaaaaaaaaaaaaaaaaaad

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  3. Aixx *___* Me lo como!

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