domingo, 7 de agosto de 2011

Capítulo 57

Nos despertamos a la vez, no era posible esa sincronización. Habíamos vuelto al hotel cuando terminó de amanecer, estábamos agotados. Nos quedamos tumbados sin movernos durante al menos 10 minutos. Mi pie le recorría su pierna lentamente una y otra vez, mientras, Danny me sonreía. En momentos como esos, el mundo se paraba, y solo importaban nuestros suspiros, las miradas, esos pequeños escalofríos o corrientes eléctricas que recorrían mi espalda sin parar.

Nos levantamos y bajamos a desayunar. No teníamos noticias de los demás. Según horario debían haber llegado ya.

Estaban todos desayunando cuando entramos al comedor. Saludaron con un soso buenos días. El panorama era gracioso, o eso me lo parecía a mí.

Al fondo, al lado de los huevos, estaban María y Dougie hablando. El llevaba gafas de sol y bebía un vaso de zumo. Le explicaba algo que no parecía agradarle demasiado, en cambio ella parecía emocionada. En ese momento llegó Derek y la abrazó por detrás. Dougie sonrió educadamente y se alejó. María parecía incomoda con las muestras de cariño. Nunca fue muy cariñosa en ese sentido.

Dougie volvió a la mesa con los demás. Harry estaba demacrado, tenía unas ojeras enormes. Laura parecía igual de destrozada, tenía apoyada la cabeza sobre su brazo y ni siquiera desayunaba. A su otro lado, Cris, removía el café una y otra vez. De vez en cuando sonreía recordando momentos de esa noche, algo divertido que no recordaba anteriormente por culpa del alcohol. Tom sí que desayunaba, más bien engullía cereales, parecía muy hambriento. A su lado Bárbara, medio recostada en la mesa, no dejaba de mirar al infinito como si estuviera esperando algo.

Dougie llegó a la mesa con dos tazas de café, una para él y otra para Bárbara. La chica de ojos claros le dedicó una tímida sonrisa y se lo agradeció con una mirada. Dougie a cambio le dedico una gran sonrisa y se sentó a su lado.

Había algo extraño en esa mesa.

Nos acercamos lentamente, esperando reacciones, pero no parecían darse cuenta de nuestra presencia.

  • Buenos días chicos. – dijo Danny demasiado alto.
  • Como vuelvas a hablar así de alto voy a matarte Jones. – dijo Bárbara con mala cara.
  • Joder, sí que dio de si la noche cabrones. La última vez que voy con coche a veros. – dije divertida.
  • No lo sabes tú bien, quiero morirme. – me respondió Cris.
  • Pues vosotros deberíais subir a dormir un rato hasta la hora de comer al menos. – les dijo Danny.
  • Y vosotras ir a casa a descansar. Si queréis os llevo y luego quedamos a comer las 5. – ofrecí.

Todos estuvieron de acuerdo con las propuestas. Terminamos de desayunar y nos despedimos de los chicos. Danny también se quedó en el hotel durmiendo, había sido una noche larga, necesitaba descansar para poder aguantar otros dos conciertos más.

Acerque a las chicas a sus casa, con Laura tuve que pelear un poco porque no quería que la llevara, aunque no tuvo otra opción.

Quedé con Manuel hasta la hora que había quedado con las chicas a comer, tenía que aprovechar los pequeños momentos que pasaba en España.

Siempre pensaré que abandoné a Manuel cuando decidí ir a Londres a estudiar, como si al alejarme le dejase tirado, pero llegó un momento que había poca gente por la que luchar o por la que quedarse.

Pero él era mi hermano, aquella persona que estaba a mi lado hiciera lo que hiciera. Estaba cuando la cagaba con las notas, cuando me obsesionaba con series, actores o músicos y no era fácil en esos momentos. Estaba en los peores momentos y también en los mejores. Pero en el último año las cosas habían cambiado, cosa normal. No me gustaba, aunque no había una solución. No había mucho que hacer.

