jueves, 26 de abril de 2012

Capítulo 14


Me monté en el coche y conduje sin saber donde ir o que hacer. No quería irme de allí, no quería dejar Inglaterra, pero debía hacerlo. Pare en la primera gasolinera que encontré, debía decidir mi destino. Creo que mi mente bloqueaba cualquier toma de decisión ya que esperaba una señal del destino, una llamada suplicante para que no me fuera, un coche que me diera las largas y me hiciera parar mi huida del país.

Pero nadie, él, hizo tal cosa. Me dejó ir sin más, me perdió.

Estaba decidido, debía volver a Nueva York. Llamé a Kate y la hice reservarme el último vuelo del día siguiente desde Manchester. Antes de irme necesitaba hacer una pequeña visita a un lugar que no volvería a visitar. Era uno de los más preciosos paisajes que nunca visité, además de ser a la vez un lugar mágico.

Para llevar todo el día trabajando y teniendo en cuenta las emociones de las últimas horas, estaba hiperactiva. Conduje todo la noche hasta Gales, llegando con los primeros rayos del sol. Ver el paisaje me hizo sonreír, una sonrisa amarga por los sueños depositados tiempo atrás en esas montañas. Pero ahora esos sueños, esos deseos se habían ido, sintiéndome idiota por creer en ellos, creer en historias de príncipes y princesas.

Desayuné en un pequeño restaurante construido sobre el rio. La casa se veía a lo lejos. Me encaminé hacía allí, no me podía creer que volviera de nuevo a ver ese paisaje, a sentir esa sensación, esta vez con un toque amargo dentro de mi.

Aparqué delante de la puerta. Ahora que estaba allí delante me pareció una mala idea. Millones de imágenes se colaron en mi mente, bonitos recuerdos demasiado dolorosos para asimilar en pocos minutos. Cuando de repente tocaron en mi ventanilla haciendo que casi me diera un infarto. Di un salto en el asiento y el hombre pareció divertido. La idea de que fuera un asesino se coló en mi mente y con ella las mil formas de huir con vida. Me regañé a mi misma por ser tan peliculera y bajé el cristal.

  •    Buenos días. – dije lentamente.
  •    Buenos días ¿puedo ayudarla en algo? – preguntó amablemente.
  •    Muchas gracias pero solo estaba recordando y admirando el paisaje. – confesé.
  •    No sabía que iba a venir usted a la casa. – afirmó como si supiera quien era. - ¿Quiere que le ayude con el equipaje?
  •    Disculpe pero no pensaba quedarme. Además debe estar confundido, no se de quien es la casa, yo solo viene a pasar unas vacaciones.
  •    Ya. – reflexionó. – Si desea quedarse o hacer una visita rápida avíseme, no creo que el dueño tenga ningún problema en que la use el tiempo que le plazca. – y volvió a su trabajo.


No entendía nada de lo que acababa de decir. No era consciente de conocer al dueño de la casa. La curiosidad se apoderó de mi y decidí dar una vuelta. El hombre arreglaba el jardín. Cuando me voy acercarme sonrió.
  •    Suba si quiere, esta la puerta abierta.

Le hice caso y abrí la puerta principal. Esta vez no pude contener las lágrimas y un par corrieron por mis mejillas. Comencé a subir lentamente las escaleras, sintiendo que el dolor había desaparecido, como si volviera a ser ese invierno que pasé allí con Danny.

Lo que encontré cuando llegue a la habitación del ático fue impactante. No se cuanto tiempo estuve de pie delante de la cama, ni recuerdo el momento en el que fui consciente de lo que había colgado en la pared encima del cabecero. Cuatro cuadros, uno de ellos en blando. Los cuadros que le regalé a Danny por su 25 cumpleaños ocupaban parte de la pared de la habitación.

La casa era de Danny. Él había comprado y había colgado los cuadros en esa habitación. En nuestra habitación.

Recuerdo no poder parar de llorar, sentir que debía volver y hacer que todo volviera a funcionar. Había comprado la casa. Intentaba asimilarlo aunque era una tarea complicada. Me senté en la cama intentado tranquilizarme y sin dejar de mirar el cuadro en blanco.

Alguien llamó a la puerta e hizo que volviera a la realidad. Antes de que pudiera decir nada pregunté algo que hasta a mi misma me sorprendió.
  •    ¿Hay mucho problema en que pase la noche aquí? – pregunté mientras me sentaba de forma educada y me limpiaba las lágrimas secas.
  •    Claro que no hay problema, puede quedarse el tiempo que desee. – me contesto educadamente.
  •    Seguramente no debería necesitar dicha confirmación, pero estoy algo confundida. ¿Esta casa es de Danny Jones?
  •    Si, así es. – me dedico una tímida sonrisa.
  •    ¿Y sabe cuándo y por qué decidió comprarla? – esperaba que pudiera contestarme.

