sábado, 25 de agosto de 2012

Capítulo 21


Tras unos días en Nueva York volvimos a la carretera. Las Vegas era nuestro próximo destino. No me podía quejar, volvía a ver luz al final del túnel. Poco a poco volvía a confiar en Danny y de verdad eso me hacia feliz. Aun así nuestros encuentros eran totalmente sorpresa. Había momentos que tenía ganas de llamarle o escribirle, pero debía seguir distante, no podía aceptar todavía que había ganado. No sentía que lo hubiera conseguido del todo, las cosas comenzaban a ir por el buen camino, pero seguía teniendo dudas y quería saber que nos había llevado a romper de esa forma hacia año y algo.

Estaba emocionada por la siguiente parada, tocarían en el Hard Rock de las Vegas. El verano pasado recorrimos parte de los Estados Unidos, pero no llegamos a pisar Nevada. Ese hecho me hizo acordarme de ellas, las añoraba demasiado. Hablábamos de vez en cuando, sobre todo por whatsapp, pero no era suficiente. Lo peor es que no sabía cuando volveríamos a vernos y eso me ponía triste.

Me pasé parte del viaje recordado todos aquellos momentos que vivimos las cinco juntas. Eso me hacia sonreír como una tonta, juntas movíamos montañas, todo parecía más fácil teniéndolas a tu lado.

Me bajé del autobús de forma automática y mirando al suelo. No hice excesivo caso a los silbidos detrás de mí. Hasta que no escuché mi nombre no salí del trance. Me giré y lo que vi me dejó paralizada.

Se había cortado un poco ese pelazo rubio que tenia y parecía tan poquita cosa ahí de pie. Era como si llevara años sin verle.
  •    Sí, soy yo. – me gritó Dougie.

Tiré el bolso y salí corriendo a abrazarle. No podía creer que estuviera allí. 

  • ¿Qué haría allí?
  •    Dios, no me creo que estés aquí. Te he echado tanto de menos. AHHHHH. – grité.
  •    Bueno, tranquila, guarda un poco para ellas. – dijo divertido.
  •    ¿Ellas? – no entendía nada.

Pero no tuve tiempo para darle vueltas a su frase. Cuatro chicas, en su mayoría altas, salieron de una furgoneta. Harry y Tom iban con ellas. Pero no me importaron lo más mínimo. Ellas estaban aquí. Estaban ahí.

Nos miramos unos segundos. Ellas sonreían al ver mi cara de sorpresa y a mí se me escapó alguna lágrima. Y como si todas pensáramos lo mismo en ese momento, como si nuestro cerebro fuera uno, corrimos a abrazarnos mientras gritábamos de emoción.

Parecíamos unas histéricas, gritábamos, nos abrazábamos, saltábamos como posesas. No me podía creer que estuvieran allí.

  •    Vale que no somos ellas, pero nosotros también queremos un beso y un abrazo. Somos McFly. – dijo Tom un poco envidioso.
  •    Eso. – dijo Harry mientras cruzaba sus brazos.

Sonreí y me acerque a ellos. Estaban todos allí, no era posible tanta felicidad junta.
  •    ¿Y Danny? – preguntó Tom cuando termine de saludar.
  •    Pues ni idea, no sé nada de él desde Nueva York. Puede que le hayan secuestrado y robado sus órganos. – bromeé.
  •    ¿Qué le ha pasado a Danny? ¿Está bien? – preguntó Cris preocupada.

Una carcajada general se expandió. Cris y su inocencia.
  •    Era broma, está bien. No es muy listo, pero sabe arreglárselas solo. – reí.
  •    Y tú no eres graciosa y aun así no paras de hacer el payaso. – se escuchó al fondo.
  •    Qué extraño, Danny llegando tarde. – contestó Harry.
  •    ¿Llevamos meses sin vernos y este es mi recibimiento? Seguro que con ella ha habido gritos y abrazos. – parecía molesto.

María y Cris se miraron y sin intercambiar palabra salieron corriendo a los brazos de Jones. Luego repartió abrazos y besos hasta llegar a mí. Se acercó viendo hasta donde era capaz de llegar, aunque sabía que no iba a conseguir demasiado. Giré la cara lentamente hasta que note sus labios sobre mi mejilla, aunque no muy lejos de la boca.