Cuando volvíamos a juntarnos parecía que todo volvía a ser como siempre fue. Como si continuáramos viviendo puerta con puerta o discutiendo por el volumen de la música que el otro escuchaba. Esos momentos me hacían sonreír cuando estaba sola en casa, me daban fuerzas para seguir.

Se extrañó esa mañana cuando le llamé para quedar. Asumía que nos veríamos es noche en el concierto, pero no antes. Era bonito ver la relación que tenía con Danny. Quedamos por nuestro barrio, tomamos algo, reímos y nos pusimos al día. En esos momentos se hacía raro el no vivir juntos, ni siquiera cerca. Mi año fue muy surrealista, y no parecía que fuera a parar de serlo.

Había quedado con las chicas en Vistalegre, tenían amigas haciendo cola y querían pasar a saludar antes de entrar al concierto.

La comida fue un poco rara, esa noche habían pasado cosas que no llegaba a comprender y que tardé en saber. Seguían cansadas, Bárbara estaba afónica e intentaba no hablar mucho para conservar algo de voz para el concierto. Cris y Laura en cambio estaban un tanto hiperactivas, demasiado emocionadas por el concierto y las fiestas nocturnas. No recordaban todo lo que pasó esa noche, bebieron demasiado. María estaba en su pompa, supuse que algo había pasado con Derek pero no estaba muy habladora.

Estaba muerta de curiosidad, había algo que me hacía desconfiar, como si intuyera que las cosas no eran tan normales como decían. Era raro.

Supuse que para ellas más aún. Para mi primero fue Danny, un inglés sexy y luego se convirtió en Danny Jones estrella del Rock. Y lo mismo con sus amigos. En cambio para ellas eran cuatro mitos, en mayor o menos medida, algo que consideras hasta un punto inalcanzable. Asumes que como mucho, si te lo curras, conseguirás “salir” de fiesta con ellos, pero nunca contemplas, de una forma seria y realista, la posibilidad de hacer un viaje en su autobús.

Por eso preferí matar mi curiosidad y dejarlas que disfrutaran de ese momento, o al menos por el momento. Solo esperaba que llegase un día en el que me lo contaran, si realmente hubiera pasado algo raro.

Cuando terminamos de comer nos fuimos a donde estaban haciendo cola. Había mucha gente, todos los que iban al concierto ya estaban allí o estaban llegado. Era bonito algo así. Me sentía un poco fuera de lugar. Vale que fuera mi estilo musical, mi estilo de grupo, pero ser quien era no ayudaba a la hora de relacionarme con la gente. Intenté relajarme y dejarme llevar. Pensé en entrar a Vistalegre a verles ensayar y dejar a las chicas con sus amigas, pero realmente las echaba de menos y a ellos les tenía muy vistos.

Era emotivo verlas encontrarse con la gente que hacía mucho que no veían, o gente que conocían de SC o de twitter y finalmente conocían en persona. Era fácil encontrarlas, una llevaba el pelo rojo y otra morado, llamaban la atención. Dieron abrazos, gritos y todas esas cosas que harías en la cola del concierto de tu grupo favorito. Unas parecían más amigas que otras.

Hubo un par de niñas que me impresionaron, más que nada por ver como las miraba María, había mucho cariño. Eran un poco más mayores que la media de la cola, que rondaba los 15. Eran una locura de chicas, hacían cosas fuera de lo común, cosas que asustaban. Cosas que me decía Danny que le daban miedo.

Ana e Iris se llamaban. Empezaré con Ana, aunque podría igual empezar con Iris. Me dejó impresionada desde el primer momento que hablamos. Teníamos muchas cosas en común, era una persona idealista, alegre, llena de vida. Transmitía cariño cuando te miraba con esos ojos oscuros. Transmitía amor. Tenía 17 años por aquel entonces, amante de la música, como muchas otras por aquel entonces. Aunque ella siempre tuvo algo especial, se comportaba conmigo de una forma que no era normal. Menos cuando era la novia de su ídolo y no me conocía de nada. Leal y protectora, muy leal.

