Capítulo 31

Voy en el autobús y voy pensando en que toca subir fic. Volvemos a la rutina y la normalidad. Espero que la gente que les vio en concierto disfrutaran al máximo, que su música fuera lo mas importante y no ellos. Y el que no lo vea así le recomiendo que lo pruebe la próxima vez, no se arrepentirá.

Hoy mas que nunca este Fic es un tributo a su música y a Ellas. Esas chicas que me inspiran y están a mi lado. Estos dias mas que nunca han estado presente junto a su música. No tengo palabras para describirlas. Supongo que por eso escribo el fic, para que la gente vea lo afortunada que soy. Ellas no leerán esto, pero no es necesario, lo saben todo, saben que es por y para ellas.

Siento el retraso, espero que os guste y me deis vuestra mas sincera opinión. Y gracias por todos esos comentarios y ese apoyo, así da gusto escribir.

La vuelta a la rutina costó un poco. Casi no fui a clase esa semana, no porque me quedara durmiendo, sino porque me había pillado el toro con un proyecto que tenía que hacer para un concurso.

El concurso era europeo, competían estudiantes de un montón de universidades. Era sobre el desarrollo empresarial en la sociedad actual. Y el premio era una beca, pero no una beca solo de estudios, sino también te ofrecían un puesto de trabajo en una empresa del sector que tú eligieras. Era una oportunidad maravillosa.

Aprovechando que no había mucho que hacer por la universidad y que Danny no paraba, me dediqué a trabajar en ello. Sería genial que me tocara la beca, aunque no tenía mucha esperanza de que me seleccionaran.

Por eso cuando recibí la llamada no podía creérmelo. Me habían preseleccionado el proyecto. Tenía que ir a Liverpool 5 días a presentarlo. No podía creerlo. Además con todos los gastos pagados. Tenía que contárselo a Danny, en parte era gracias a él. El tema elegido había sido el negocio de la música desde el fenómeno fan. Y que tuvieran una página web como Super City había ayudado mucho. Cogí el teléfono y le llamé.

• Buenos días.
• No te puedes creer lo que ha pasado. – dije con voz de pito y medio gritando.
• No, pero seguro que me lo vas a contar. – dijo el imitando mi tono de voz.
• Obviaré que me estas imitando y burlándote de mí. Porque soy tan feliz que me da igual lo que me digas.
• Me alegro que seas muy feliz. ¿Cuál es el motivo? Además del hecho de haber conocido al maravilloso Danny Jones.
• A parte de eso, que todavía no me creo. Tanto que he empezado a escribir un libro que cuente nuestra historia. Cuando rompamos lo venderé contando todos tus trapos sucios. Me haré rica.
• A pues sí. Acuérdate de mandarme una copia firmada. Quedará muy bien al lado del disco de oro.
• Oye ya, que te quiero contar una cosa importante.
• Lo de tu libro es importante.
• Bueno pues una cosa importante y real. ¿Te acuerdas del trabajo que presenté al concurso?
• ¿Ese por el que tuviste que hablar con webmaster?
• Ese mismo. Pues lo han preseleccionado.
• Enhorabuena, habrá que celebrarlo ¿no?
• Tú no pierdes una ocasión para celebrar eh.
• Me encanta celebrar cosas, y más si llevan sexo al final.
• Tengo que admitir que me haces gracia.
• Lo sé. Por eso te acuestas conmigo.
• Y por tu culo, no te olvides de tu culo.

Y reímos.

• ¿Entonces has conseguido una beca?
• Todavía no. Me han preseleccionado, tengo que ir a Liverpool la semana que viene a exponerlos y de ahí saldrán los ganadores.
• Te vas a Liverpool. ¿Cuándo?
• Me han dicho que la semana del 24 de enero. Unos 5 días creo. Además me pagan todo.
• Que suerte. Te voy a echar de menos.
• Pero tú esa semana te ibas ¿no?
• Sí.
• Entonces me ibas a echar de menos igual.
• Posiblemente. Pero me gusta decírtelo.
• Eres tan adorable que te achucharía ahora mismo.
• Pues ven a achucharme ahora mismo.
• ¿No tienes compromisos laborales?
• Creo que por hoy he terminado y si no tengo libre la hora de comer. ¿le apetecería a la señorita comer conmigo?
• Me encantaría. ¿A dónde me vas a llevar?
• ¿Es parte de la celebración?
• No, la celebración corre de mi cuenta y será una sorpresa. ¿Tienes promoción este fin de semana?
• No lo sé, lo hablaré con Tom y ahora te digo. ¿Dónde quedamos?
• No sé.
• Pásame a buscar al estudio y vamos a comer algo desde ahí. Que creo que tengo que volver luego.
• Vale, dime la hora.
• Cuando tú quieras, estamos aquí pasando el rato y tocando un poco.
• Vale, ¿puedo aparcar por allí bien?
• El estudio tiene parking.
• Espero que me dejen pasar.
• No te preocupes, yo doy orden de que te dejen.

Nos despedimos y me puse a prepararme para ir a comer con Danny. Tenía que mandar unos papeles para lo del viaje a Liverpool, así que me acerqué antes por la universidad para dejarlo todo zanjado y que me dieran el planning para esos días. Iba a ser genial.

A eso de la 13 llegue al estudio. No tuve ningún problema para pasar. Aparque y salí del coche. La pregunta era a donde iba ahora. Eso era enorme y no había estado nunca.

Empecé a deambular por el edificio. No sabía si llegaría a algún sitio. Estuve como 10 minutos dando vueltas. Hasta que me cansé y decidí llamar a Danny. Pero nadie contesto al teléfono. Volví a llamarle y mientras caminaba hacia atrás. Cuando de repente me choque con algo. Pegué un grito y el teléfono se me calló del susto.

