miércoles, 27 de julio de 2011

Capítulo 51

Estuvimos medio día allí tiradas, viendo Friends y riendo sin parar. Era maravilloso tenerlas allí.

Después de almorzar nos fuimos a casa para prepararnos. Nos pusimos guapas para la fiesta de después y llevamos zapatos de cambio en el maletero. Ya lo que nos faltaba, ver un concierto con tacones.

Con los pases pudimos aparcar dentro. Saludamos a los chicos rápidamente ya que era un poco tarde y tenían que salir a saludar a los del club de fans.

Subimos las tres junto con Derek y Manuel a las gradas hasta que empezó el concierto.

Mientras esperábamos charlando y riendo me llegó un sms.
Durante estas tres semanas de gira hablábamos a esta hora. Nuestro momento. Al verte hace 15 minutos pues es un poco absurdo que te llame. Pero estoy aquí sentado como estos últimas semanas y tenía que decirte que me acuerdo de ti. Con un sms es mucho más de hombre. Pues eso ya sabes U make it real Kate. Xxx

Era tan dulce cuando le daba la tontería, cosa que era muy a menudo. No podía parar de sonreír. Era nuestro momento. Me contaba lo que había pasado durante el día, nos metíamos el uno con el otro. Le echaba muchísimo de menos. Habían sido unas semanas duras.

De forma instintiva me puse a andar hacia el camerino. Porque contestarle al mensaje si podía hacer algo mejor.

Entre sin ni siquiera llamar a la puerta. Estaba sentado en el suelo, con los ojos cerrados y el móvil en la mano. Como esperando a que llegara un mensaje de vuelta. Sonreí. Me acerque lentamente y me arrodille delante de él.

Cuando le toque las rodillas levantó la cabeza y me miró. Estaba sorprendido y sonrió. Comenzó a decir algo. Puse el dedo sobre sus labios para que no dijera nada. Me miró expectante, sin saber cómo actuar.

Me fui acercando lentamente hasta sus labios y le besé. Me separé levemente de sus labios manteniendo la mirada. Diciéndole sin palabras que le quería.

Soltó una pequeña risotada nerviosa, y dijo yo también mientras me daba él un beso a mí. Lo dijo tan bajito que casi ni le escuché.

Me levanté y me dirigí a la puerta. Vi a Tom apoyado en la pared. No me había dado cuenta que estaba allí. Me saludo con la mano mientras se reía.
  • Hombre Tom, no te había visto.
  • Ya, ibas muy concentrada.
  • El pecoso, que me tiene obnubilada. Nos vemos luego.

Y salí hacia la grada de nuevo.
Fue un concierto maravilloso. Técnicamente era una pasada. Un escenario enorme, petardos, fuego. Pero lo más importante, ellos. Hacían magia. Sabían cómo meterse al público en el bolsillo. Hacían que se estremecieran, saltaran y vibraran con su música.

En cuanto terminaron me escapé rápidamente para poder verles entrar en el camerino. Me quedé observándoles en el umbral de la puerta, hasta que Dougie me descubrió.

  • Tengo miedo de tu novia Danny, nos mira muy raro.
  • Si, os voy a violar. A todos a la vez. – dije divertida.

Danny se acercó, me dio un beso y me susurró.
  • ¿Te vienes a la ducha?

Le miré con cara divertida. No tenía arreglo esto.
  • Pues no. Tengo el pelo perfecto.
  • ¿Tengo el pelo perfecto? Qué clase de contestación es esa.
  • La que te doy yo. No esperaras que me duche contigo y luego vaya a una fiesta de una revista con el pelo así. Hoy seguro que hacen fotos y luego salen en la revista o en internet.
  • Danny deja de ligar y metete en la ducha de una vez, que vamos a llegar tarde. – gritó Harry desde la otra punta de la habitación.
  • Corre anda, ahora nos vemos. – dije despidiéndome con un beso.

Cuando terminaron de prepararse y ponerse extremadamente guapos, se reunieron con nosotros. Hubo besos y abrazos. Felicitaciones y repeticiones de jugadas de su actuación.

Empezaron a llegar taxis para acercarles a donde tenían que tocar. Absolutamente todos se fueron subiendo en taxis, dejándome sola. No me podía creer. Manuel, Tom y Laura montaron en el primero. Dougie, Derek y María en otro. Harry, Izzy esperaban.

  • ¿De verdad nadie va a venir conmigo en el coche? – dije muy sorprendida.