Era una buena amiga de María y Laura, se conocieron en una quedada de McFly hacía ya unos meses, y se habían llegado a tener mucho cariño. Esa tarde que se conocieron en el centro de Madrid, finalmente tras muchas conversaciones por twitter, conocieron a Iris.

Iris, como se puede describir a esta niña. De la misma edad que Ana, amiga y compañera del colegio. Ella también se sentía un poco fuera de lugar, sobre toda esa tarde lluviosa en Madrid. No era fan de McFly, no al menos hasta después del concierto, pero esa tarde las tres se ocuparon de que Iris fuera a verles en directo. Ella siempre agradeció ese acoso y derribo, ya que descubrió a un gran grupo de músicos pero aún más importante, llegó a conocer a gente maravillosa gracias a ese concierto.

Aun así todavía buscaba su lugar dentro de las Galaxy Defenders. Era una chica protectora, protegía a todo aquel que era importante en su vida. Graciosa, idolatraba a DaVinci y la Guerra de las Galaxias. Amante de Friends, bueno amante es poco. Activa, deportista y una de las personas más maravillosas que conocí en ese mundillo. Era un ídolo para mí.

  • Esta es Raquel, mi amiga de Londres. – las dijo María con una sonrisa.

Nos dimos dos besos.
  • Encantada. Tienes que saber que María habla mucho de ti. – dijo Ana con una sonrisa.
  • Dios que vergüenza. Seguro que no es verdad ni la mitad de las cosas que os ha contado. – dije riendo.
  • No creo. – dijo Iris. – Aunque nos dijo que no venias al concierto. – dijo extrañada.
  • Ya, es que no lo sabía nadie. Era una pequeña sorpresa. – sonreí.
  • ¿Tú también eres una fan loca como ellas? – pregunto curiosa Iris.

Mire a María extrañada, parecía que no sabían nada.
  • ¿No se lo has contado? – le pregunté extrañada.
  • Sabes que respeto tu opinión de no hacer publicidad sobre tu relación, así que les hablé de mi amiga Raquel nada más. – dijo con una mirada cómplice.
  • Espero que estéis cuidando bien a esta niña, porque os puedo asegurar que es la mejor amiga que podréis tener nunca. – dije con una gran sonrisa.

Ella respondió con otra y se puso roja.
  • Si, claro que la estamos cuidando. – contestó Ana.
  • Pues sobre ser fan loca, realmente soy fan desde hace muy poco, pero si no fuera porque soy la novia de Danny seguramente sería una de las mayores fan loca. No la locura de enseñar tetas, pero sí de querer ser grupie. – y esperé su reacción a la información dada.
  • Ya decía yo que me sonaba tu cara. – dijo Ana flipando.
  • ¿Qué eres la novia de Danny? ¿Cuál de ellos es Danny? – Iris sí que estaba flipando.
  • Esa es la mejor pregunta nunca formulada. – rió Bárbara.
  • El cantante, el de las pecas. – la dijo Laura.
  • Ah vale, ya sé quién es. ¿Sales con ese tío? Eres mi ídola. ¿Y qué haces aquí? – estaba un poco perdida.
  • Pues venir a ver un concierto con mis amigas. - la contesté riendo.
  • ¿Pero si tenéis pases vips no? ¿Vais a ver el concierto en el mogollón? – seguía sin comprender nada.
  • Iris deja de hacer tantas preguntas. – dijo Ana algo avergonzada.
  • No te preocupes, que pregunte todo lo que quiera. – la dije para que se relajara.
  • ¿El pene de Danny también tiene pecas? – preguntó Cris muy seria.

Bárbara se dio la vuelta para mirarla, no creía que hubiera preguntado eso. Nos dejó heladas a todas. Yo empecé a reír, me dió un ataque de risa.