Me giré rápidamente para ver con que me había chocado.

• Dios Dougie me has dado un susto de muerte.

Dougie se reía. Me agache a recoger el móvil y todas sus piezas.

• ¿Qué haces por aquí? – me preguntó extrañado.
• Venía a buscar a Danny para ir a comer, pero me he perdido. ¿y tú que haces aquí? – Estábamos en medio de un pasillo medio vacío.
• Esconderme, jugábamos al escondite.
• ¿Estáis jugando al escondite? ¿Así trabajáis?
• Es que ya no teníamos nada que hacer. También hay que divertirse un poco no.
• Sí, pero me sorprende que os divirtáis jugando al escondite. Aunque no debería sorprenderme.
• No deberías, pasas muy poco tiempo con el grupo. Deberías decirle a Danny que te saque un poco más.
• Si, le pediré a mi amo que me saque a pasear con él y sus colegas.
• Buena elección.

Nos quedamos en silencio unos segundos.

• No me vas a llevar donde está Danny ¿verdad?
• Es que no quiero perder, que el que pierde es humillado por los otros.
• Tenéis un problema serio. Bueno, dime por donde voy.
• No sé, estamos todos escondidos.
• Bueno ¿y cuando termináis en juego donde os reunís?

Me indico como tenía que ir. Aunque no estaba muy convencida de las indicaciones de Dougie.

Mientras iba hacía allí vi como Harry se metía en un cubo de basura. De verdad me hacían gracia. Supuse que había llegado a donde me había mandado Dougie. Era una sala grande, llena de instrumentos y equipos de sonido.

Di una vuelta observando todo, era una maravilla se lugar. Me quede impresionada. Estaba hasta la batería de Harry. Qué bonita era.

Me acerque y terminé sentándome en su silla. No toque nada, no quería estropearla, pero nunca había visto una batería tan cerca. Y menos la batería de un grupo famoso. Mientras pensaba en ello algo me tocó el pelo, me asuste y le di a la batería haciendo un ruido horrendo.

Miré hacia detrás, era Tom.

• Dios Tom, me vais a matar con vuestro jueguecitos.
• ¿A quién has visto?
• A Dougie. Supongo que os busca Danny.
• Si, la última vez perdió el.
• ¿Y cuál fue el castigo?

Tom empezó a reír. Supuse que estaba rememorando lo que le habían hecho.

• No debo decírtelo, Danny me mata. Mejor pregúntaselo es mucho más divertido que te lo cuente él. Shh calla ahí viene. Tú no me has visto.

Y se escondió detrás de la cortina.

• Mierda solo eres tú. – dijo Danny decepcionado al verme.
• Qué bien, así da gusto venir a verte.
• Perdona. – dijo dedicándome una sonrisa. – es que pensaba que ya había encontrado a alguien. ¿Tú has visto a alguien?
• Puede que sí, puede que no. Pero no te puedo ayudar y tampoco te lo mereces después de este recibimiento.
• ¿Si te saludo adecuadamente me ayudaras?
• No sé, pero pruébalo. Te ayude o no deberías saludarme de otra forma, ya que no me coges el teléfono y he estado 15 minutos perdida por el edificio.

Intentó contener la risa pero no pudo. Se acercó a mí, me agarro por la cintura y me besó. Fue uno de los besos más largos que me había dado nunca. Como no parara pronto iba a empezar mi descontrol y no estaba bien.

• Hola princesa. ¿Mejor?
• Mucho mejor, pero siento no poder ayudarte.
• Pues nada si quieres nos vamos ya.
• A no, están escondidos todos tienes que encontrarlos. Que además tengo curiosidad por saber quién pierde y su futuro castigo humillante.
• No creo que te lo contemos, es muy personal.
• ¿No me vas a contar que te han hecho a ti?
• ¿Porque supones que me han hecho algo?
• ¿Quizás porque estás buscándoles tú?
• Es verdad, ¿qué te han contado?
• Nada, te han dejado los honores.
• Dios, entonces has hablado con Tom, los otros te lo hubieran contado.
• Realmente he hablado con más de uno. Creo que se dónde están todos escondidos.
• Y no me vas a ayudar.
• No, quiero caerles bien. Si te lo digo me odiarán y no está bien.

De repente se escuchó una risotada detrás de la cortina.

Danny me miró y yo intenté cubrirle.

• Juas. Eres muy gracioso.
• No intentes distraerme.
• Porque, me he reído dos veces, vale que es una risa rara en mí, pero he sido yo.
• Entonces no te importará que mire.
• Tranquilo hecha una miradita. – dije subiendo el tono de voz.
• Oye, que tú tienes que estar de mi lado. – dijo Danny un poco molesto.
• Si yo estoy de tu lado cariño. Es que de verdad he sido yo.
• Ya claro, que Danny Jones no es tan tonto como parece.
• Yo no he dicho eso.
• Ya, pero lo insinúas.
• Que tonto.
• Ves, ya lo estás diciendo.

Danny se acercó a la cortina y la apartó rápidamente.

• Aja. – pero se sorprendió al no ver a nadie.
• Ves, te lo he dicho, había sido yo. – yo también estaba un poco sorprendida.
• Espérate que esto no acaba aquí.

Salió corriendo y abrió unas cajas de instrumentos. Hasta que le encontró.

• Tom, Tom, Tom. A mí no me engañas.
• Mierda, ¿soy el primero?
• Sí, creo que pringas.

Estuvimos media hora dando vueltas por el edificio hasta que encontró a todos. Luego salimos a comer. Los chicos no quisieron venir. No fue un almuerzo muy largo, ya que Danny tenía que volver, tenían reunión con su manager. Nos despedimos y prometimos hablar más tarde, cuando supiera su agenda de las próximas semanas.