María y Laura se miraron e hicieron ademán de venirse conmigo, pero Danny interrumpió el momento.
  • Chicas, yo me ocupo.
  • ¿Vienes tú conmigo? – dije sorprendida.
  • ¿Te parece mal?
  • No, pero me sorprende.
  • Danny no os entretengáis por el camino. – le dijo Tom con tono muy serio.
  • Tranquilo, vamos directos. – rió Danny. – Ya sabes no me provoques.
  • ¿Perdona? – dije ofendida.
  • Sí, no pongas morritos y esas cosas. Que la carne es débil.

Le di en el brazo. Era demasiado tonto a veces.
  • Tranquilo Jones no haré nada para distraerte. Móntate en el coche de una vez. – contesté con algo de desagrado.

Y nos encaminamos hacia el local. Íbamos cantando y riendo cuando de repente sonó un puf.
  • No puede ser. – dije.
  • ¿Qué ha sido eso? – preguntó.
  • Mierda, creo que hemos pinchado. No es posible. Joder. – dije deteniendo el coche.

Me bajé y comprobé las ruedas. Si, habíamos pinchado. Qué bien pensé.
  • Acércame el móvil que llame al seguro. – le dije.
  • ¿Qué ha pasado? – dijo bajándose del coche.
  • La rueda se ha pinchado. Voy a llamar para que vengan a arreglarlo. – no era posible.
  • Yo voy a llamar a Tom para avisar que llegaremos más tarde.

Cuando terminé de hablar con el seguro y mientras colgaba escuché a Danny hablar con Tom.
  • Pues tendréis que esperar, no la voy a dejar aquí sola esperando a la grúa. Que no Tom, no me mandes un taxi que no lo voy a coger. – hablaba muy serio.
  • Danny hazle caso. Puedo quedarme sola. – le dije.
  • Espera un momento Tom. ¿Qué estás diciendo? No pienso dejarte aquí sola en medio de la nada. – dijo con desaprobación.
  • No me va a pasar nada y tú tienes que llegar allí. Tienes trabajo. Se cuidar de mí.
  • Tom, mándame el taxi, parece que mi novia puede arreglárselas sin mí. No sé ni siquiera porque estamos juntos. – dijo colgando el teléfono.
  • Qué te pasa ahora. ¿no me digas que te has enfadado? – dije sorprendida.
  • Que va, ¿porque tendría que enfadarme? – dijo cruzándose de brazos.
  • Pues no me gusta el tono de voz con el que me hablas. – dije subiendo el mío.
  • Ni a mi tu autosuficiencia en todo.
  • Eres tonto, ahora te enfadas porque te digo que no me importa que te vayas a hacer tu trabajo a tiempo. No entiendo porque te molesta. – estaba perdida.
  • Nunca aceptas mi ayuda. De ningún tipo. Es como si no necesitaras nada mío.
  • En sus ojos se veía indignación y frustración.
  • Si necesitara tu ayuda la aceptaría, pero no es el caso. Va a venir un tío, va a cambiar mi rueda y punto. ¿Para qué te necesito aquí? – pregunté esperando una respuesta que me aclarara el motivo de esta pelea absurda.
  • Para que no te pase nada. – dijo subiendo el tono de voz.
  • Pero qué coño me va a pasar. Deja de montarte películas.
  • Pero porque me tuve que enamorar de la tía más complicada del mundo. Una mujer normal se moriría de miedo en una situación así. – dijo dándome la espalda y dando un manotazo al coche.
  • Asúmelo, no soy una tía normal. Una tía normal se asustaría, preferiría ver Un paseo para recordar que Terminator y desearía por encima de todas las cosas un anillo de diamantes de Tifany cuando la pidan la mano. Pero no soy así. Y me gusta poder valerme por mi misma. – dije satisfecha.
  • Y a mí me gusta que me necesites de vez en cuando. No sé, para que me sienta un poco valorado. – dijo mirándome a los ojos.
  • Y yo te necesito, pero no ahora y en esta situación. Y menos cuando tienes un compromiso laboral. Lo que pasa es que te sientes menos hombre, lo de que tu novia sea una damisela en apuros mola. – conteste manteniendo su mirada.
  • Me pones de los nervios. – su vena iba a explotar.
  • Mira, en eso si soy una mujer. Rara pero una mujer.