  •    A mí me tienes muy vista, no intentes aprovechar las sorpresas. – me defendí.
  •    ¿Bua todavía no os habéis acostado? ¿A qué esperáis? – Dougie cogió su maleta y se encamino hacia la recepción.

Parece que iba a ser una tarde de grandes conversaciones, siete personas habían llegado y parecía que todas tenían algo que decir al respecto.
  •    Nenazas, sois dos nenazas. – dijo Bárbara y siguió el camino de Dougie.

Fuimos entrando todo en el hotel y nos acomodamos en las habitaciones. Todavía seguía en una nube, como si todo lo que acababa de pasar fuera un sueño maravilloso y solamente eso. Pero no, parecía que fuera real.

Avisé a las chicas que tenía trabajo hasta media tarde, pero después sería toda suya. Pensé que sería buena idea cenar todos juntos, quería que las chicas conocieran a Kate. Decidí invitar a ATL también, sabía que a ellas les haría ilusión y sabía que eso ayudaría a mantener el tema alejado unas horas más.

No sabía si quería hablar de ello y menos con Danny delante. Así que buscaba planes que hicieran alargar la espera.

El día se me hizo eterno. Quería que llegara la noche. Quería volver a verles y ponernos al día sobre novedades. Hacia tantos meses que no nos veíamos.

Estaba algo nerviosa y acabé de prepararme mucho antes de lo esperado. Cansada de esperar en la habitación decidí bajar antes de tiempo y tomar una cerveza. El alcohol siempre ayudaba a calmar los nervios.

Sentados en una mesa se les escuchaba reír. Tom contaba alguna historia y Danny reía demasiado alto, como era normal en él.
  •    Estáis todo el día bebiendo. – Danny sobre todo tenía una alta tolerancia al alcohol.
  •    Yo no bebo. – se justificó Dougie.
  •    Muy bien rubia.

Me sentía aliviada de que Dougie no me guardara rencor por irme de Londres sin ni siquiera despedirme. Se había convertido en mi mejor amigo en ese último año y esos meses en US habían sido duros. Me senté en sus rodillas y le abrace.
  •    ¿Me habías echado de menos eh rubia? – me devolvió el abrazo.
  •    Muchísimo rubio, muchísimo.

­   A Danny no le gusta nada esto. – soltó Harry.
  • Dejé de abrazar a Dougie y miré a Danny a ver si era verdad lo que Harry acababa de decir.
  •    ¿De verdad? – no podía molestarle algo así.
  •    Yo no he dicho nada joder. – pero su cara decía todo lo contrario.

Miró a Harry perdonándole la vida. Harry se reía de la situación. No quería empezar de esa forma la cena, porque sabía que si ese sentimiento continuaba por parte de Danny, cuando comenzaran a caer las cervezas, tendría consecuencias. Dougie me levantó levemente de sus rodillas, mandándome un mensaje solo para mi.

Me levanté y fui a sentarme sobre Danny. Separó levemente la silla para que no tuviera problema al sentarme. Pasó su mano derecha alrededor de mi cintura para terminar sobre mi muslo. Un escalofrío recorrió mi espalda. Parecía tonta.

  •    No hacia falta que te levantaras y vinieras, son tonterías de Harry. – intentó justificarse.

Me giré y le miré a los ojos. Todos sabíamos que si le molestaba un poco, cosa que seguía sin comprender, tener celos de Dougie, si fuera otro se podría comprender.
  •    Sois tan adorables. – dijo Tom con voz afeminada.
  •    Y tu tan gay. – le picó Dougie.
  •    ¿Algo más? ¿Tenéis algo más que confesaros? – había momentos que llegaban a ser desesperantes.
  •    ¿Tienes algún problema con nosotros? – preguntó Harry muy serio.
  •    Bueno, problema no, pero llegáis a ser cargantes.

Sentí cuatro miradas sobre mi, tenia miedo de sus reacciones.
  •    Te vas a cagar rubia. – Harry tenía maldad en su mirada.

Pero su pensamiento fue frustrado por la gente. Parecía que iba a tener que esperar un poco para vengarse de mi comentario.