Ese hombre parecía saber quien era y no estaba nada extrañado de que hubiera aparecido allí de repente o hiciera esa clase de preguntas.
  •    La compró hace un año y medio aproximadamente. Este enero no, el anterior. Fue un regalo y supongo que el regalo era para usted. – me explicó.

El alma se me cayó a los pies después de esas palabras. Volví a paralizarme.
  •    La dejo a solas, si necesita algo no dude en avisarme. – y se encamino de nuevo a terminar su trabajo.
  •    Espere – se volvió a mirarme. – No le diga nada a Danny de que estoy aquí. ¿Sería eso posible? – supliqué.
  •    Claro que si, no le diré nada. – se disculpó con la mirada y salió de la habitación.

Tardé un rato en reponerme, me tumbé en la cama y me agarré a una de las almohadas. Mi mundo se estaba desmoronando y no sabía como arreglarlo. Tenía miedo de estar perdiendo al hombre de mi vida en el camino. Me había comprado esa casa, esas mismas navidades y nunca había dicho nada. Pero él no era el mismo que en esas vacaciones, ninguno de los dos lo éramos. Nos habíamos perdido el uno el otro. Por muy doloroso que fuera tenia que dejarlo ir.

Llamé a Kate para que retrasase el vuelo hasta la noche siguiente, me vendría bien dormir y hacer unas cuantas llamadas. Si me iba a ir a Nueva York tenía que dejar zanjados unos cuantos temas antes de irme.

Bajé al pueblo a tomar café y a solucionarlo todo. Dougie me iba a matar cuando le llamara desde Nueva York, pero no tenia fuerzas para despedirme de nadie, y mucho menos de él. Aproveché y cené en ese precioso y diminuto pueblo, no era fácil estar dentro de esas cuatro paredes.

Volví con los últimos rayos del sol. Abrí el maletero, cogí la maleta y mantuve la mirada durante un buen rato sobre la guitarra. La adoraba, me enamoré de ella nada más verla. Pero traía demasiados recuerdos, no podía llevármela a Nueva York, debía dejarla allí. Ningún lugar mejor que aquel para dejarla.

Subí las escaleras como un alma en pena, arrastrando la maleta y cargando con la guitarra en el otro brazo. Me hubiera gustado tanto aprender a tocar la guitarra. Pero eso se esfumó a la vez que Danny lo hizo. No tenía sentido aprender sin él y menos aprender a tocar su guitarra. Ya no solamente porque fue su regalo, sino porque era la gemela malvada de su preciosa guitarra.

No tardé en meterme en la cama, estaba agotada, muerta de cansancio y dolor. Me tapé dejando al descubierto mis ojos solamente, necesitaba mirar las estrellas entre esas maravillosas montañas. Disfruté del paisaje, intentado aclarar mis ideas y mi corazón, aunque nada parecía tener solución.
Debí de quedarme dormida porque me desperté sobresaltada. Un montón de frases llenaron mi mente, frases típicas de canción. Tuve la necesidad de levantarme y escribirlas. Plasmarlas en un papel.

Corrí en busca de algún papel donde poder escribir. En uno de los cajones de la cómoda encontré una libreta. Y comencé a escribir con ansia, con miedo de que se me olvidara alguna de esas frases que corrían dentro de mi cerebro.

You should know by now
You should know by now
That I can’t forgive you

Escribí sin ni siquiera darme cuenta, las palabras salían de mi sin ser consciente de ello.

Is it me or is my life a chain of unforgiving tasks
Is it you and do you have the life that no one really asks?

Así frase tras frase completé una hoja de papel. Tuve la necesidad de coger la guitarra y ponerle música a ese dolor, a esas palabras que salían de mi alma intentando curar todo el malestar que sentía. Pero no sabía componer, nunca había pensado que llegaría a componer una canción. Y le eche de menos una vez más.

Le di la vuelta a la hoja y escribí.

Ojalá encuentres algún día esta hoja y puedas terminar de expresar el dolor que siento ahora mismo.
Cuida de JJ por mi, una guitarra así merece ser tocada por un gran músico como tu.
Xxx Rachel.

A la mañana siguiente salí de allí a primera hora de la mañana. Esperando poder cerrar ese libro y poder comprar uno nuevo que me hiciera sentirme libre como una vez sentí entre esas montañas. 