Lo que pasó después me dejó sin palabras. Había estado lloviendo toda la tarde-noche y eso había creado charcos en la carretera. Un coche pasó por encima de uno de ellos salpicándome agua por toda la espalda, manchándome todo el vestido.
  • No me lo puedo creer. Ni se te ocurra reírte. – dije mirando a Danny muy enfadada.
  • Si no me estoy riendo. – dijo Danny sin poder contener la risa.
  • Es que eres subnormal. Esto es por tu culpa. Y encima ahora te ríes de mí. Pues no me parece gracioso. ¿No esperaras que vaya así a la puta fiesta esta?
  • Tranquilízate anda. – dijo cogiéndome la mano.
  • Como que me tranquilice. Has visto lo que le ha pasado a mi vestido. Esto no puede ser real…

Me calló con un beso, cosa que me dejó paralizada durante unos segundos. Luego empecé a darle en el brazo.
  • Para que me haces daño. – dijo Danny.
  • No me hagas callar así. No se hace eso ¿sabes?. – dije enfadada.
  • Ahora tampoco te podré besar. – dijo indignado.
  • Pues cuando te estoy gritando enfadada no. Y menos cuando es por tu culpa.
  • Ahora es mi culpa lo del charco no te jode. – contestó divertido.
  • Pues claro que sí, deberíamos estar metidos en el coche y no discutiendo en medio de la carretera. – seguía sin comprender nada de lo que estaba pasando.
  • Pues metámonos dentro y dejemos de discutir. – suspiró.
  • A buenos horas. A ver cómo voy a la fiesta así.
  • ¿No has traído nada para cambiarte? – preguntó aunque sabía la respuesta.
  • Pues no, como comprenderás no esperaba que pasara algo así. – dije con tono de burla.
  • Pues te pasas por casa a cambiarte.
  • Gracias por tu sabiduría. No sé qué haría sin ti. – dije muy borde.
  • No me gusta ese tono mona. – dijo con retintín.
  • ¿Mona? No me llames así majo. – contesté con su mismo tono.
  • Te das cuenta de lo estúpida que es esta pelea.
  • SI ME DOY CUENTA, ESO INTENTABA EXPLICARTE ANTES. – dije con desesperación.
  • ¿Entonces porque sigues gritándome? – preguntó.
  • Porque eres tonto.
  • Pero me quieres con locura.
  • ¿Y qué tiene que ver eso ahora? – dije frustrada.
  • Eso siempre tiene que ver. ¿Me dejas que te de un beso? – dijo con una sonrisa partida.
  • No. – dije muy seria.
  • Anda tonta. No hagas que tenga que robarte otro beso. – dijo muy seguro de sí mismo.
  • ¿Por qué tienes que empezar una pelea absurda y luego terminarla haciendo el tonto? ¿Crees que así solucionas todo? – no me gustaba nada todo esto.
  • Hombre, en parte sabes que sí.
  • Te odio. – dije convencida de ello.
  • Lo sé. Me lo dices muy a menudo.
  • Es por si acaso se te olvida.
  • No tranquila, siempre lo tengo presente. ¿Me vas a dar un abrazo ya? O tengo que rogártelo. Venga boba que lo estás deseando. – dijo abriendo los brazos.

Me acerque lentamente, con cara de pocos amigos. Me agarré a su cintura esperando a que cerrara los brazos.
  • ¿Esto es a lo que tú llamas un abrazo? – dije mosqueada.
  • Es que estas manchada. – dijo con cara de asco.
  • Que te jodan. – dije mientras me alejaba de él.
  • Ven aquí tonta, que era una broma. – me agarró del brazo y me acercó a él.

Se quedó unos segundos mirándome y agregó.
  • Al final la ducha no hubiera importado demasiado, vaya pelo que se te ha quedado.

Le miré con cara de pocos amigos. Se rió y se fue acercando poco a poco a mis labios y deposito un beso en ellos.
  • Eres odioso.
  • Aja. – dijo volviendo a besarme.

3 comentarios:

  1. En serio no puedo con estas conversaciones *en el buen sentido* son tan naturales, no sé, me los imagino exactamente asi en una carretera alejada de la mano de dios solo alumbrados por los focos del coche y la pobre Raquel enfadada y calada...
    Genial, como todos los demas.
    Besos <3

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  2. 15 minutos para abrir el comentario! Me deprime! Xdxdxd
    Nada más empezar y leer lo de Friends... :D
    Es que son tan fantásticos todos los diálogos!
    Frase premiada: "Que la carne es débil" jaaaajajajaja
    Y bueno... Me permito personalmente nombrar como frase estrella: ”Su vena iba a explotar" xdxdxd el Sr Jones va a resultar ser familia lejana de Mónica Geller jajajajaja
    Es maravilloso de principio a fin, como tú... :)
    Te quiero princesa.

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  3. Menudas peleas que tiene estos dos.... Esto no es normal, te lo digo en serio, xd

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