Cuando estuvimos todos, nos montamos en tres furgonetas y fuimos hacia el restaurante. Los cinco primeros minutos estuve concentrada en sus conversaciones, era como si no fuera real. Daba gusto volver a escuchar a gente hablar en castellano.

La cena fue perfecta. No podía parar de reír. Era maravilloso estar todos juntos. Todo iba genial, hasta que empezaron a discutir.

  •    Pues claro que no están juntos, la hizo mucho daño. – decía Bárbara.
  •    Y lleva un mes pidiéndola disculpas por ello. Además no tenemos ni idea quien tuvo la culpa de que rompieran, ¿y si Danny no es tan culpable como todos creemos? – comenzaba a levantar la voz Dougie.
  •    Exacto, no sabemos que pasó, pero Rach tampoco lo sabe. Así que hasta que no se aclare eso no va a tomar una decisión.
  •    Pero que más da el pasado, ha demostrado que la quiere.
  •    Pero tardó tres meses en venir, solo tenia que coger un avión y decirla lo que sentía, no montar esta mariconada.
  •    Que esperas, el chico es idiota. – intervino Rian.
  •    Creo que eso está fuera de lugar tío, además no eres nadie para meterte en esta discusión. – defendió Harry.
  •    Pues más que tu, ¿alguno se ha fijado en todo lo que ha sufrido? Porque ahora le de por cantar no hace que todo ese dolor desaparezca. – Rian se incorporó de la silla y apoyó su mano sobre la mesa. Estaba enfadado.
  •    ¿Acaso tu sabes algo de Danny? Ni siquiera te has parado a conocerle, porque vamos si los dos os habéis acostado con ella no seréis tan diferentes. – y fue Harry quien se levantó.
  •    A mi no me compares con él. Ten por seguro que yo no la hubiera perdido como hizo él. – Rian cada vez estaba más enfadado.
  •    Ya sabes, siempre hubo clases. A él le quiso y a ti te utilizo para olvidarle. – no podía seguir aguantando.

Me levanté de la silla con tanta fuerza que cayó al suelo. La mayoría de la mesa se giró a mirarme y los que no lo hicieron cuando comencé a hablar.

  •    No se si sois conscientes de que estamos aquí. Me parece muy bien, bueno me parece dejémoslo así, que todos tengáis opiniones sobre este tema. Si yo estuviera en vuestro lugar también las tendría, pero no me interesa hacer un debate sobre ellas en este momento. Vamos de momento no quiero vuestras opiniones. Sé que solo intentáis protegerme o proteger a Danny pero cada vez que dais vuestra opinión hacéis que recuerde todo lo malo que nos ha pasado. No se me olvida, de verdad que no. Y claro que no es todo culpa de Danny. Intento dejarlo un poco de lado, porque os recuerdo que en nuestra historia hay algo más que el último año, es a la persona que más he querido en el mundo y eso al igual que el dolor no desaparece de un día para otro. – tomé aire y continúe. – Así que por favor los debates, apuestas y demás hacedlos cuando yo no esté. Me voy al hotel, mañana tengo mucho trabajo.

Me agaché a recoger el bolso y me fui a la salida. Mi corazón latía con fuerza y las lágrimas se agolpaban en los ojos deseosas de salir. Me habían enfadado, era como si fueran la prensa. En parte les entendía, era una situación muy golosa, pero no había imaginado así el rencuentro. Es más había invitado a todo el mundo para que algo así no pasara.

Ahora me sentía idiota por pensar que no iba a escuchar sus ideas sobre el tema. Y las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Me faltaba el aire, me senté a las puertas del restaurante e intenté controlar mi respiración.
Alguien llegó y se sentó a mi lado. Pasó el brazo por mi cintura y me acercó hasta que mi cabeza se apoyó en su hombro.

  •    Tranquila princesa, solo intentan protegerte. – susurraba Danny a la vez que acariciaba mi brazo.
  •    No quiero que me protejan, no quiero que me vuelvan a recordar todo lo que sufrí. Por una vez estoy segura de que vamos por el buen camino, no quiero que vuelvan las dudas. No quiero. – no podía parar de llorar.
  •    Shh, no tienes que explicarme nada. Si quieres entro ahí y les parto la cara a todos. Buenos menos a Bárbara, seguramente ella me ganaría en una pelea. – una pequeña risa salió de mis labios, pero seguía llorando.
  •    No, llévame a casa. Bueno al hotel.