5 comentarios:

  1. Vale, ya no sé si es normal sentir el mismo dolor que siente Rach en el fic... Lo he leído y en cada frase era como "joder joder joder".
    Jo, es que después de tantísimos comentarios ya no sé qué más decirte... Me encanta tu fic y sé que acaba bien, pero estos capítulos me están "deprimiendo"... Saber que Rach está rota por dentro y que Danny no haga nada me destroza. Solo espero que en la vida real esto no te pase, porque como haya alguien que se porte así contigo pienso caparlo ¬¬
    El momento de ver los cuadros encima de su cama ha sido precioso. Sé que no están juntos, pero esos detalles son los que hace que alguien merezca la pena.
    Espero que no quede mucho para los caps bonitos o alegres... Porque leer tanto sufrimiento no me gusta :( Aunque eso no quiere decir que no adore todos los capítulos!! ^^
    Y lo que más más más más más adoro de todo esto es que cada día te conozco un poquito más!!
    No quiero que se acabe... Pero quiero saber cómo va a ser la reconciliación!! Y espero que te hagas un poquito la dura y no caigas al primer "te quiero" o a la primera sonrisa del pecas, porque entonces te capo a ti ¬¬ Hazle sufrir un poquitín al idiota ese!
    Vale, se me acaba de ocurrir una locura... El día que acabes definitivamente el fic, iré a Madrid para celebrarlo. ¿Qué te parece? (Aunque espero que no me pille justo en exámenes...)

    Ays Rach, ya no se me ocurre qué más puedo decirte... Me encanta leerte y me alegro mucho de haberte conocido :) Creo que te vas a Suecia.. Así que disfrútalo y pásalo pipa!

    Un beso queso! Y disfruta de la vida :)

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  2. QUÉ TE DIGO YO AHORA?? si ya te lo dije en su momento, pero me encanta comentarte :), y prometí hacerlo..así que, lo prometido es deuda.

    Es genial Raquel, de verdad, a cada capítulo te superas, haces un "clic" en algún sitio y todo cobra sentido. Te parecerá una cursilada (porque lo es), pero se siente, hoy tengo el dia ñoño (comprobado) y es lo que hay, pero eres demasiado especial, tanto como escritora como como persona. Ya lo demostraste el otro día, y no fue por lo que me enviaras, sino por preocuparte por mi aún estando a kilómetros y kilómetros de distancia y, realmente, sin conocerme demasiado, eso dice mucho de ti y lo admiro y lo comparto. Se que todo lo malo no se puede ir de repente, pero poco a poco (tú dame tiempo, que tengo 365 días, mínimo, para conseguirlo) intentaré sacarte sonrisitas :) porque te las mereces.

    Bueno, ahora volviendo al tema, es que Danny, aunque sea un capullo, tiene buen corazón, la quiere (todos lo sabíamos), pero es que...ay qué mono! La casa!!que le compró la casa!!! Cuando lo leí fue de : NO PUEDE SER!! LE QUIERO PARA MI!!ENCARGADME UNO QUE LO QUIERO Y LO NECESITO AHORA MISMO!
    pero claro, eso no puede ser posible (ojalá), así que me conformaré con lo que tengo y punto. Quiero que subas ya el siguiente (para poder comentarlo de nuevo) y el siguiente, y el siguiente...y así! De verdad que Danny es Amor...y bueno, Rach es otro nivel ya...!!

    Lo voy a echar de menos cuando acabe ;)

    Pd: para mi cumple quiero a JJ (y a Danny para que la toque, que yo, lo que es música, como que no se)

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  3. De @Miri8717:

    Vale, no, me has matado. ¿Sabes cuanto amo esa canción? ¿Te das cuenta de que a partir de ahora cada vez que le escuche cantarla me acordaré de este fic y de lo doloroso del momento? Toda una nueva dimensión para la jodida cancioncita jajaja Y mira que ya tenía un significado muy profundo para mi.

    Ha comprado la casa. ¡Danny ha comprado la casa! Y tiene su regalo en ella... bueno, esto ha sido un "MUERO DE AMOR" elevado a la enésima potencia. La que no puede (casi) perdonar a Danny ahora soy yo. Porque va a dejar escapar a una tia de puta madre que le hace feliz. Bueno, vale que sé que acaban juntos, pero aun asi me enerva el señor Jones y su lentitud mental (todo desde el cariño jajaja)

    En fin, nena, qué decirte que no te haya dicho mil veces antes... Que no hay fic con el que disfrute (y sufra) tanto como con el tuyo y que subas pronto.

    Un besazo. :-D

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  4. Holaaa, joder que capitulo mas hdksjshsksm se me han saltado las lagrimas :'( Ya quiero leer el siguiente!
    En fin que yo nunca suelo comentar, pero siempre siempre leo ehh! :D

    XxX

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  5. Sé que hace siglos que no comento, así que puedes matarme; pero hay veces que no me salen las palabras.
    He llorado leyendo el capítulo, es que no sé, es tan especial el fic, que con cada capítulo que subas haces maravillas.
    Sigue así de bien, un beso (:

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