  • ¿Qué clase de pregunta es esa? Además si le habéis visto desnudo más veces que yo. Tienen un problema con eso de desnudarse. – no podía parar de reírme.
  • Ya claro más que tú. De todas formas le hemos visto todo menos el pene. – contesto Laura.
  • Bueno, algo tenía que tener yo en exclusiva, dentro de la cantidad de tías que se lo han visto en la intimidad.
  • Ósea que no vas a contestar a la pregunta. Eso no está bien, si dices que preguntemos cualquier cosa, es cualquier cosa. – dijo Cris haciéndose la ofendida.
  • Se lo decía a Iris, no a ti salidorra.
  • Oye sobre el concierto, ya que llevamos durmiendo aquí desde el martes y esas cosas, podíamos entrar con los Pionners. Y ver el concierto en las primeras filas. – propuso Bárbara.
  • Vale, pero no soy Pionner. – contesté.
  • Si eres Pionner Raquel, cuando hiciste el estudio te dieron un usuario. – dijo María.
  • Ya, pero no tengo nada que lo acredite.
  • Como que no, tienes un pase vip para entrar, no creo que tengas problemas. – dijo Laura.
  • Vale, vale. Lo intentaremos. Total os tiene que revisar la identidad ¿no? Pues veremos si puedo pasar por esa cola, porque además no tengo entrada.
  • Sería muy raro que no pudieras entrar siendo quien eres. – dijo Iris.
  • Ya, pero yo entro por otro lado. Pero vamos ¿vosotras también sois Pionner? – las pregunté.
  • No, pero entramos antes por un concurso de Orange que hemos ganado. – dijo Ana orgullosa.

Nos despedimos y quedamos en vernos dentro. Porque sí, el concierto dio mucho juego.

5 comentarios:

  1. Enserio?? ENSERIO??? yo no quiero decir nada pero EXIJO saber qué pasó en el autobús todos con todos!!porque me dejas con la intriga y yo no me olvido fácilmente por mucho que me intentes borrar la memoria imaginando si el pene de Jones tiene pecas o no! xD!

    Creo que, definitivamente, no eres consciente de lo bien que escribes!y que sepas que Derek me cae mal por muy buenorro que esté!!El enano rubio es intocable!

    No mucho más que decir. Esta vez no cambio el idioma, el próximo comentario será en italiano (que lo medio domino y es fácil de entender, que le inglés está muy visto xD). Voy a odiar los días que quedarán entre tu último capítulo y octubre, que lo sepas!

    Sigue así preciosa!

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  2. yo tambien exijo saber que paso en el bus!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  3. jajaja el pene de danny tiene pecas? BRUTAAAAAL! no se como se te ocurren tantas cosas. este es el mejor fic jamas escrito :')

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  4. Digo lo mismo que Mónica! Exijo (aunque no me hagas caso xD) que cuentes qué pasó en el super autobús! Y a mí sí que me consigues borrar la memoria con el pene pecoso del señor Jones... Mi mente es más calenturienta que la suya xD
    Estoy muy enganchada a la historia. Pocas personas no escritoras profesionales han conseguido transmitirme cosas, y tú eres una de ellas. Y no, Derek no me cae nada bien. Así que espero que le caiga un meteorito o algo encima!
    Y eso, sigue siendo feliz, porque al fin es lo único que importa en la vida, a parte de cuidar a esas personitas que tanto nos importan.

    Gracias por hacerme sonreír cada día!

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  5. momento: ¿El pene de Danny también tiene pecas? – preguntó Cris muy seria.
    XDDDDDDDDDDDDDD
    Lo que esta mujer y su cabeza... No sé, lo que esta muyjer diga o haga no tiene sentido y a la vez si. Es como... mi ídola. Bueno, en realida, todas las chicas de la historia son mis ídolas. Y tu, que decir! XD Bua, no sé si quiero que llegue el final...

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