No dijo nada más. Llamó a un taxi y sin soltarme en ningún momento me llevó a mi habitación.

Entramos, me quité los zapatos y me metí en la cama. No se si seguía llorando o no. Danny se acercó, deposito un dulce beso en mi cabeza y se alejó.
  •    Danny, no te vayas. No me dejes sola. – no quería quedarme sola.
  •    ¿Prefieres que llame a las chicas? – dijo mientras se sentaba en la cama y acariciaba mi pelo.
  •    No, quédate conmigo.

A la mañana siguiente me desperté con los ojos hinchados de tanto llorar. Me desperté sobresaltada, pero al verle a mi lado, una inmensa sensación de tranquilidad me invadió. Era extraño tenerle allí, pero no quería estar sola y no quería preocupar a las chicas. Y supongo que en parte no quería forzar el tema. Sentí como se estiraba debajo de mí.

  •    Buenos días princesa. ¿Estás mejor? – comenzó a recorrer su dedo por mi espalda.
  •    Si, dormir lo cura casi todo. Solo fue un ataque de pánico.
  •    Un ataque de pánico es algo importante. He estado pensando y he decido cambiar mis planes. Creo que he ido demasiado lejos. – se sentía culpable.
  •    Danny, estoy bien. – me senté en la cama y le miré. Estaba tan guapo con esa cara de culpabilidad. – Es mi culpa por obligarme a tragarme todo sin más, solo exploté.
  •    No estoy diciendo que vaya a desistir de recuperarte, sino que voy a cambiar ciertas cosas. Pero me alegra saber que no me quieres perder. – pero nunca estuvo más guapo que cuando sonreía de felicidad.

Le devolví la sonrisa y estuvimos unos minutos en silencio. Desayunamos mientras reíamos y me contaba porque habían venido los chicos. Parecía que hoy tocaba mucha gente en Las Vegas. Podría haber pasado el resto del año en esa habitación. Sin nada que hacer más que hablar con él. Sin salir al mundo real y afrontar la realidad, que seguía sin confiar en nosotros como pareja.

Pero había que trabajar, así que cuando Danny se fue, me di una ducha rápida y salí ha buscar a Kate.

No sin antes pasarme a saludar a mis pequeñas. No habíamos empezado bien los días juntas, pero me daba igual, estaban allí y eso era más importante que cualquier otra cosa.

Llamé ruidosamente a su puerta, seguramente seguían durmiendo. Una dormida Bárbara abrió la puerta, se sorprendió al verme.
  •    ¿Estás bien? – había culpabilidad en sus ojos.
  •    No te preocupes, es lo que pasa cuando guardas un montón de sentimientos en cajas y los entierras. Un día explotan y pasa lo que pasa. Solo quería deciros que durmáis bien, que esta noche hay fiesta. Pero fiesta de Las Vegas. – íbamos a liarla.
  •    No esperaba menos. ¿Quieres desayunar? – aunque parecía que tenia más ganas de dormir que de comer.
  •    No puedo, tengo trabajo y ya voy muy tarde. Pasar un buen día, nos vemos esta noche. – y me fui por donde había venido.

Los mejores días de trabajo eran las mañanas antes de un concierto. Eran mañanas de twitter, actualizar cualquier clase de red social y retocar fotos. Me sentaba en algún lugar cerca del escenario y pasaba toda la mañana con el ordenador escuchado cualquier prueba de sonido que tocara. Solían ser muy divertidas. Pero esa mañana, por primera vez, me echaron de una de ellas.
  •    Uno, dos, tres. Probando, probando. Raquel abandone la prueba de sonido. – dijo Danny desde el escenario.

Estaba tan concentrada que ni siquiera me di cuenta de que habían subido.
  •    No por favor. Estoy muy a gusto aquí. – protesté. – No os daréis cuenta de que estoy aquí, soy silenciosa.
  •    No quiero que oigas el setlist hasta esta noche.
  •    No seas muy obvio que el concierto debe ser para las fans, y no para mi. – volví a quejarme.
  •    Ale vete tía coñazo. – no quería discutir sobre el tema.
  •    Si quieres le ponemos banda sonora a tu marcha. – vaciló Dougie.
  •    ¿Os echabais de menos eh? Ya me voy, no os preocupéis por mi. – recogí todo mi despliegue de cosas y me fui en busca de otro lugar donde trabajar.
  •    No te quedes detrás del escenario. – me gritó Harry.
  •    Sois un poco coñazo. Tranquilos, me voy al hotel. Total vosotros sois las estrellas y yo una simple asistente. Ya se sabe, siempre hubo clases. – de verdad no creía que me hubieran mandado al hotel. Idiotas.

No quería que me dedicara canciones, realmente una parte de mi si lo quería, pero debía hacerme la dura. Y en parte me daba un poco de vergüenza llegar a ser demasiado el centro de atención de la gente, sobre todo de cierta gente.
Lo malo de trabajar en una habitación, sobre todo encima de la cama, es que te puedes quedar dormida y eso fue lo que me pasó. Eso supuso que tuve que prepararme a toda prisa para no llegar tarde.

Llegue corriendo a la habitación de Kate, casi sin aliento. Al abrir la puerta sonrió maliciosamente al verme tan sofocada.
  •    ¿De dónde vienes? – dijo con tono lascivo.
  •    De donde voy a venir, de quedarme dormida. No se puede trabajar en la cama. – respiré profundamente.
  •    ¿Te dejo en una prueba de sonido y terminas dormida en tu habitación? ¿Sola?
  •    Si, sola. – dije con resignación.
  •    ¿Cómo es posible? ¿QUÉ TE ESTÁ PASANDO? – gritó.
  •    Pues que me invitaron a irme de su prueba de sonido. Así que me vine al hotel y la cama es tan cómoda.
  •    ¿Danny? – dijo extrañada.
  •    Claro que Danny, se le va la cabeza con sus misiones.
  •    Ya claro, y a ti que te encanta no te jode.

No respondí, muchas veces se dice mucho más sin ni siquiera abrir la boca. Kate asintió asumiendo que había acertado.

El concierto comenzó con un poco de retraso. Kate, por primera vez, no fue la encargada de abrir el espectáculo. La hacia ilusión, sentía que había subido de nivel. El festival de ese día fue una locura, un montón de grupos se unieron para salvar una aldea africana. Me sentía afortunada de poder colaborar en algo así, pero lo que me emociono fue ver a McFly allí. No eran muy conocidos allí, pero era muy buena publicidad.

Cuando Kate terminó comenzó la fiesta. Las vi al lado de la cabina de sonido, esperándome con un mini de cerveza en la mano.
  •    Corre baja, que empieza McFly. – gritó Cris desesperadamente.
  •    Vamos que hay que coger buen sitio. – Laura parecía nerviosa.
  •    Ni que fuera vuestro primer concierto, tenéis que estar cansadas de verlos. – no podía para de sonreír
  •    ¿Qué dices? Eso es imposible, lo que pasa es que tienes miedo de haber enseñado a Danny demasiado bien. Su música no tiene la culpa de que tu quieras reducar a la gente. – rio María.
  •    Cállate anda, ya bajo. No hace falta que se entere todo el Hard Rock de mi vida. – protesté.
  •    Tarde, sales con Jones. – se unió Bárbara.
  •    Salía. – bajé a donde estaban.
  •    ¡Claaroooo! A ver cuanto tardáis esta noche en acostaros. – Laura retaba con la mirada a demás de con sus palabras.
  •    No hace falta te hagas la dura con nosotras. – informó María.
  •    Te conocemos, se te nota todo en los ojos. – continuó Cris.
  •    Pues ya está. Es Danny y soy yo. Nada más que decir, vayamos a llorar mientras cantan.
  •    Bueno, vayamos a verte llorar. – puntualizo Bárbara.

Comencé a caminar hacia el escenario y sentí sus pasos detrás mio. Las primeras filas ya eran de las fans de los chicos, pero poco nos importó, nos fuimos abriendo paso hasta quedar satisfechas.

No tardaron en salir al escenario y llenar el local con eso que mejor sabían hacer. Un escalofrió me recorrió la espalda, sabía lo que iba a pasar. Tras tocar un par de canciones de apertura y hacer los saludos pertinentes, comenzó el recial sobre nosotros.

  •    ¿Sabéis? Creía que no era posible llegar a contemplar a alguien de esa forma hasta que la vi observar su paraíso después de un par de años sin pisarlo. Nunca entenderé que pudo vivir entre esas montañas para quererlo de esa forma. Pero ello me inspiró esta canción, que aunque no llega a expresarlo del todo, lo intenta.




Tom, Dougie y Danny rodearon un micrófono e hicieron que sus instrumentos susurraran. Recordé esa canción cuando la escuche a los pies de esa escalera y me inundó esa felicidad. Aquella mañana me dio todo igual, después de días horribles había dormido a su lado y me había despertado con el sonido de sus guitarras y sus risas de fondo.

Captivated by the way you look tonight
The light is dancing in your eyes, your sweet eyes

Al escucharlo de nuevo, al igual que la primera vez, ellas se colaron en mi mente, como si no hubiera problemas a su lado, como bien decía la canción. Porque de verdad todo era más fácil cuando ellas estaban cerca.

It's times like these we'll never forget
Stayin out to watch the sunset
I'm glad I shared this with you
Cause you set me free

Me alegré poder compartir ese momento con ellas de nuevo, después de todo, como ese día, parecía que había un rayo de sol entre tanta oscuridad.

  •    Siempre que escucho esta canción me acuerdo de vosotras. – dije conteniendo las lagrimas. – debería ser nuestra canción.
  •    Creo que tienes razón en que es tu canción, aunque no con nosotras. – sonrió Cris de modo compasivo.

Tras unos segundos de ensimismamiento volví a mirarle. Me miraba, cantaba totalmente para mi. Eso en parte me destrozó. Sentí una pequeña bofetada de realidad entre tanta felicidad. Eso ya no estaba ahí, eso que cantaba ya no tenia sentido.

  •    No, no puede ser nuestra canción. Nosotros ya no tenemos canciones. – y las lágrimas corrían por mis mejillas sin intención de detenerse.
  •    Dios mio. Mira Raquel tienes dos opciones: superarlo y pasar página o dejar el pasado atrás y daros otra oportunidad. Para ambas cosas necesitas un pensamiento positivo y menos lloros. – se quejó Bárbara.
  •    Lo se, y estoy bien aunque no lo parezca. Pero voy a llorar mucho ahora. No puedo remediarlo, es como llorar todo lo que no lloré durante el año pasado. – necesitaba llegar a creerme yo mis propias palabras.
  •    Solo en el concierto, no quiero que pase lo de anoche. – parecía molesta.
  •    No lo haré, pero tú no discutas por si acaso.

Terminaron la canción y un suspiro saló de mis labios. Su música se había convertido en algo tan prohibido que escucharles de nuevo sentaba genial. Mucho más en directo.

  •    Bueno, parece que cante lo que cante siempre llora. – comento Danny con resignación desde el escenario.
  •    Es que ya no sabe como explicarte que la dejes en paz. – le interrumpió Harry.
  •    Con vosotros Harry Judd “El McPayaso” – y aplaudió delante del micro.
  •    Gracias. Gracias. – subió a su taburete y saludó desde allí.

Danny volvió su cabeza hacia el publico e intento ignorar a Harry.

  •    Esta canción no creo que la hayamos tocado nunca en directo. La compuse con mi hermana cuando ni siquiera existía McFly. Recordar vivir al límite cada momento, porque no hay tiempo que perder. El día que menos te esperas todo aquello puede terminar para siempre.

Me mantuvo la mirada unos segundos y comenzaron a tocar.



Nunca había escuchado esta canción pero era perfecta para nuestro presente. No paraba de sorprenderme. Pesaba de cantar nuestro pasado a rogar por el ahora y todo ello mediante canciones. Puede que para el no fuera gran cosa, que no le diera la importancia que tenia, pero yo estaba impresionada de lo que llevaba haciendo todo el mes. Haciendo eterna nuestra historia.

That we've no time to waste our lives
And I don't have all the answers
So I close my eyes
And I hope I'm doing right

Hubo un tiempo, antes de mudarme a Londres que perdí esperanza de vivir una gran historia de amor. Ese amor que duele de igual forma de felicidad que de dolor. Que te hace componer canciones o escribir libros. Que te hace sentirte viva.
You and me
In your head we were always gonna be happy
So now we're nothing more than just a memory
So wipe aways those tears and go be strong

Tuve miedo de no llegar a sentir algo así, aunque no fuera para siempre. Eso no me asustaba, el hecho de quedarme sola no me daba miedo, porque siempre tuve esa capacidad de trabajar para los demás y hacer que eso bastara.

Siempre tendría eso que vivimos. Y me alegré, dejé de darle importancia a todo lo demás.
Nothing ever changes when we make up
You just stay at my house when I'm in town
So sadly we must break up
Sorry if I'm out of line

Disfrutamos de todas las canciones que vinieron después, hasta que sucedió lo inesperado. Danny cogió mi guitarra y salió el solo al escenario. Creo que dejé de respirar hasta que comencé a ahogarme. No dijo nada, solo comenzó a tocar.


  •    ¿Por qué me haces esto? – grité en español.
  •    ¿Hace cuanto que no la escuchas? – preguntó María.
  •    10 meses, 7 días y 3 horas.

Me miraron asustadas por mi respuesta.
  •    ¡No me digas que los has contado tía! – flipó Laura.
  •    No, pero tenia que contestar algo. Calla, es la mejor canción del mundo. – y centré todos mis sentidos en él.

Era impresionante verle allí subido, tocando de ese modo. Rasgando la voz y la guitarra. Estaba enamorada de esa voz, de esa canción.

Cuando terminó el concierto no tuvimos tiempo más que ir a por cerveza. Lo nuestro con ATL no era normal, cada concierto era más loco que el anterior.

Era tan feliz en esos momentos. Cerveza, buena música y las mejores amigas, no se podía pedir nada más. Aunque claro, estábamos en Las Vegas. Esto solo acababa de empezar.

3 comentarios:

  1. Me quedo con esta frase: "Recordar vivir al límite cada momento, porque no hay tiempo que perder". Vivir al límite, una de las mejores cosas que he aprendido en los últimos tiempos.

    Se acerca el gran momento!! No el final, si no el gran momento que me encantó!! No lo digo por aquí que seguro que me pegan...

    Aaaaaaah que esto se termina!!! Qué gran aventura, Rach! Es genial, todo, la historia de amor, la amistad que tiene con sus amigas y con Doug, Tom y Harry. Aunque odiase a Tom al principio.... Ahora seguro que lo quiero como a un hermano!!

    No te aburro más. Gran capítulo, si señor!!

    Espero que disfrutarais del viaje y del concierto!!

    Un beso queso!!

    ResponderEliminar
  2. Me alegraste el dia, completamente! todos los dias entro a tu blog, por lo menos 7 veces, para fijarme si subiste. Es increible la sonrisa que se me forma al verque hay nuevo capitulo. Ojala nunca se termine, pero ya estaria deseando lo imposible. Me dieron ganas de matar a todos con esos comentarios que hacian! por dios, mucha bronca! Todo mi ser reclama el proximo capitulo, necesito saber que van a haceeeeeeeeeer, van a ir a toda clase de fiestas, como termiana eso, asjkhadjk ai dios quiero sabeeeeer!
    lo digo siempre y esta vez no va a ser la excepción. Sos una genia total, si llegas a escribir otra cosa, yo voy a estar ahi leyendo todo. Besoooo (:

    ResponderEliminar
  3. Es... simplemente perfecto. No se como haces eso de conseguir que en un mismo capitulo el lector pueda estar riéndose como un loco y luego llorando como una magdalena. Creo que con cada capítulo te superas, y me encanta esta historia. Me da penita que se acabe ya pero necesito conocer el final. AAAAAHHHHH!!!!!! Publica pronto o me volveré locaaaaa.

    Un beso muy grande.

    ResponderEliminar